Sebastián Edwards, sobre Chile: “Los grandes negocios globales siguen más el tema del litio que la nueva Constitución”
El economista chileno-estadounidense critica la actitud de “manada” de la comisión de expertos que escribe el anteproyecto de Constitución chilena y dice que ve un 40% de probabilidades de que el país sudamericano caiga en recesión
Sebastián Edwards (Santiago de Chile, 69 años) estuvo muy cerca de ser parte de la comisión de expertos que actualmente redacta el anteproyecto de la nueva Constitución de Chile, que será entregado el 7 de junio a los 50 convencionales que serán elegidos este domingo. Pero, finalmente, el economista chileno radicado en Estados Unidos, donde es profesor titular de la cátedra Henry Ford II en la Universidad de California (UCLA), quedó fuera. Los partidos privilegiaron a sus militantes y él, que fue economista jefe del Banco Mundial para América Latina, no tuvo posibilidades de entrar.
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Sebastián Edwards (Santiago de Chile, 69 años) estuvo muy cerca de ser parte de la comisión de expertos que actualmente redacta el anteproyecto de la nueva Constitución de Chile, que será entregado el 7 de junio a los 50 convencionales que serán elegidos este domingo. Pero, finalmente, el economista chileno radicado en Estados Unidos, donde es profesor titular de la cátedra Henry Ford II en la Universidad de California (UCLA), quedó fuera. Los partidos privilegiaron a sus militantes y él, que fue economista jefe del Banco Mundial para América Latina, no tuvo posibilidades de entrar.
Desde su casa en California, lamenta esa decisión y dice que si hubiera sido parte del órgano habría actuado como “libre pensador” y no como parte de los dos bloques que hasta hoy no han logrado llegar a acuerdos en puntos tan sensibles como la arquitectura del Estado social y democrático de derecho y el papel de los privados en la salud. En este diálogo con EL PAÍS, habla sobre el segundo proceso constituyente y cómo éste puede afectar el delicado momento económico por el que atraviesa Chile.
Pregunta. En marzo pasado, dijo que parte del mejor desempeño económico que se estaba viendo a principio de año era producto del triunfo del triunfo de los que rechazaron la propuesta de nueva Constitución en septiembre. ¿Sigue pesando ese factor o ya se agotó su efecto?
Respuesta. En marzo dije que el rechazo a la primera propuesta constitucional estaba dando dividendos, en el sentido que había dado algo de certidumbre a los agentes económicos. El cambio radical y refundacional propuesto por la primera convención constitucional no se llevaría a cabo y eso ayudó en la inversión. Pero esos dividendos no duran para siempre. Los nuevos datos de actividad no son alentadores, pero es muy pronto para decir si el país entrará en una recesión.
P. ¿Ve incertidumbre entre los inversionistas frente al proceso constituyente actual?
R. Este es un proceso más acotado, con lo que se ha llamado bordes. Ello limita, en parte, la incertidumbre. Pero, al final, lo que importa es el texto que se redacte, y sobre eso aún no sabemos mucho. Los expertos se han atascado en escribir los detalles de su propuesta y el consejo constitucional aún no ha sido electo [sus 50 integrantes serán elegidos por la ciudadanía este domingo]. Habrá que ver qué pasa.
P. ¿Cuál sería el mejor escenario de esta elección para la economía de Chile? Un informe reciente de JP Morgan recomienda sobreponderar acciones chilenas ante la perspectiva de que las listas de derecha alcancen el 50% de los consejeros este domingo.
R. No queremos un consejo paralizado, en el que se produzca una guerra de atrición entre dos partes que no ceden. Ello llevaría a una parálisis, lo que, naturalmente, no es positivo. Pero tampoco queremos una mayoría tan sustancial, que le dé absoluta libertad a un grupo. Esto fue lo que sucedió en la primera convención y fue muy negativo. Entonces, lo ideal es que haya que conversar, negociar, debatir, buscar terreno común para producir un documento que pueda ser aprobado por una muy amplia mayoría en el plebiscito. Digamos por 75% o más.
P. ¿Y qué escenario podría empañar la situación económica de Chile?
R. Un gran empate no ayudaría, ya que podría llevar a parálisis. Tampoco ayudaría un triunfo por goleada. Lo ideal es que se obligue a negociar y llegar a acuerdos amplios y razonables.
El efecto “manada” y el activismo académico
P. Estuvo cerca de convertirse en parte de la comisión de expertos, que ya trabajan en un borrador de nueva Constitución. ¿Cómo evalúa el trabajo que han realizado hasta ahora?
R. Hay cosas que me sorprendieron. Por ejemplo, para mí es muy difícil entender que expertos y académicos estén agrupados en dos grupos, oficialismo y oposición. Esa actitud de manada es la antítesis misma de la academia y de los expertos. En eso hay un enorme contrasentido. La verdad es que si yo hubiera sido nombrado no me alinearía con ninguno de los dos bloques. Sería un libre pensador, analizando cada norma, cada línea, cada palabra por su propio mérito. Habiendo dicho eso, y examinando los textos producidos, me parece que en su primera etapa avanzaron bien; hicieron un borrador bastante minimalista y razonable. De ahí pasaron a rencillas partisanas, lo que ha enredado las cosas. Espero que el sentido común prevalezca y que en el tiempo que queda actúen como expertos y no como activistas.
P. ¿Cree que el anteproyecto que existe hasta ahora entrega tranquilidad a los inversionistas?
R. Lo que hay hasta ahora es razonable, pero los inversionistas saben que no será lo que se someterá a escrutinio ciudadano. Lo que ayuda es que no se vislumbran las ideas peregrinas y un tanto desquiciadas de la primera convención. Pero la verdad es que en lo que a inversión se refiere, el mundo de los grandes negocios globales está siguiendo el tema del litio con más interés que la nueva Constitución.
P. ¿Dónde están sus principales inquietudes en este segundo intento constituyente?
R. Hay que cuidar el que el Ejecutivo tenga la exclusiva iniciativa para proponer gastos. Lo contrario es receta segura para un populismo clientelista. Hay que evitar que aspectos del parlamentarismo se metan de contrabando por las ventanas. No sería bueno que Chile terminara con un sistema mixto e insípido. La tradición y la cultura chilenas se encuentran, firmemente, en el terreno del presidencialismo. Ha tenido excesos que hay que mejorar, pero eso no significa que haya que migrar al parlamentarismo.
Un 40% de probabilidad de recesión
P. ¿Cómo ve al presidente Boric en su segundo año de Gobierno?
R. Veo que el presidente ha madurado y se ha serenado. Ha crecido. Desafortunadamente su coalición no lo acompaña. Si un marciano aterrizara en Chile y observara el comportamiento del Frente Amplio y el Partido Comunista, concluiría que son partidos de oposición.
P. ¿Podría el deterioro de las cifras económicas tener un efecto castigo hacia el Gobierno en esta elección?
R. Creo que van a ser castigados por una multitud de factores. La economía es uno de ellos. Pero también por los indultos, las políticas identitarias, la inseguridad y política migratoria.
P. La actividad económica en Chile cayó 2,1% en marzo. ¿Cuál es su visión frente a esta baja?
R. Hay que mirar los datos en detalle. El producto no minero está siendo resiliente. La pregunta es si esto se va a mantener, si la resistencia se va a transformar en brotes verdes. Yo le doy un 40% de probabilidad que tengamos una recesión. El que la Reserva Federal esté llegando al fin de su ciclo restrictivo nos puede ayudar.
P. La caída de 8,5% en la actividad minera fue lo que más afectó. ¿Es un factor preocupante?
R. En la minería hay un serio problema con el agua y con los permisos. Es sorprendente que haya habido relativamente pocas iniciativas de desalinización; esa es la solución que se ha buscado en muchos países. Respecto a los permisos, el que se haya aprobado, finalmente, la ampliación de Los Bronces es una buena señal, pero no está claro si es un cambio de tendencia o tan solo una decisión aislada.
P. En un escenario con alta inflación, crecimiento negativo y desempleo al alza, ¿qué debiera hacer el Banco Central?
R. Debe priorizar la lucha contra la inflación. Si la inflación se desata, es como si el dentífrico saliera del tubo. Muy difícil devolverlo.
P. ¿Podría tomar la decisión de empezar a bajar antes de lo presupuestado la tasa de interés?
R. Va a depender de cómo vengan los datos. En este momento lo veo difícil. En Estados Unidos la inflación ha resultado ser más rebelde de lo esperado. Es posible que no se siga subiendo la tasa, pero creo que tomará un tiempo hasta que empiece a bajar.
P. Es de los pocos economistas que anticiparon que la inteligencia artificial empezaría a reemplazar empleos en forma masiva. ¿Cree que hay algo de ese efecto en el aumento del desempleo (8,8% entre enero-marzo) en Chile?
R. Cuando, hace muchos años, di la voz de alarma sobre la inteligencia artificial, me tildaron de loco. Alguien incluso preguntó si estaba fumando marihuana. Hoy el tema es real y avanza cada día. Algunos empleos se perderán y otros se crearán. Lo importante es entender que en el futuro los equipos ganadores estarán formados por una combinación de inteligencia artificial e inteligencia humana. Será esa mezcla la que triunfará sobre computadoras aisladas o personas solitarias. Ello significa que hay que mover la educación en esa dirección, aprender a armar equipos con la inteligencia artificial. Desafortunadamente, nada de eso se está haciendo. La educación en Chile, y en el resto de América Latina, sigue siendo un horror. Es un área en la que vamos para atrás.