Bienestar cancela el concierto a un geriátrico por impago de nóminas

El centro, con 43 plazas públicas, alega que la Generalitat le debe 200.000 euros

La residencia de ancianos Nova Reus en Tarragona.Josep Lluís Sellart

El Departamento de Bienestar Social canceló ayer la colaboración con la residencia de ancianos Nova Reus (Tarragona) al confirmar que la empresa que gestiona el geriátrico, Famili Server S.L, dejó de pagar nóminas a los trabajadores y cotizaciones a la Seguridad Social. La entidad, que no niega sus deudas, replica que parte de sus problemas se deben a los impagos de la propia Generalitat, que le debe unos 200.000 euros desde el año pasado en concepto de las 43 plazas que tienen concertadas con Bienestar Social. “Todos tendríamos que t...

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El Departamento de Bienestar Social canceló ayer la colaboración con la residencia de ancianos Nova Reus (Tarragona) al confirmar que la empresa que gestiona el geriátrico, Famili Server S.L, dejó de pagar nóminas a los trabajadores y cotizaciones a la Seguridad Social. La entidad, que no niega sus deudas, replica que parte de sus problemas se deben a los impagos de la propia Generalitat, que le debe unos 200.000 euros desde el año pasado en concepto de las 43 plazas que tienen concertadas con Bienestar Social. “Todos tendríamos que tener la misma vara de medir. Nosotros no podemos pagar pero hay otros que tampoco nos pagan a nosotros”, se quejó ayer un portavoz del centro.

La denuncia de los trabajadores del geriátrico, que criticaron el pasado mes de agosto, que llevaban tres meses sin cobrar puso en alerta a la Generalitat. Tras varios meses de inspecciones, Bienestar Social concluyó que existían irregularidades tributarias e instó al centro, según una portavoz del departamento, a “corregir esas irregularidades” bajo la amenaza de rescindir el concierto. “Finalmente se ha decidido revocar la acreditación como centro colaborador después de que la empresa no pudiese acreditar estar al corriente del pago de sus obligaciones fiscales, tributarias y de la Seguridad Social”, explicó Anna Vendrell, directora de Servicios Territoriales de Bienestar Social y Familia en Tarragona.

Vendrell afirmó que la decesión se tomó “al no acreditar el pago de las deudas acumuladas a los trabajadores, la Agencia Tributaria y la Seguridad Social y tampoco haber presentado ningún acuerdo firme con otro proveedor o inversor que garantizase la viabilidad del centro”.

Sin embargo, un portavoz del geriátrico explicó que el año pasado, ante la deuda de 57.000 que arrastraba la Generalitat con el centro, propusieron que las nuevas partidas se destinasen directamente a pagar a los trabajadores, pero la Generalitat se negó.

El Gobierno catalán confirmó que los 43 ancianos que ocupan las plazas colaboradoras en el centro privado tendrán la posibilidad de trasladarse a otras residencias cercanas como el STS Misericòrdia o el Centre Marià Fortuny. Por su parte, el portavoz de Nova Reus evitó valorar si la decisión de la Generalitat de rescindir la colaboración los abocará al cierre. “Es muy pronto para saber si podremos continuar funcionando. Cuando sepamos cuántos ancianos se van, podremos valorar la viavilidad del centro y decidir si cerramos o no”, zanjó.

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