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Harold Mayne-Nicholls: “No gano nada con encontrar irregularidades hoy si el 20 de octubre los Juegos Panamericanos no están listos”

El nuevo director ejecutivo de Santiago 2023 cuenta con qué situación se encontró en la corporación y asegura que Chile llegará a tiempo con la organización. Lo que más le preocupa es que no hay espíritu

Harold Mayne-Nicholls, director ejecutivo de los Juegos Panamericanos Santiago 2023
Harold Mayne-Nicholls, el nuevo director ejecutivo de los Juegos Panamericanos 2023 en su oficina en Santiago, Chile.sofia yanjari (EL PAIS)
Antonieta de la Fuente

Harold Mayne-Nicholls (61 años, Antofagasta) dice que sabía bien en qué se estaba metiendo cuando el 2 de junio pasado, el ministro de Deporte chileno, Jaime Pizarro, le ofreció liderar los Juegos Panamericanos. Y no lo dudó: su respuesta fue un sí inmediato. “Si te llaman para una cosa así, sobre la hora, guardando las proporciones con el fútbol, es como cuando llaman a un entrenador para salvar a un equipo que está al borde del descenso”, cuenta Mayne-Nicholls a EL PAÍS en su oficina en el séptimo piso de un moderno edificio en la comuna de Providencia.

Mayne Nicholls tiene experiencia deportiva en el cuerpo. No solo porque fue seleccionado de fútbol mientras estudiaba periodismo en la Universidad Católica, sino porque tiene una trayectoria ligada a los eventos deportivos. Entre 1993 y 2012 trabajó en la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), desde la cual participó en la organización de varios torneos de categoría mundial. Entre 2007 y 2011 fue, además, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile, en uno de los mejores años de la selección chilena, cuando el argentino Marcelo Bielsa era el director técnico y el país sudamericano clasificó al Mundial de Sudáfrica tras doce años sin participar de una copa planetaria. En 2019, asumió como vicepresidente de Blanco y Negro, la sociedad que administra Colo Colo, uno de los principales clubes chilenos de fútbol.

Son las 6:30 de la tarde, afuera llueve, pero en la corporación Santiago 2023 –como se denomina a la entidad organizadora de los Juegos– pareciera que fuera el mediodía. Todavía quedan muchas personas en el piso, se escuchan conversaciones, fotocopiadoras, reuniones y hay un grupo afuera del despacho del nuevo director ejecutivo esperando que se desocupe para preguntarle algo. Mayne-Nicholls dice que pocas veces se va a su casa antes de las diez de la noche y que llega un poco antes de las ocho de la mañana. Faltan exactos 114 días para que empiecen los Juegos Panamericanos, el principal evento deportivo que Chile ha realizado en su historia, después del Mundial de Fútbol de 1962. Se calcula que unos 8.000 atletas de toda América llegarán a competir en las 39 disciplinas de los Panamericanos y 17 de los Parapanamericanos. Y aunque la organización avanza contrarreloj, el nuevo director ejecutivo asegura que Chile llegará tiempo. “Vamos a lograrlo sin ningún inconveniente. Por supuesto, el ideal sería haber llegado mucho antes, pero de qué sirve llorar sobre la leche derramada”, señala.

En las casi dos semanas que lleva a cargo de Santiago 2023, Mayne-Nicholls ya recorrió las obras, revisó las etapas en que se encuentra cada una y dice que quedó tranquilo. “Fui al Estadio Nacional que va a ser un centro maravilloso, de primer nivel para todos los deportes. Hablé con todos los ingenieros y jefes de obra y están convencidos de que lo lograremos. En el que podría ser el mayor inconveniente, la piscina para saltos ornamentales, están trabajando 24 horas todos los días y tienen la presión, pero están convencidos que llegamos”, dice el periodista, que hizo un posgrado en administración de empresas en la Universidad Adolfo Ibáñez y una pasantía en el Departamento de Deportes de la Universidad de Notre Dame, South Bend, en el Estado de Indiana en EE UU.

El retraso de los recintos para realizar las competencias del campeonato y el desorden de los dineros invertidos en la organización –cuyo presupuesto total ya supera los 650 millones de dólares–, empañan desde hace varios meses el torneo, que para el nuevo director ejecutivo debería ser un motivo de alegrías y orgullo para los chilenos. Dice que eso es lo que más le preocupa: que no hay espíritu. Cuenta que cuando anda en Metro la gente lo reconoce y le dicen: “Ojalá que lleguemos”. Él reflexiona: “Siempre con lagrimita, no con la confianza de que lo vamos a lograr”.

Lo mismo le pasa con el equipo que heredó de la anterior directora ejecutiva de Santiago 2023, Gianna Cunazza. Son más de 900 personas que trabajan hoy en la corporación y la impresión que tiene Mayne-Nicholls es que falta la mística y el trabajo en equipo que a él le gustaría que existiera. “No siento que conversen todas las partes para unir este gran rompecabezas. Me puedo equivocar, pero creo que tiene que ver con tema de liderazgo, del tipo de liderazgo que a mí me gusta, que es que vayamos todos avanzando juntos”.

Todavía no ha logrado reunirse con Cunnaza, quen renunció a la organización el 2 de junio. “Quedamos de hablar la semana pasada y ella estaba afuera y esta semana ha sido de locos, así que todavía está pendiente”, dice. La gestión de la anterior líder de Santiago 2023 fue puesta en duda por las rendiciones rechazadas por el Instituto Nacional del Deporte (IND), que opera como un ente descentralizado con patrimonio propio a cargo de ejecutar la política del Ministerio del Deporte. El tema escaló hasta que el 15 de abril pasado el IND suspendió la entrega de fondos públicos a la corporación hasta que las observaciones realizadas en las rendiciones no fueran subsanadas, una situación que se mantiene hasta hoy. Mientras, un informe de auditoría de la Contraloría General de la República de Chile objetó parte importante de las transferencias realizadas desde el IND a la Santiago 2023.

Harold Mayne-Nicholls asegura que el problema será resuelto. El dirigente deportivo dio como plazo el 7 de julio al equipo de administración y finanzas de la corporación para subsanar todas las observaciones y confía en que así será. Son 90.000 millones de pesos, unos 111 millones de dólares, que se suman a los 150 millones de dólares ya entregados este año, los que deben liberarse para que la organización de los juegos pueda seguir con su trabajo.

“Mientras no hagamos entrega de las observaciones, no nos pueden entregar nuevos recursos. Pero como nos pusimos la fecha el 7 de julio de entregarlo todo, a la semana siguiente deberíamos tener los nuevos fondos”, plantea Mayne-Nicholls, que asegura que no tiene plan B si es que no se liberan esas entregas. “Prefiero ocuparme de las cosas y no preocuparme, así que si el 7 de julio a las 23:59 no han llegado, tengo un minuto para que se me ocurra qué voy a hacer”, dice.

Pero el desorden del dinero puede transformarse en un obstáculo mucho mayor, porque las sospechas de mal uso de recursos públicos están a la orden del día. Sin ir más lejos, la semana pasada la Cámara de Diputados aprobó la creación de una Comisión Investigadora para indagar posibles ilícitos con los recursos de los Panamericanos.

Al respecto, Mayne-Nicholls dice: “A mí me trajeron a sacar adelante este proyecto, no a investigarlo. Me limito a decir que las cosas de la gestión anterior que no me parecían, las vamos a hacer de otra manera. Pero no gano nada hoy con encontrar irregularidades si el 20 de octubre los juegos no están listos”. Y agrega: “En nada me ayuda que se abra esta comisión investigadora, pero tienen todas las facultades de hacerlo y les corresponde. Tendrán que investigar lo que quieran, pero si nos piden estar entregando información permanentemente, vamos a tener que buscar cómo hacerlo para en paralelo seguir trabajando con los juegos. No sé cómo nos vamos a desdoblar, pero lo tendremos que hacer”, reflexiona sobre la labor fiscalizadora del Parlamento.

Por ahora, está enfocado en seguir el cronograma del evento deportivo. Si todo sale según lo planeado, en 15 días empezará la venta de entradas, las que, según el dirigente, no deberían costar más de 10.000 pesos chilenos, es decir, unos 12,4 dólares por persona. “Eso es una materia que tiene que resolver el directorio, pero van a ser populares de todas maneras, para que las familias puedan ir, al menos, a un evento”, dice. En total se venderán alrededor de un millón de entradas. “A ver si batimos el récord de Luis Miguel”, [que realizará, en forma inédita, 10 conciertos en Chile en agosto], lanza entre risas y confiado el nuevo director ejecutivo de los Juegos Panamericanos, mientras mira por cómo las gotas siguen resbalando por el ventanal de su oficina.

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Antonieta de la Fuente
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en negocios y economía. Ha trabajado en los principales medios escritos del país, como 'Qué Pasa', 'La Tercera', 'Diario Financiero', 'La Segunda' y 'Revista Capital' de la que fue editora general entre 2013 y 2019.

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