‘Cuatro cuentos cuánticos’, de Javier Argüello: un salto a la incertidumbre de la mano de la física cuántica

Parece mentira que una teoría científica como la cuántica deje tanto espacio para maniobrar con la imaginación. Pablo Picasso creó el cubismo desde la idea de asimetría que llevó a Einstein a formular su teoría de la relatividad. También con Albert Einstein cont...

Parece mentira que una teoría científica como la cuántica deje tanto espacio para maniobrar con la imaginación. Pablo Picasso creó el cubismo desde la idea de asimetría que llevó a Einstein a formular su teoría de la relatividad. También con Albert Einstein contrajo deuda Lawrence Durrell, cuando escribió el célebre El cuarteto de Alejandría; así lo reconoció un tiempo después. La música, el arte más cartesiano de todos, sirvió al escritor inglés Aldous Huxley a concebir su obra mayor y una de las más importantes del siglo XX, Contrapunto. He citado estos casos de connivencia entre ciencia y ficción para introducir al lector en la obra del escritor argentino (aunque nacido en Santiago de Chile) Javier Argüello. Por supuesto que estas concomitancias no son mecánicas. Cada una de las citadas tiene su manera muy particular de trasladar algunas leyes científicas a su estructura. En Javier Argüello, que ya lo sugirió en obras anteriores, se explicita aquella connivencia con mayor transparencia y convicción narrativa en el libro nuevo que ahora publica; se trata de Cuatro cuentos cuánticos.

La literatura de Javier Argüello se desenvuelve entre lo lineal de toda historia escrita y el salto a la incertidumbre, a lo no comprobable aunque tal vez vivido o soñado. En este libro, Argüello nos introduce en ese espacio que va de la física clásica a la mecánica cuántica, de la conciencia como creadora de la realidad a la indeterminación de esa realidad. Este libro es a veces una introducción disimulada de la teoría cuántica y otras, en las más, relatos de amor. Un viaje por las rutas de la incertidumbre hasta llegar al instante de los milagros terrenales.

Tres de los cuatro relatos son enormes, y están a caballo entre entre lo que vemos y tocamos y lo que vemos, tocamos y alcanzamos para siempre

Quiero decir que cada uno de estos cuentos puede funcionar perfectamente como nouvelles. Son cuatro historias con un desarrollo narrativo que los acerca a la novela corta. No se espera al final de cada uno de ellos ningún desenlace que nos sorprenda, ni ningún inicio que necesitemos completar con un final imprevisto. De los cuatro me quedo con tres, si tuviera que recomendarlos efusivamente. El que no me gustó se titula ‘Un cuento inglés’. Es un homenaje a Borges y me perdí, tal vez por ser demasiado borgeano. No pasa lo mismo con los otros tres. Tres enormes relatos a caballo entre lo que vemos y tocamos y lo que vemos, tocamos y alcanzamos para siempre.

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