El alegato antibelicista de Antonio Monegal, la historia de Jerusalén en viñetas, la vida falsa en los personajes de George Saunders y otros libros de la semana

“Jerusalén no puede dejar de ser lo que es, la ciudad tres veces santa y el epicentro del conflicto israelopalestino, pero no significa que esté condenada por su pasado, ni por los momentos de violencia e intolerancia”. Lo escribe Guillermo Altares en su reseña del cómic Historia de Jerusalén, de Christophe Gaultier y Vincent Lemire, un volumen erudito, crudo y divertido a la vez que cuenta la historia de la ciudad, narrada a través de un árbol milenario que contempla la población desde el Monte de los O...

“Jerusalén no puede dejar de ser lo que es, la ciudad tres veces santa y el epicentro del conflicto israelopalestino, pero no significa que esté condenada por su pasado, ni por los momentos de violencia e intolerancia”. Lo escribe Guillermo Altares en su reseña del cómic Historia de Jerusalén, de Christophe Gaultier y Vincent Lemire, un volumen erudito, crudo y divertido a la vez que cuenta la historia de la ciudad, narrada a través de un árbol milenario que contempla la población desde el Monte de los Olivos. Fieles de las tres grandes religiones monoteístas han sufrido y muerto en Jerusalén, pero también han existido muchos momentos de tolerancia. Y quizá ese es el único camino para el futuro.

El Libro de la Semana es El silencio de la guerra, de Antonio Monegal, que revela que el discurso épico, formalizado por la Ilíada y que tiene en los versos de Shakespeare en su obra Enrique V una de sus cimas, “configuró un sistema para contar la guerra que es ideológico sin que lo parezca porque ya es un mecanismo cognitivo que tenemos arraigado a través de la tradición cultural a la que pertenecemos”, según explica en su crítica Jordi Amat. El ensayo de Monegal es así todo un alegato contra la épica de la guerra.

En otro interesante artículo, Luna Miguel reseña tres novelas de tres jóvenes escritoras: Niños del futuro, de Andrea Toribio, La ternura, de Paula Ducay y Mala estrella, de Julia Viejo, que nos descubre, analizando la forma, el discurso y la letra, que estas tres primeras novelas “permiten entrever otros rumbos para la literatura de acá”.

Otros libros reseñados esta semana por los expertos de Babelia -en la parrilla de salida del Día del Libro- son: Orquesta, de Miqui Otero, en el que la Música en las fiestas de un pueblo es la narradora de una historia de abusos de poder, prejuicios de género y clase, esperanzas y frustraciones; Peces abisales, novela en la que Rosa Ribas mantiene la esencia de una literatura que siempre convoca al crecimiento personal, a la superación y a la búsqueda de la autenticidad en los más pequeños detalles; El día de la liberación, que reúne diversos cuentos de George Saunders en los que los personajes viven en mundos distópicos sin posibilidad de redención por mucho que lo intenten; Perder el juicio, de Ariana Harwicz, sobre una madre extranjera separada de sus hijos que afronta un juicio por su custodia y que no pone mucho de su parte para dar una imagen que no la perjudique; Salvar a Freud, de Andrew Nagorski, que cuena la vida del filósofo en Viena y su huida a Londres; y Como los griegos, de Guillem Martínez, un libro de gastronomía del articulista que da prioridad a la receta, se desentiende de la alta cocina y de los chefs estrellados.

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