“La célula del cáncer es como otra especie cualquiera: busca sobrevivir”

Laura Escudero es investigadora del Instituto de Oncología del Vall d'Hebron (VHIO) de Barcelona

Laura Escudero en el laboratorio del Instiuto de Oncología del Vall d'Hebron. JUAN BARBOSA

Para matar el tiempo en el metro de camino al trabajo, Laura Escudero (Badalona, 1991) lleva dos libros encima. Para la ida, uno de divulgación científica. Para la vuelta a casa, una novela. Hay un trecho y el viaje hay que aprovecharlo: vive en Badalona, a los pies de la playa, y trabaja en el Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona, un centro de investigación en la falda de Collserola. “Como tengo tanto rato de metro, aprovecho para leer y, de pronto, me transporto a la historia del libro. ...

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Para matar el tiempo en el metro de camino al trabajo, Laura Escudero (Badalona, 1991) lleva dos libros encima. Para la ida, uno de divulgación científica. Para la vuelta a casa, una novela. Hay un trecho y el viaje hay que aprovecharlo: vive en Badalona, a los pies de la playa, y trabaja en el Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona, un centro de investigación en la falda de Collserola. “Como tengo tanto rato de metro, aprovecho para leer y, de pronto, me transporto a la historia del libro. Para mí leer es una manera súper fácil de desconectar”, apunta la joven.

El trabajo le roba mucho tiempo y los ratos de sosiego se agradecen cuando uno pasa media vida en el laboratorio. Laura es licenciada en Biotecnología e investigadora del VHIO en genética del cáncer. Apuntaba para médica pero, carambolas de la vida, como cuatro centésimas en la nota de Selectividad, la obligaron a replantearse su futuro o, al menos, el camino para llegar a él. “Mis opciones eran Medicina o Medicina. Estaba muy empecinada. Pero ese año, la nota subió muchísimo. Y en ese momento tuve que replanteármelo todo. Me di cuenta de que, por mi forma de ser, investigadora médica, quizás era más adecuado para mí y a mi naturaleza de querer saberlo todo. Ese septiembre me llamaron de Medicina, que había entrado. Tuve que tomar la decisión y me decanté por investigación médica”.

Una década después

Nombre y edad.Laura Escudero, 27 años.

Si no fuera lo que es le hubiera gustado ser... Una opción hubiese sido médico y también hubiese tomado seguramente la rama de la oncología; en otra fase más anterior, también quise ser astrobióloga.

Se va de vacaciones.. Ya me he ido. Las últimas a una isla griega, Zakynthos, porque me gusta la mezcla de mar y montaña. Y cuando acabé la tesis doctoral, el pasado noviembre, también me regalé un viaje sola por Australia, una ruta de aventura.

Dentro de 10 años trabajará en...Me gustaría tener mi propio equipo de investigación y también en el área del cáncer, seguramente relacionado con los niños, en oncología pediátrica.

No se arrepiente. Y tampoco le ha ido nada mal desde entonces. Tiene 27 años y es doctorada en Genética del Càncer per la Universidad de Cardiff (Reino Unido). Ejerce, además, como embajadora de la Asociación Europea por la Investigación del Cáncer y se ha incorporado este año el equipo de investigación del doctor Joan Seoane en el VHIO. “Lo que hacemos es estudiar el tumor de cada paciente. Utilizar la genética de una manera que nos puede ayudar para el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de los pacientes de una manera personalizada”, explica.

Aunque siempre le gustó, a la oncología la conoció de veras durante el doctorado. Y, de entre todas las disciplinas que la pretendían, se enamoró de esta: “Fue una sensación. Me dije: vale, esto es lo que quiero hacer”. Y es lo que hace. La joven está participando en un estudio de la Asociación Española Contra el Cáncer sobre cómo usar la biopsia líquida en líquido cefalorraquídeo para mejorar el diagnóstico y el pronóstico en tumores cerebrales. “Lo que más me impacta es que si piensas en una célula del cáncer, te das cuenta de que es igual que cualquier otra especie: solo busca sobrevivir. Digamos que encontramos su talón de Aquiles, que a nivel genético se encuentra una mutación, se crea un fármaco que atacará a este perfil de células , pero dentro de un tiempo, aparecerán resistencias y el paciente ya no responderá a ese tratamiento. Cuando te vas al tumor, ves que las células han encontrado una manera de sobrepasar lo que tú le estabas haciendo. Es una lucha por la evolución y la supervivencia”, reflexiona.

La investigadora participa en un estudio de la AECC sobre biopsia líquida
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Laura ve la investigación del cáncer como una carrera en la que los científicos llevan la delantera. “Pero es una lucha constante porque el cáncer al final sobrevive: tú desarrollas una manera de atacarlo y él buscará una manera de crear resistencias”, avisa.

La joven investigadora ansía saber quién ganará esa guerra, cómo acabará la carrera. “Sabemos mucho del cáncer, pero necesitamos saber más”, admite. Por ejemplo: “Saber de todos los tipos de tumores, qué los causa”. El cáncer no da tregua, pero hay vida más allá de la sala de cultivos. Al menos, para Laura. “Hay que intentar tener algo de balance fuera del laboratorio”, insiste. Desde los siete años, practica danza clásica y española. Antes, a nivel de competición. Desde que comenzó el doctorado, más esporádicamente. Laura asegura, no obstante, que ha dado buena cuenta de lo aprendido en el baile y también lo aplica a su trabajo. “La danza me ha propiciado condiciones a mi carácter que me sirven hoy, como la disciplina y la perseverancia”, apunta.

“La danza me ha dado condiciones que me sirven hoy, como la disciplina”

Laura ahora corre. Una vez por semana. Para desconectar, precisamente, de la otra carrera que disputa en el laboratorio contra el cáncer y sus resistencias. También navega en barco con su padre. De hecho, quiere sacarse el carnet de patrón de barco. Los libros ya los tiene, dice. “Me falta abrirlos y ponerme”, admite perezosa.

 

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