Xavier Cortada, artista ecológico: “Los científicos necesitan del arte para hacer frente al cambio climático”
El activista ambiental cubano estadounidense presenta este jueves su trabajo en Valparaíso sobre el vínculo entre el arte y la ciencia en el IV Encuentro Nacional de Profesionales de la Comunicación y Divulgación en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación
En un viaje a la Antártida en 2007 el artista Xavier Cortada (60 años, Estados Unidos) tuvo entre sus manos un pequeño pedazo de glaciar. Era una estadía para comprender en terreno y a través de las voces de expertos las consecuencias del cambio climático en el continente blanco y, a partir de ello, crear una obra de arte. Cortada se encerró en un minúsculo taller con ese trozo de hielo que le entregó un científico y observó cómo se derretía. Pasaron los minutos y el agua del glaciar se transformó en la materia prima de una serie de acuarelas que son la base de su iniciativa internacional The Underwater Proyect para concientizar sobre el alza del nivel del mar a causa del derretimiento de los glaciares. Con una trayectoria de más de dos décadas en la vinculación del arte y la ciencia, el activista contará la historia de este proyecto comunitario y realizará un taller este jueves en Valparaíso, en una conferencia en el marco del IV Encuentro Nacional de Profesionales de la Comunicación y Divulgación en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Cotrada es uno de los cuatro invitados internacionales al encuentro, que tendrá a 170 expositores de distintas áreas de la divulgación científica. Esta nueva versión es organizada por la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia (ACHIPEC); la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), la Universidad de Playa Ancha (UPLA) y el Nodo CIV-VAL.
El artista creció entre los lápices, los bocetos y las pinturas de su padre y de su tío en Miami. Desde niño, entendió el arte como una forma de actuar. Cuenta que en el caso de su familia, esta disciplina se transformó en la manera de representar su exilio desde Cuba a Estados Unidos en 1962. “Toda la obra que pintaban era sobre el sufrimiento del exilio. Entonces, para mí el arte fue desde el principio una manera de crear comunidad, de darle frente a un problema, de luchar con las emociones,” relata desde Miami a través de una llamada por Zoom en los días previos a su visita a Chile.
Tras titularse en 1991 como abogado de la Universidad de Miami y trabajar en distintos proyectos comunitarios, el arte lo invadió nuevamente cuando realizó un trabajo con la embajada de Estados Unidos en Chipre, en el que pintó un mural con niños que pertenecían a comunidades separadas, del norte y sur de la isla. “Yo quería crear un enlace entre estas dos comunidades y en el mural utilicé la naturaleza como metáfora de unión entre ambos lugares”, dice.
En 2006, también vio en el arte una herramienta para que los habitantes de Miami tomaran conciencia de la deforestación de los bosques de manglares a causa de la explosión de construcciones inmobiliarias en las playas. Ese fue su primer vínculo directo entre arte y el activismo ambiental. Le siguieron más 150 intervenciones artísticas que lo han llevado a colaborar con la Casa Blanca y el Banco Mundial y hasta hoy continúa con las manos en la pintura y los ojos en el planeta.
“Parte de lo que trato de hacer a través del arte es educar y ayudar a las personas a que entiendan que problemas grandes y complejos como el cambio climático están siendo causados por los humanos y que son reales, no son fake news. Y que son problemas en los que están implicados, que sus hijos van a sufrir si no hacen nada, pero también tienen la capacidad de hacer cambios y que estos son mejores si se hacen en comunidad”, explica. En su iniciativa internacional The Underwater Proyect los participantes pintan e instalan en sus vecindarios letreros con un número que representa a cuántos metros sobre el nivel del mar se encuentran sus casas y las comunidades dialogan sobre el riesgo de inundaciones futuras a raíz del cambio climático.
A casi dos décadas de su estreno como artista ecológico y ante un mundo que suma nuevos desafíos medioambientales, señala que la relevancia de esta disciplina es mayor que nunca. “Lo bonito del arte es que nos enseña a reasumir nuestro papel como humanos, nos reintegra nuestra humanidad, nos hace pensar en maneras diferentes, nos hace imaginar cosas que no existen. Y que podemos innovar e integrarnos más”, dice. “No podemos hacer frente al cambio climático como nos gustaría porque las conversaciones que existen ahora no involucran a la comunidad (...) El arte te dice que tú eres participante, tú no eres algo pasivo, tú tienes manera de actuar y concientizar”, agrega.
Cortada hace un llamado explícito a los científicos a que tomen en cuenta la faceta artística de los humanos como parte de las soluciones para crisis del planeta: “Los científicos necesitan del arte para hacer frente al cambio climático (...) La única manera de romper y ver esto en una manera diferente es usando la creatividad para involucrar al público para que ellos entiendan”, señala.
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