Un bulo llamado España
El ensayo ‘Fake news del imperio español. Embustes y patrañas negrolegendarias’ desmonta con humor el “pasado facha” de la unión de los reinos de Castilla y Aragón
Fue en marzo del año pasado cuando la historiadora y periodista británica Lucy Worsley desmontó ante las cámaras de la BBC uno de los mayores bulos de la historia: la victoria de Isabel I de Inglaterra sobre Felipe II tras el intento fallido del rey español de desembarcar en Gran Bretaña. “Todo es absolutamente falso”, explicó en la serie televisiva Royal History’s Biggest Fibs (Los mayores bulos de la historia real...
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Fue en marzo del año pasado cuando la historiadora y periodista británica Lucy Worsley desmontó ante las cámaras de la BBC uno de los mayores bulos de la historia: la victoria de Isabel I de Inglaterra sobre Felipe II tras el intento fallido del rey español de desembarcar en Gran Bretaña. “Todo es absolutamente falso”, explicó en la serie televisiva Royal History’s Biggest Fibs (Los mayores bulos de la historia real). Con un espíritu reivindicativo semejante asoma el ensayo Fake news del imperio español. Embustes y patrañas negrolegendarias, (La esfera de los libros, 2021), del periodista y divulgador histórico Javier Santamarta del Pozo.
España, escribe Santamarta, es como el gato de Schrödinger. “Algo como que el gato está vivo y muerto al mismo tiempo dentro de la caja. En esta caso, España existe y no existe. Si comete genocidio en América, ¡España existe! Si hablamos de que en España surge el primer parlamento con ciudadanos, reconocido así por la Unesco, en las Cortes de León en 1188, entonces, España no existe. Si hablamos de la malvadísima Inquisición, esta ha de apellidarse española. Pero si hablamos de las Leyes de Burgos de 1512 [que reconocían a los indios como hombres libres con derecho a la propiedad], esa legislación no es española. Sé que la isla de Santo Domingo inicialmente se llamó La Española (no la Castellana o cosa parecida) y que el salvaje comeindios Hernán Cortés a aquellas tierras mexicanas las bautizó como Nueva España. Pero no porque hubiera una vieja España, no. ¿No hemos quedado que España no existe?”
En la obra, con estilo socarrón, el autor pone en duda numerosas verdades históricas. “No podría entender nadie, más que un español, que cuando llega en 1992 el V Centenario del momento en que la historia se hace universal con el descubrimiento de un nuevo mundo, de lo primero que hace mención el secretario de Estado para la celebración, Luis Yáñez, es que los actos programados no significan ‘la celebración del genocidio de los indios por parte de los conquistadores españoles”. “¿Puede alguien pensar que sería normal que el V Centenario de una epopeya como fue la Primera Circunnavegación fuese boicoteado por el propio gobierno español, como hizo la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, pidiendo al historiador Álvarez Junco certificar que dicha hazaña no fue española (sic)?”.
Santamarta emprende también una cruzada para demostrar que la leyenda negra contra España existe y que esta campa a sus anchas en medios de comunicación y hasta en exposiciones. Pone como ejemplo el Museo de la Inquisición en Granada, donde se muestra “una especie de nazareno como un verdugo tenebroso, junto a una guillotina”, máquina inventada en Francia a finales del XVIII para ejecutar reos.
Se queja el divulgador, una y otra vez, que en los últimos tiempos, fundamentalmente impulsada por gobiernos independentistas, se extiende la idea de que “España ni existe ni ha existido”. “Es evidente que España en sí misma es una fake news que llevamos tragándonos desde la Enciclopedia Alvarez hasta hoy. Pues ya vemos y leemos que ni siquiera los Reyes Católicos eran reyes de España. Es más. Que a la muerte de Isabel I su marido, Fernando II de Aragón y V de Castilla, nunca usó título parecido [rey de España]”. “Pero el caso”, continúa Santamarta, “es que hasta el tal Fernando II o V, el Católico para enterarnos, no hacía más que firmar hasta después de fallecida la reina Isabel como Ferdinandus Dei Gratia Rex Hispania. Por no hablar de la Estoria de España, de Alfonso X, en 1274; o la Chronica de España, del barcelonés Francesc Tarafa, en 1565, “donde llama a uno y otro reyes de España”.
Recuerda el periodista que la consejera de la Generalitat de Cataluña y eurodiputada Clara Ponsatí intervino el 11 de febrero de 2020 en el Parlamento Europeo para destacar la expulsión de los judíos en 1492 con estas palabras: “Este primer episodio de antisemitismo, que Adolf Hitler admiró e intentó superar, prevalece como la piedra angular de la tragedia española y su récord de intolerancia”. Sin embargo, la política independentista olvidó que los judíos fueron expulsados y sus bienes confiscados por el rey Felipe Augusto de Francia en 1182; de Silesia en 1159; de Inglaterra, con Eduardo I, en 1290; de Francia repetidamente en 1306, 1321. 1322 y 1394. De Austria en 1423, “tras una persecución y cientos de judíos quemados, se les confiscará, expulsará y se convertirá forzosamente a los niños”. En 1424, fueron desterrados de Colonia: de Linz en 1439; de Baviera en 1442; de Parma en 1488 y de Milán en 1490. “¿Pero en quién se inspiró el Führer? ¡Pues en los fachas de nuestros Reyes Católicos, claro está! Pero la cuestión es que, si hacemos caso a lo que decía Hitler sobre esta reina nazi, las cosas no cuadran cuando la definió como ‘la mayor ramera de la historia”.
Santamarta intenta desmontar, igualmente, con el humor que “los españoles provocaron un genocidio en América, que acabó con el 95% de la población originaria”. Y compone con ironía. “Hablar de las 23 universidades creadas en América desde 1533 creo que sería innecesario. Absurdo por otra parte, ya que si había genocidiado a la población, para qué tantas, pues tantos colonos no había ¿Es que tenían que sacarse todos alguna licenciatura nada más llegar, o que, para colmo, el malvado de Felipe II ordenase en 1588 la creación de cátedras para lenguas indígenas en las universidades de Lima y México?”
Hace también especial hincapié en los bulos históricos relacionados con Cataluña y recuerda, por ejemplo, que cada 11 de septiembre los líderes políticos de la comunidad autónoma homenajean al conseller en cap Rafael Casanova, como ejemplo de figura histórica comprometida con la independencia del país. Pero Santamarta recoge que los defensores de Barcelona, frente a las tropas de Felipe V, defendían a otro rey, Carlos, el de la causa austracista, “porque se trataba de una guerra de sucesión, no de secesión, que esa era la de Lo que el viento se llevó”. Explica que Casanova defendió la ciudad portando el “estandarte de Santa Eulalia, no una senyera, y menos con una estrellita cubana. Santa Eulalia, patrona de Barcelona, para más recochineo, es considerada como la primera patrona de España antes que Santiago. De traca”.
Y termina con la arenga de Casanova a los defensores austracistas. “Señores, hijos, y hermanos; hoy es el día en que se han de acordar del valor y gloriosas acciones que en todos tiempos ha ejecutado nuestra nación. No diga la malicia o la envidia que no somos dignos de ser catalanes e hijos legítimos de nuestros mayores. Por nosotros y por la nación española peleamos. Hoy es el día de morir o vencer. Y no será la primera vez que con gloria inmortal fuera poblada de nuevo esta ciudad defendiendo a su rey, la fe de su religión y sus privilegios”.
Fake news del Imperio español. Embustes y patrañas negrolegendarias. Javier Santamarta del Pozo. La Esfera de los libros (2021). 238 páginas. Precio: 17,90 euros.
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