Ir al contenido
_
_
_
_
Nobel de la Paz
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un Nobel contra el autoritarismo

El mensaje de Jørgen Watne Frydnes es claro: Maduro debe aceptar los resultados electorales y sentar las bases para una transición pacífica

Nobel Peace Prize

Si la decisión de entregar el Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado fue controversial, el discurso Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité, no buscó apagar ese fuego. Al contrario, defendió con contundencia la decisión y, aún más, pidió a Nicolas Maduro que renuncie y siente las bases para una transición pacífica en el país suramericano.

Este año el galardón no se ha quedado solo en reconocer lo que hizo la persona ganadora. El premio estaba unido explícitamente a la defensa de la democracia, lo que se muestra como un posicionamiento claro frente a un reto urgente: el auge de los autoritarismos. “Quienes viven bajo una dictadura a menudo tienen que elegir entre lo difícil y lo imposible. Sin embargo, muchos de nosotros -desde una distancia segura- esperamos que los líderes democráticos de Venezuela persigan sus objetivos con una pureza moral que sus adversarios jamás muestran. Esto no es realista. Es injusto. Y revela una ignorancia de la historia”, dijo Jørgen Watne Frydnes.

De los 142 acreedores del galardón desde su primera entrega en 1901, Fydnes mencionó dos veces a Nelson Mandela y citó una vez a Lech Walesa, Carl von Ossietzky y Andréi Sájarov. Al líder sudafricano y al polaco los trajo a la mesa para destacar los peligros de un diálogo vacio, mientras que a Sájarov y Ossietzky los recordó como aquellos que se mantuvieron firmes ante el peligro: “Quienes siguieron adelante cuando otros se rindieron”. “Señor Maduro: debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo. Debe sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia. Porque esa es la voluntad del pueblo venezolano”, dijo el noruego casi al cierre de su intervención.

En la sala del Oslo City Hall donde se llevó a cabo la ceremonia, había decenas de venezolanos. Para esa hora, a la una de la tarde, ya se había informado de que Machado, aunque había logrado salir de Venezuela, no podría llegar al acto protocolar. A medida que transcurren las horas, la cita con ella se iba posponiendo. Al momento de escribir esta nota lo previsto era que compareciera a las dos de la madrugada. Finalmente, el propio Frydnes aseguró que no saldría a saludar a sus simpatizantes como se especulaba, pues primero quería reunirse con sus familiares. Les pregunto a venezolanos que están celebrando en una reunión con la diáspora. Todos estaban dispuestos a pernoctar.

En el recinto donde entregaban el premio estaban desde dirigentes políticos en exilio, empezando por el ganador de las elecciones, Edmundo González Urrutia, hasta ciudadanos comunes y corrientes que lograron una entrada al aplicar para ello. Todos guardaron silencio al oír la contundencia de Frydnes.

El presidente del Comité recordó además, con un discurso bien hilado, a víctimas de la dictadura venezolana y diseccionó el desmontaje de la democracia en el país suramericano. Respondió uno a uno los argumentos de quienes discrepan del otorgamiento del premio este año. “La señora Machado ha solicitado atención, apoyo y presión internacionales, no una invasión de Venezuela” sostuvo.

No es la primera vez que hay polémica por la entrega del premio. Henry Kissinger también lo recibió. En Oslo hay un ambiente venezolanizado. En las calles aledañas al Grand Hotel, donde se espera que María Corina Machado salude en la madrugada, distintos grupos se reúnen a celebrar. También hubo protestas. Sin embargo, no hubo ninguna expresión de violencia. Mientras tanto, en Venezuela no hay oportunidad de celebrar el Premio.

La controversia ha estado presente desde el anuncio de la concesión del Nobel. En la habitual exposición que honra a los ganadores, en el Centro Nobel de la Paz, se recogen esas críticas. Entre ellas, la del periodista Jon Lee Anderson. El enfoque del Comité, sin embargo, queda muy claro. Venezuela es una señala de alerta de lo que puede pasar cuando un líder autoritario ejerce el poder.

Mientras se especula sobre si Donald Trump ordenará avanzar en la escalada contra la dictadura de Maduro, en Noruega, un país donde nadie pide permiso para hablar, la conversación en distintos sectores va más allá de la coyuntura del Premio. Gira en torno a la democracia, los peligros que se viven y más aún con un presidente de esas características en Estados Unidos.

“Hoy le honramos a usted, María Corina Machado. Rendimos también homenaje a todos quienes esperan en la oscuridad. A todos quienes han sido detenidos y torturados, o han desaparecido. A todos quienes siguen manteniendo la esperanza. A todos aquellos en Caracas y en otras ciudades de Venezuela que se ven obligados a susurrar el lenguaje de la libertad,” reconoció Frydnes.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_