Las medidas de aislamiento han salvado 450.000 vidas en España
Un estudio de 11 países europeos estima que el confinamiento ha evitado más de tres millones de muertes por covid-19
Hace más de un siglo, ciudades de Europa y EE UU vieron llamar a sus puertas a la peor pandemia de la historia reciente. Ante la aparición de los primeros casos de gripe en 1918, los gobernantes de San Luis ordenaron cerrar los colegios y las iglesias, prohibieron manifestaciones y desfiles, y recomendaron a la gente que se quedara en casa haciendo cuarentena. En Filadelfia, en cambio, no actuaron hasta varias semanas después de la detección de los primeros casos. La mortalidad por gripe fue ocho veces mayor en esta ciudad o, dándole la vuelta al argumento, los gobernantes de San Luis pudieron...
Hace más de un siglo, ciudades de Europa y EE UU vieron llamar a sus puertas a la peor pandemia de la historia reciente. Ante la aparición de los primeros casos de gripe en 1918, los gobernantes de San Luis ordenaron cerrar los colegios y las iglesias, prohibieron manifestaciones y desfiles, y recomendaron a la gente que se quedara en casa haciendo cuarentena. En Filadelfia, en cambio, no actuaron hasta varias semanas después de la detección de los primeros casos. La mortalidad por gripe fue ocho veces mayor en esta ciudad o, dándole la vuelta al argumento, los gobernantes de San Luis pudieron salvar miles de vidas gracias a una actuación contundente y rápida.
Un estudio publicado hoy calcula cuántas vidas se han salvado en 11 países europeos gracias a las medidas de aislamiento social contra la covid, que son esencialmente las mismas que en 1918. El trabajo calcula que el distanciamiento social en diferentes intensidades impuesto primero en Italia, después en España y por último en el resto de países analizados ha podido salvar la vida a más de tres millones de personas. Solo en España se habrían evitado unas 450.000 muertes por covid-19, estima el trabajo, publicado hoy en Nature.
El estudio lo ha realizado el equipo de modelización que lidera el Imperial College de Londres y que colabora con la Organización Mundial de la Salud en estudio de epidemias. Además de España se han analizado Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Noruega, Suecia, Suiza y Reino Unido. El trabajo usa el número de muertes en cada país para estimar el número de infecciones que había unas dos semanas antes y sigue la trayectoria de estas desde el comienzo de la epidemia hasta el 4 de mayo, cuando algunos países comenzaron ya a relajar las medidas de contención.
El trabajo muestra que las medidas tuvieron efecto y que en todos los países analizados el número reproductivo (cuántos casos nuevos hay por cada infectado ya registrado) bajó por debajo de uno, considerado un nivel que ya impide la expansión del virus. Si no se hubiera tomado ninguna medida, los expertos calculan que estos países habrían registrado 3,1 millones de muertes más.
“La tasa de transmisión del virus ha caído hasta estar controlada en todos los países estudiados”, resalta Shamir Batt, estadístico de la Universidad de Oxford y coautor del trabajo. “Ahora lo importante es valorar qué medidas hay que mantener para mantener la transmisión bajo control”, resalta. La caída media del número de reproducción ha sido de un 81% en los países analizados.
Este tipo de modelos es polémico porque no consiguen reproducir la complejidad de la evolución de una epidemia en cada país con las diferencias inherentes a cada uno de ellos. Por ejemplo, a finales de marzo este mismo equipo vaticinó que en España se había contagiado el 15% de la población, siete millones de contagiados. La cifra oficial solo arrojaba 79.000 casos.
En esta ocasión los autores han vuelto a hacer el cálculo y concluyen que en España se ha contagiado el 5,5% de la población, un dato más cercano al 5% arrojado por la primera oleada de la encuesta serológica realizada a 60.000 personas. España es, según los datos del estudio, uno de los países con más infectados, solo superado por Bélgica, donde se estima que el 8% de la población se ha infectado; los países con menos prevalencia serían Noruega (0,46%) y Alemania (0,85%).
Los propios autores del trabajo reconocen que una de sus principales limitaciones es que se basan en un número de muertes confirmadas por covid en cada país, un dato que posiblemente no es del todo fiable. En este trabajo han recogido los datos de defunción de una sola fuente: el recuento que realiza el Centro Europeo de Control de Enfermedades. Debido a que la mayoría de países tomaron muchas medidas casi a la vez, por ejemplo el cierre de escuelas, la limitación de desplazamiento o el teletrabajo, los autores no consiguen observar el efecto de cada una de ellas, sino su conjunto.
“Estos datos deben ser tomados con escepticismo; probablemente son una sobrestimación”, advierte Miguel Ángel Martínez-Beneito, bioestadístico de la Universidad de Valencia y promotor del atlas de mortalidad de España. “Si en nuestro país la tasa de letalidad está en torno al 1%, esto quiere decir que el modelo del Imperial College calcularía casi unos 47 millones de infectados, que es la totalidad de la población española. Esto es imposible, pues la inmunidad de grupo se lograría si se contagia el 60%”, resalta.
“Los propios autores resaltan en el estudio que su cálculo de vidas salvadas asume que sólo las medidas oficiales contribuyeron a bajar el número reproductivo”, explica Saúl Ares, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC. “Esto evidentemente no es así, aunque no se hubiesen tomado medidas oficiales, llegado cierto punto la gente se hubiera encerrado en casa ella sola. De hecho, eso ya estaba pasando, en nuestro análisis de los datos pudimos ver desde el principio que la epidemia se propagaba cada vez más despacio incluso antes de que se tomaran medidas, y eso es porque la gente por sí misma empezó a ser cada día más cautelosa”, añade.
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