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Bolsonaro visita a Milei antes de su asunción: “Los argentinos votaron por un cambio”

El expresidente brasileño de extrema derecha asegura que el encuentro, de una hora y media, transcurrió como “una conversación entre amigos” en la que se habló de “economía, seguridad y fútbol”

Javier Milei
Javier Milei y Jair Bolsonaro en una imagen compartida en las redes sociales en Buenos Aires.RS

Jair Bolsonaro aterrizó hace pocas horas en Buenos Aires para asistir a la toma de posesión del presidente electo de Argentina, Javier Milei, el 10 de diciembre. El exmandatario brasileño de extrema derecha caminó este viernes por la calle Florida, una vía de la capital a la que llegan turistas cada día para cambiar dólares en el mercado ilegal; saludó a quienes le pedían fotos; atravesó el centro porteño y entró al hotel que desde hace meses es el centro de operaciones de La Libertad Avanza, el partido de ultraderecha que gobernará Argentina desde este domingo. Allí se reunió con Milei y parte de su equipo. “Los argentinos votaron por un cambio”, aseguró después Bolsonaro a la prensa.

Bolsonaro llegó al Hotel Libertador sobre la 10 de la mañana. Al salir, contó que el encuentro transcurrió como “una conversación entre amigos”. Ambos líderes y sus equipos hablaron durante una hora y media sobre “economía, seguridad y fútbol”, según contó Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente brasileño, quien estuvo presente en la reunión. “[Milei] encuentra el país en una situación crítica, más crítica que Brasil”, señaló el exmandatario sobre la situación económica de Argentina, donde cuatro de cada diez personas viven en la pobreza, la inflación supera el 142% interanual y las reservas del Banco Central están en mínimos. “Espero que pueda revertir una situación difícil”, dijo a los medios presentes.

“Así como Argentina se empobreció con la izquierda, Brasil se empobreció con la izquierda”, había dicho horas antes Bolsonaro en una entrevista radial. En esa charla, también señaló que el triunfo de Milei “significa mucho en el mundo”, que “está muy dividido entre la izquierda y la derecha: “Nosotros no somos opositores [de la izquierda], somos enemigos”, zanjó este excapitán de las Fuerzas Armadas brasileñas, que gobernó su país entre 2019 y 2022 y fue inhabilitado durante ocho años por un delito de abuso de poder con el fin de deslegitimar las últimas elecciones en Brasil en las que perdió frente a Luiz Inacio Lula da Silva.

Milei y Bolsonaro son parte de una corriente global de líderes antisistema que han logrado convocar el rechazo popular a todas las opciones tradicionales. A ellos se suman otros políticos como el republicano Donald Trump, en Estados Unidos, o la ultraderechista Giorgia Meloni, en Italia. Milei recibió durante la campaña el apoyo de algunos de esos líderes, obtuvo sus felicitaciones tras el triunfo del 19 de noviembre y ahora espera la visita de parte de ellos. El 10 de diciembre, además de Bolsonaro, estarán presentes el líder del partido ultra español Vox, Santiago Abascal, o el primer ministro húngaro, Victor Orban. No está prevista la llegada de Trump, aunque el republicano aseguró que visitará Buenos Aires para reunirse con Milei.

Quien no asistirá a la ceremonia en el Congreso, en la que el presidente saliente, Alberto Fernández, le entregará a Milei el bastón de mando, será el actual presidente de Brasil, el izquierdista Lula da Silva. Milei lo tildó de comunista y de corrupto antes de ser electo, aseguró que no se reuniría con él y afirmó que sacaría a Argentina de los BRICS, el club de economías emergentes del que forman partes ambos países. Después, cuando ganó, dio un giro radical: envió a su futura canciller a Brasilia para hacerle llegar a Lula la invitación a su toma de posesión y auguró “una etapa de trabajo fructífero y construcción de lazos” entre ambos países los próximos años. El mandatario brasileño rechazó la propuesta y enviará, en cambio, a su canciller.

Este viernes, Bolsonaro no quiso responder a la prensa que le preguntó por la ausencia de Lula da Silva. Se limitó a sonreír mientras a su alrededor algunos de los presentes gritaban “Lula, ladrón, su lugar es la prisión”. El presidente brasileño pasó un año y medio en la cárcel y fue excluido de los comicios de 2018 —en los qu e venció Bolsonaro— al ser condenado por corrupción. Pero el caso que después fue anulado y Lula da Silva volvió a ser electo y hoy está cumpliendo su tercer mandato. El futuro de las relaciones de Argentina con Brasil, uno de sus principales socios comerciales, es una incógnita que empezará a develarse tras este domingo.

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