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La cruzada de Francia Márquez en la cumbre de Cali: que la ONU salde su deuda con los afro

Colombia y Brasil lideran una iniciativa para que se reconozca a los pueblos afrodescendientes en el convenio de la biodiversidad durante la COP16

Francia Márquez, vicepresidenta y ministra de Igualdad, durante la inauguración del pabellón de CAF durante la COP16 el lunes.CHELO CAMACHO (CHELO CAMACHO)

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La cumbre mundial de la biodiversidad que se celebra estos días en Colombia está devolviendo a Francia Márquez a la esencia de sus luchas. En la COP16 de Cali, puerta de entrada al Pacífico, una región donde se forjó como líder ambiental, la vicepresidenta y ministra de Igualdad se ha propuesto que el sistema de Naciones Unidas —que organiza estas cumbres— salde una “deuda histórica” y reconozca a los pueblos afrodescendientes de América.

“A nosotros siempre, como pueblos, nos ha tocado pelear por el reconocimiento (...) Ha sido una lucha histórica. Y eso tiene arraigo en ese sistema esclavista y colonial que expropió nuestra condición humana”, dijo Márquez el jueves en una rueda de prensa al término del foro internacional sobre los afrodescendientes en la COP16, mientras el ministro de Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, y la ex vicepresidenta de Costa Rica Epsy Campbell asentían con la cabeza. “El reconocimiento de nuestro ser, de nuestra cultura, de nuestra memoria, de nuestro territorio, de lo que somos como pueblos es parte de la restauración de nuestra dignidad. No renunciaron a ello nuestros ancestros y no renunciamos a ellos nosotros”.

La demanda, impulsada por Colombia y Brasil en la COP16, es que se incluya a los afrodescendientes en el marco del convenio de diversidad biológica (CBD). Este punto ha suscitado debates encendidos en la primera semana de la cumbre. Según explicó en esa misma rueda de prensa la presidenta del Foro Permanente sobre los Afrodescendientes de la ONU, June Soomer, el sistema de Naciones Unidas ya reconoce el término afrodescendiente, pero la lucha ahora es que se les reconozca como colectivo, algo que ha encontrado rechazo de algunos países, incluidos algunos de África.

“Muchos países, y no sólo africanos, no nos reconocen en colectivo (...) Porque si nos reconocen como pueblo, también reconocen el daño colectivo que se nos ha hecho”, matizó la funcionaria de la isla caribeña de Santa Lucía. “Si lo conseguimos en esta COP, no se imaginan la importancia histórica que tendrá, porque nos devolverá la dignidad que nos merecemos como pueblo”.

Tal y como está redactado ahora, el artículo 8 j del convenio reconoce los conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales fundamentales para la conservación de la naturaleza, promueve su aplicación y que los beneficios derivados de ellos se compartan equitativamente entre quienes los poseen. Pero el texto solo habla de “comunidades indígenas y locales”, y Brasil y Colombia quieren que se incluya también a los afrodescendientes. Y para eso es necesario que los 196 países que conforman esta COP estén de acuerdo.

Anielle Franco: “No puede haber justicia climática sin igualdad”

La vicepresidenta de Colombia ha hecho de este reconocimiento su cruzada personal durante esta COP de Cali, la segunda ciudad con mayor población afro en América Latina, después de Salvador de Bahía. El lunes, en la jornada inaugural de la cumbre, participó en un evento junto a la ministra de Igualdad Racial de Brasil, Anielle Franco, en el que tildó de “discriminador y racista” que no se contemplen los saberes y prácticas de la población afrodescendiente para conservar la biodiversidad.

Francia Márquez y ministra de Igualdad Racial de Brasil, Anielle Franco, durante la inauguración del pabellón CAF el 21 de octubre.CHELO CAMACHO (CHELO CAMACHO)

“No es posible hablar de la conservación de la biodiversidad del planeta dejando por fuera a un número importante de población y territorio”, señaló durante la inauguración del pabellón de CAF-banco de América Latina en la cumbre. Y recordó que, en la región, hay más de 150 millones de afrodescendientes que habitan territorios equivalentes a más de 205 millones de hectáreas.

Por su parte, Anielle Franco defendió que no puede haber justicia climática sin igualdad racial. Por eso, una de las primeras conversaciones que tuvo con la ministra de Medio Ambiente brasileña, Marina Silva, fue sobre comunidades quilombolas, según explicó. “En Brasil, el racismo ambiental afecta mucho más a las personas negras, a los afrodescendientes, y a las personas pobres”, aseguró Franco en conversación con América Futura. “La mayoría de las personas que pierden sus casas cuando llueve mucho y hay deslaves en las favelas son los negros”.

Como la vicepresidenta de Colombia, que nació en el departamento del Cauca, del que fue desplazada hace una década por amenazas, la ministra de Igualdad brasileña —criada en la favela carioca del Maré y hermana de la concejala asesinada Marielle Franco— también conoce de primera mano cómo la exclusión y la violencia afectan desproporcionadamente a los afrodescendientes.

Paradójicamente, recordó Franco, los pueblos indígenas y quilombolas “son agentes de conservación de la tierra, la naturaleza y del clima”. Durante el evento de CAF, la ministra anunció el programa de Pueblos Afrodescendientes de las Américas, una iniciativa bilateral entre Brasil y Colombia para la conservación de la biodiversidad y la implementación de sistemas agrícolas sustentables para “enfrentar las desigualdades raciales y socioambientales que afectan a estos pueblos y comunidades históricamente excluidos y marginalizados”, aseguró durante la presentación.

Este es solo un paso en la lucha por la igualdad que promueven ambas políticas, que esperan salir de la cumbre con una victoria adicional: que el convenio reconozca a los pueblos afrodescendientes en la lucha contra la pérdida de especies, algo que, como reconoció Márquez, sería histórico para la justicia ambiental. “No hemos estado en un papel, pero hemos estado en la acción concreta defendiendo ríos, manglares, bosques y mares, defendiendo la vida, defendiendo los ecosistemas porque nosotros, los afrodescendientes, sin territorio no somos pueblo”.


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