Un basurero en el Jardín del Turia

Hartos de tanto ruido y suciedad. Así están los vecinos que residen junto al tramo 9 del Jardín del Turia, en Valencia, donde al cabo del año se llegan a celebrar hasta 19 ferias y eventos festivos, todos autorizados. Son citas multitudinarias en las que el público se queda tras el cierre de las casetas y altera el descanso de los residentes. “El ruido en la última feria superó en 20 decibelios los permitidos por la ley”, denuncian los afectados.

En este tramo de jardín, atractivo porque es céntrico, ha...

Hartos de tanto ruido y suciedad. Así están los vecinos que residen junto al tramo 9 del Jardín del Turia, en Valencia, donde al cabo del año se llegan a celebrar hasta 19 ferias y eventos festivos, todos autorizados. Son citas multitudinarias en las que el público se queda tras el cierre de las casetas y altera el descanso de los residentes. “El ruido en la última feria superó en 20 decibelios los permitidos por la ley”, denuncian los afectados.

En este tramo de jardín, atractivo porque es céntrico, hay una gran explanada donde igual puedes degustar marisco, beber un fino, asistir a una función circense o subir a una atracción de feria. Es uno de los epicentros festivos de la capital. “No queremos que se prohíban estos eventos pero sí que el Ayuntamiento haga cumplir las ordenanzas de ruido y limpieza”, expone una portavoz de la recién creada Asociación de Vecinos del Tramo 9 del Río Turia.

Los afectados se han quejado en 26 ocasiones del descontrol en la zona e incluso han encargado mediciones de ruido durante los tres días de conciertos musicales organizados a propósito de la última muestra de vinos, recién clausurada. En otras ocasiones, el conflicto está en la basura desparramada por el jardín, resultado de botellones improvisados.

“Este invierno hemos estado más tranquilos porque no se ha instalado el circo, pero a partir de marzo, con la llegada del buen tiempo, empieza la feria del vino, luego la feria de abril, luego le sigue la feria alternativa...”, enumera la dirigente vecinal. El problema es que, aunque los promotores de los festejos cumplan el horario y cierren sus casetas a medianoche, los asistentes remolonean durante una hora, dos o tres. “Es un auténtico suplicio”, se quejan los propietarios.

El jardín amanece al día siguiente cubierto de cristales rotos, latas vacías y bolsas de plástico. Los vecinos han tomado pacientemente fotografías “del desmadre” para ilustrar sus denuncias. “Una semana después de acabada una de las ferias, todavía quedaban cosas sin recoger”, añade la portavoz. La feria alternativa o la feria de julio concentran la mayoría de las quejas de los residentes.

La asociación se ha entrevistado con dos concejales del Ayuntamiento de Valencia para trasladarles las quejas. El Consistorio se ha comprometido con los residentes “a vigilar” que no se repitan los excesos del año anterior, han informado fuentes municipales.

Los vecinos del tramo 9 del Turia apelan al tránsito de turistas por este tramo de jardín, que se sitúa entre el puente de la Exposición (más conocido como la Peineta, de Santiago Calatrava), y el puente de las Flores. Por ahí acceden al antiguo cauce del río —el mayor espacio verde de la capital— un 70% de los que visitan Valencia. “Debemos hacer algo para impedir que esto se repita. Esto no ocurre en grandes parques como Central Park o Hyde Park, donde el cuidado y la limpieza es primordial para la imagen de una ciudad”, concluye la asociación.