Un territorio desarmado por sus deudas

Los economistas Aurelio Martínez y Vicente Pallardó presentaron este jueves en Valencia Los siete pecados capitales de la economía española, una obra que explica la gravísima situación en que se encuentra hoy España sobre la base de los excesos y errores cometidos durante el largo periodo de expansión que precedió a la crisis.

Martínez, que en los últimos años ha ocupado las presidencias del ICO, Navantia y Loterías del Estado, señaló que el ...

Los economistas Aurelio Martínez y Vicente Pallardó presentaron este jueves en Valencia Los siete pecados capitales de la economía española, una obra que explica la gravísima situación en que se encuentra hoy España sobre la base de los excesos y errores cometidos durante el largo periodo de expansión que precedió a la crisis.

Martínez, que en los últimos años ha ocupado las presidencias del ICO, Navantia y Loterías del Estado, señaló que el desorbitado dato de déficit de la Comunidad Valenciana conocido este jueves —3,5%, más del doble del objetivo fijado, del 1,5%— no resulta sorprendente. El territorio, más aún que el resto de autonomías, tomó como permanentes el gran caudal de ingresos coyunturales, que procedían del boom inmobiliario. Al desaparecer con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la Generalitat se encontró con una estructura de gasto insostenible, reaccionó tarde a la necesidad de reequilibrar el presupuesto, y acumuló un nivel de endeudamiento tan alto ya durante el ciclo expansivo, “en contra de lo que señala cualquier manual de economía”, que ahora “no tiene capacidad ni para paliar mínimamente los efectos de la crisis”.

Como pecado añadido, indica Martínez, buena parte del endeudamiento y de los ingresos extra (coyunturales) del auge constructor se fueron en aeropuertos sin aviones, carreteras redundantes, palacios de congresos y más infraestructuras prescindibles que hoy presentan gastos fijos difíciles de sostener.

Martínez y Pallardó mencionan también el mal modelo de financiación que históricamente ha tenido el territorio, el hundimiento de una economía regional volcada en el ladrillo y sus industrias y servicios auxiliares y un “tardío y poco ambicioso plan de reequilibrio”. “Todo ello lleva a este resultado de déficit”, concluye Pallardó, “que es de largo el peor de España”.