Milei se deshace en elogios a Trump en la ONU y omite hablar de la masacre en Gaza
El presidente de Argentina reafirma en la asamblea de Naciones Unidas su alineamiento con el republicano


Arropado por el respaldo que le dio Donald Trump, cuyo Gobierno anunció un multimillonario rescate para estabilizar la economía de Argentina, Javier Milei se presentó este miércoles ante la Asamblea General de Naciones Unidas. El discurso del presidente argentino combinó una apología del mandatario de Estados Unidos con críticas al rol de la ONU y la necesidad de transformarla. También denunció “una escalada inadmisible de violencia política por parte de la izquierda a nivel global”. Si quedaba alguna duda sobre su alineamiento incondicional con Trump, Milei omitió toda referencia a la masacre cometida por Israel en Gaza y solo reclamó la liberación de los rehenes de Hamás.
El presidente ultraderechista de Argentina leyó su discurso ante un auditorio que exhibía claros y ausencias. No mostró en Nueva York su versión estridente, pero sí se lo vio con más energía que en las últimas apariciones en su país, donde sufrió semanas marcadas por la debilidad política, la inestabilidad económica y las denuncias de corrupción.
Al inicio de su discurso, repitió las críticas que ya había vertido contra la ONU el año pasado. Dijo que el organismo basado en la cooperación de los Estados “se vio reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales que buscan imponerles a los ciudadanos del mundo un modo de vivir determinado”.
Milei elogió a su propio Gobierno en Argentina y ensayó su habitual diatriba contra el Estado. “No crea riqueza, sino que la roba”, afirmó. También cargó contra la clase dirigente: “Para el político siempre será redituable sacrificar el futuro en el altar del presente”, en busca de votos, dijo. No aludió al rescate anunciado por el Estado norteamericano en beneficio de su Gobierno, que incluirá un swap de 20.000 millones de dólares, la compra de bonos de deuda argentina y un crédito por un monto aún indeterminado. Con ese espaldarazo, Milei espera llegar en buenas condiciones a las elecciones legislativas del 26 de octubre, después de la amplia derrota que padeció en los comicios provinciales de Buenos Aires, hace dos semanas.
Luego, el presidente ultra exaltó la gestión de Trump en Estados Unidos. Ensalzó la “férrea y exitosa” política contra la inmigración ilegal del republicano y alabó la “reestructuración sin precedentes del comercio internacional” que está llevando adelante, “una tarea de magnitudes titánicas”.
Milei se enunció en el mismo lugar que el republicano y propuso a ambos como ejemplo global: “Este tipo de desafíos que tanto el presidente Trump como yo estamos abordando tienen un denominador común que todos los países del mundo e incluso las organizaciones supranacionales deben enfrentar. Deben encontrar la manera de recuperar un interés por el futuro y no sucumbir a la tentación de solo atender el presente”.
En esa línea, el mandatario argentino enumeró una serie de consejos para reformar la ONU y, después, detalló planteos concretos. Reiteró el histórico reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas y llamó al Reino Unido a “reanudar las negociaciones bilaterales”. Acto seguido, repudió “la violencia fundamentalista” y exigió que se cumpla con los pedidos de captura de Interpol que pesan sobre iraníes acusados del atentado a la mutual judía AMIA, perpetrado en Buenos Aires en 1994.
“Estamos asistiendo a una escalada inadmisible en la violencia política por parte de la izquierda a nivel global, violencia que en Argentina conocemos muy bien”, aseguró Milei, sin dar mayores precisiones. El último punto de su discurso estuvo dirigido al Gobierno de Nicolás Maduro, al que exigió “la inmediata liberación” de Nahuel Gallo, un gendarme argentino detenido desde el año pasado en Venezuela.
Antes de concluir, y sin referirse a los crímenes del Estado de Israel en Gaza, pidió la libertad de los rehenes que mantiene cautivos la organización fundamentalista Hamás. Milei evitó cerrar con su grito de “viva la libertad, carajo”. Se limitó a palabras más mesuradas que suele repetir: “Que dios bendiga al mundo libre, que las fuerzas del cielo nos acompañen”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
