Cronología de una semana en llamas en Chile
A siete días de que se prendiera la primera chispa en la región de Valparaíso, EL PAÍS recopila los hitos de la tragedia
Las primeras llamas se encendieron a las 12.05 del viernes 2 de febrero en el sector del fundo Las Tablas, en la reserva natural Lago Peñuelas. Los registros de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) la entidad encargada del control de incendios forestales en Chile, identificó en ese sector cuatro focos simultáneos que rápidamente se esparcieron por los pastizales secos y bosques.
El calor, con una máxima pronosticada de 27ºC para la región de Valparaíso y el fuerte viento que ese día soplaba de sur a norte, expandieron el fuego en tiempo récord. A las 13.30 ya amenazaban la ruta 68, la principal carretera de acceso a la zona del Gran Valparaíso, donde el tránsito fue suspendido para resguardar la seguridad de los automóviles. Sin embargo, los brigadistas y bomberos no pudieron contener el incendio. Las llamas continuaron avanzando hacia el norte siguiendo el curso de las quebradas que separan las diferentes villas construidas en los sectores altos de Viña del Mar y en parte de Quilpué. La basura acumulada en los desfiladeros se transformó en combustible que avivó aún más el fuego. A las 18.00 del viernes, las llamas ya estaban adentro de la ciudad de Viña del Mar, en parte de la comuna de Quilpué y en Limache.
El Sistema de Alerta de Emergencia (SAE), administrado por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), un organismo gubernamental, se activó en los teléfonos móviles de los habitantes de las zonas afectadas. Pero muchos dicen que o no la recibieron o les llegó demasiado tarde. Decenas de automóviles en los que las familias intentaban escapar, fueron alcanzados por el fuego. Muchos optaron por salir de los vehículos y correr por sus vidas. Pero las llamas avanzaban a una velocidad de entre cuatro y diez kilómetros por hora, mucho más rápido de lo que las personas podían avanzar entremedio de las estrechas callejuelas entre cerros. Fue el inicio de las peores horas de la pesadillla.
El jardín botánico de Viña del Mar, un pulmón verde con especies centenarias, fue reducido casi por completo a cenizas. De sus 400 hectáreas sólo quedaron dos en pie. Patricia Araya, funcionaria del lugar que vivía en el parque, murió junto a sus dos nietos y su madre, de 92 años.
Cuando llegó la noche, el humo hacía imposible determinar desde dónde venía el fuego y cuál era su ruta de avance. En horas de la madrugada el Gobierno de Gabriel Boric decidió decretar el estado de excepción de catástrofe, pero solo cuando amaneció el sábado se pudo tomar conciencia de la magnitud de la tragedia. El primer conteo de muertos se cifró en 19 personas, pero el Gobierno advirtió que el número aumentaría.
La tarde del sábado, las llamas no cesaban y a partir de las 14.00 horas hubo un rebrote producto del fuerte viento que a esas horas empezó a soplar nuevamente con fuerza. Mientras Senapred alertaba de nuevos lugares de evacuación, la zona industrial de El Salto, en el sector sur de la comuna de Viña del Mar, donde se ubican varias fábricas, comenzó a arder. El incendio alcanzó las instalaciones de unas 15 empresas.
El fuego fue amainando con las horas. En eso ayudó la vaguada costera y las bajas temperaturas del domingo 4 de febrero, pero el Cuerpo de Bomberos recién dio por superada la emergencia poco antes de la medianoche del martes.
“Esto ya no es solo incendio, esto es homicidio”
Durante los primeros días no fue fácil obtener cifras oficiales de desaparecidos y los muertos fueron aumentando. En un primer momento, tras la tragedia, la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti habló de más de 300 desaparecidos. Este jueves, sin embargo, el subsecretario de Justicia, Jaime Gajardo, indicó que se “llegó a un total de 66 denuncias” por personas que no habían sido encontradas, de las cuales aún quedan 14.
Los muertos, la mayoría de ellos recogidos por personal de Carabineros y la Policía de Investigaciones en la calle y las villas quemadas, hasta este jueves sumaban 131 personas. De ellas, el Servicio Médico Legal (SML) ha identificado a 50. El estado de los cuerpos ha dificultado esta labor, para la cual el SML ha debido recurrir a exámenes de ADN de familiares. Al cierre de esta edición, se habían realizado realizado 125 autopsias y 27 cuerpos ya han sido entregados a sus familiares.
Las sospechas de intencionalidad en el inicio de los focos rondaron desde el primer día. Desde el Gobierno, la ministra del interior, Carolina Tohá, señaló desde el domingo que manejaban “antecedentes serios de personas confiables” que respaldaban le origen intencional del fuego. Y el presidente Boric indicó el martes cerca de las 14.00, en un diálogo con vecinos de Villa Alemana, que “esto ya no es incendio, esto es homicidio”.
Pero pese al intenso trabajo de las policías todavía no ha habido detenidos acusados de causar los incendios. Es una información que confirmó este jueves el fiscal especializado Osvaldo Ossandón, que se encuentra en la zona del siniestro. “Hasta la fecha no han habido detenciones por incendios; ha habido muchos controles de identidad que pueden confundirse de gente que ha denunciado que ha visto a personas tratando de iniciar fuego. Han ido las fuerzas de de orden, pero no existen antecedentes para determinar que estuvieran cometiendo algún incendio”, señaló. La investigación se mantiene en carácter de reservado a fin de no interferir en las pesquisas.
Mientras tanto, los catastros iniciales del daño provocado por el fuego dan cuenta de unas 15.000 viviendas afectadas entre Viña del Mar y Quilpué. El presidente Gabriel Boric anunció que este viernes el Gobierno, a través de Bancoestado, iniciará el pago del bono de recuperación para las familias afectadas y activó el Fondo Nacional de Reconstrucción, una herramienta creada tras el terremoto de 2010, en el primer mandato de Sebastián Piñera. “Ha sido un mecanismo importante para poder canalizar e incentivar ayudas y apoyos del mundo privado cada vez que emergencias de estas características sacuden a nuestra patria”, señaló.
Las familias continúan con la remoción de escombros para poder reconstruir sus casas. El Ministerio de Obras Públicas ha calculado que son entre 35 mil y 50 mil toneladas de material que deberán remover, tarea en la que trabajan 164 máquinas de diferentes características y que demorará al menos un mes.
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