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Chile vuelve a la tradicional tetera empujado por el alza del precio de la electricidad

El incremento progresivo en las cuentas de luz en pleno invierno ha obligado a los chilenos a buscar formas de economizar. Una de ellas, volver a calentar el agua con gas, aunque la diferencia monetaria es marginal

Ana Melo limpia su colección de teteras en la cocina de su casa en Santiago.
Ana Melo limpia su colección de teteras en la cocina de su casa en Santiago.SOFIA YANJARI
María Victoria Agouborde

El pasado 1° de julio empezó a regir en Chile el ajuste de la tarifa eléctrica que implicará un incremento por tramos en el precio de la electricidad para los hogares de hasta un 50% en 2025. El origen de esta medida se debe al congelamiento de precios de la luz fijado en 2019, en el contexto del estallido social, y que fue extendido durante la pandemia. En pleno invierno, el duro golpe al bolsillo ha empujado a los chilenos a buscar alternativas más económicas para paliar el frío. Uno de ellos es volver a calentar el agua en la clásica tetera sobre la cocina a gas en reemplazo del hervidor, razón por la su demanda ha ido en aumento.

La plataforma de comercio electrónico MercadoLibre, por ejemplo, ha registrado un incremento de un 32% en las ventas de los recipientes con pitorro respecto a los meses anteriores, mientras que las del hervidor han retrocedido un 8%, según datos publicados por El Mercurio. Los expertos, sin embargo, señalan que la diferencia de dinero entre las teteras y los hervidores es marginal.

Sonia y Lory van de compras

Es un lunes por la mañana y Sonia y Lory, quienes dicen estar “en el rango de los 75 a los 80 años”, se acompañan a comprar una tetera para sus respectivos hogares en la tienda comercial de mensajes Schmidt, en la comuna de Ñuñoa. Confiesan estar asustadas por las alzas de la luz, lo que las llevó a apagar el hervidor eléctrico y volver a calentar agua como solían hacerlo en el pasado. “Antes tenía muchas teteras, pero las fui botando. Ahora lo que voy a botar es el hervidor”, relata Sonia, y añade: “En mi casa todo es eléctrico. Hace unos meses quería comprarme una cocina eléctrica, ahora ni muerta. Por eso me llevo esta tetera, para economizar”. Después, en un intento de verle el lado positivo, Lory, quien se lleva una tetera de aluminio de un litro y medio por 13.000 pesos (14 dólares), suelta al aire: “Ademas, son bonitas”. Ambas mujeres ocupan el agua caliente a lo largo del día para preparase té o infusiones, y en estos meses de invierno para llenar sus guateros [bolsas de agua caliente].

El congelamiento de las cuentas de la luz durante casi cuatro años provocó una deuda con las empresas generadoras eléctricas de más de 6.000 millones de dólares que, según ha dicho el presidente Gabriel Boric, postergar su pago “sería irresponsable”. El Gobierno de izquierdas puso en marcha un subsidio enfocado en el 40% de los hogares más vulnerables y al que se podrá postular vía online hasta este domingo 14 de julio. Mientras otras ayudas para los más necesitados se discuten en el Congreso, los chilenos se las ingenian para que no les afecte tanto el bolsillo. El cambio a las teteras, sin embargo, no parece ser crucial. El ingeniero eléctrico y académico de la Universidad Finis Terrae, Fernando Yanine, asegura que la diferencia monetaria es marginal entre usar el hervidor eléctrico y la tetera.

“El hervidor eléctrico ocupa 2.000 kilowatt en una hora. Para hervir dos litros de agua en el hervidor se demora cinco minutos y, en términos del gasto en energía eléctrica, eso costaría alrededor de 18 pesos (0,019 dólares). Por otro lado, si usas gas para calentar la misma cantidad de agua, te va a costar unos 13 pesos (0,014 dólares) en la Región Metropolitana de Santiago. Entonces, usar gas para calentar el agua es más barato que el hervidor eléctrico, pero es una diferencia mínima”, sostiene el ingeniero. Además, apunta que ese calculo no se puede replicar a otras regiones del país, ya que el gas es más caro que en la capital, por lo que el impacto sería aún menor.

Ana llena de agua su tetera.
Ana llena de agua su tetera.SOFIA YANJARI

Alejandro Stern, gerente de la tienda Schmidt, comenta mientras atiende la sucursal llena de clientes, que desde principios de julio se han disparado las ventas de teteras, a pesar de que el producto siempre han tenido un buen flujo de salida: “Han bajado las ventas en todos los artefactos que se enchufan, como los hervidores eléctricos, y han explotado las de teteras y termos desde que supo que iban a aumentar las cuentas de la luz”.

En la tienda ubicada en la calle Irarrázaval, las teteras tienen un lugar protagónico, casi entrando al recinto y muy cerca de las cajas de pago. Stern dice que los modelos que más se llevan son las de un litro y medio y las de dos litros, pero ta,bién cuentan con ejemplares de hasta cinco litros de capacidad.

Un vendedor de una tienda de menajes en el centro comercial Apumanque, en el municipio de La Condes, en la zona oriente de Santiago, confirma el boom de las teteras. Dice que, desde las fuertes lluvias de junio pasado que afectaron la zona centro sur de Chile, y que provocaron cortes de luz en diversos municipios, vieron progresivamente que los clientes se llevaban más teteras.

En Menajes San Luis, en la comuna de Ñuñoa, no venden teteras, pero afirman que son muchos los chilenos que tocan su puerta en avenida Vicuña Mackenna en búsqueda de este producto. La ferretería La Bomba, en otro sector del residencial de mismo municipio, y que conserva la fachada de esas antiguas tiendas de barrio ya casi extintas, Víctor Salas, de 78 años, se detiene ante el escaparate que exhibe unos 10 tipos de teteras diferentes. Aún no está del todo convencido si reemplazar su hervidor. Quiere ver la factura de su próxima cuenta de la luz y, según el monto, optará por comprarse una tetera o no. “Si la cuenta me sale 2.000 o 3.000 pesos más (2 o 3 dólares), me voy a quedar con el hervidor. Si es más que eso, me cambio a la tetera”, dice.

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