“Puerto Rico no es una isla que se la pasa bailando salsa”: un podcast y ocho canciones para entenderla
La Brega es un programa bilingüe que habla del racismo, los retos medioambientales y el colonialismo de la isla y la diáspora
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Cuando José Ángel Santiago Ríos decidió bajarse del carro a señalizar en pintura blanca un enorme hoyo que atravesaba una de las calles que transitaba en Puerto Rico, nunca pensó que sería viral y que acabaría recibiendo fotos de otros boricuas haciendo lo mismo. Los hoyos en las calles de la isla son una constante y, para él, una prueba de que los gobernadores hacen el trabajo a medias. O ni siquiera lo hacen. ¿La respuesta de los puertorriqueños? Bregar, algo así como tirar para adelante. Los conductores aprenden a manejar sorteando los huecos y, en el día a día, con los demás problemas de Puerto Rico, lo mismo: más y más brega. La Brega Podcast nace de esta forma de entender el mundo y también de un hoyo; de un enorme vacío en la narrativa internacional sobre la isla. “En Estados Unidos se imaginan que somos ese país caribeño que se las pasa bailando salsa o lamentándose por el colonialismo”, explica Alana Casanova-Burgess, locutora del programa. “Pero Puerto Rico es mucho más que eso y teníamos que contarlo”.
Por eso, tras el huracán María, que arrasó con la isla y dejó más de 4.600 muertos, Casanova volvió a Puerto Rico con el propósito de contar la búsqueda de la normalidad e incluso el humor después de la tragedia. “Nos dimos cuenta de que había apetito por conversaciones más serias y más chéveres”, cuenta por teléfono esta boricua en la diáspora. Esa fue la primera semilla.
Su propia experiencia fue clave para pensar en un podcast bilingüe; uno de los primeros en aquel entonces. “Decidimos como equipo que si es para puertorriqueños y de puertorriqueños, no se podía hacer solo en español o solo en inglés. Sabíamos que iba a ser muy difícil pero teníamos que hacer cada capítulo en ambos idiomas”, cuenta. “Fuimos construyendo el avión mientras aterrizaba”. Otra brega más. Para Ezequiel Rodríguez Andino, uno de los productores del podcast, la decisión se tomó “con alevosía”: “Los gringos también son nuestros interlocutores. Tenemos una necesidad de contarles los problemas que ellos han creado y que lo entiendan clarito. Fue un acto político”.
Héroes del baloncesto, la traición entre amigos y la resiliencia a la fuerza son algunos de los temas que tratan en la primera temporada del programa de Futuro Studios y WNYC Studios. Se emitió en 2021 y fue todo un éxito. Recomendado por el New Yorker y seleccionado como uno de los mejores 10 podcasts para Apple Podcast y el New York Times, La Brega Podcast llevó el acento boricua a todo el mundo. “Recibimos mucho apoyo y mensajes lindos de gente que estaba fuera y dentro de la isla, fue algo muy hermoso”, cuenta Rodríguez, quien critica que el concepto de “puertorriqueñidad” parezca ponderarse. “La gente se piensa que si hablas inglés o vives en Nueva York, eres menos de aquí. Como si hablar español no tuviera nada de colonial”, cuenta irónico. Y añade: “Puerto Rico jamás se va a entender sin la diáspora, hasta nuestra bandera la elegimos allá”. La mirada isleña y la propia brega, que migró con cada boricua en la maleta, son el único aval.
Después de esos iniciales ocho episodios, llegó la segunda temporada, lanzada en 2023 con una idea algo más compleja: contar la isla a través de ocho canciones. Todo un reto cuando hablamos de la isla de la música, de la que han salido cientos de cantantes mundialmente conocidos como Calle 13, Héctor Lavoe, Ile, Bad Bunny, Jennifer López o Ivy Queen. “Gracias por ponernos en la peor situación del mundo y tener que elegir solo ocho. Dale, don dale, Alana”, recuerda que le dijo Rodríguez a Casanova. La selección de temas a tratar alivió la responsabilidad. La negritud, la identidad de género o la privatización de las playas públicas son algunas de las temáticas que recorren esta viciante temporada. Esta serie cuenta con un millón de descargas y ha sido nominada a los IHeartRadio awards.
“La gente piensa que en Puerto Rico no hay negros”
‘Las caras lindas (de mi gente negra)’ es uno de esos episodios hermosos y combativos desde el primer minuto. Lo que empieza siendo una disección del racismo en Puerto Rico a través de la música en la que se canta a la población racializada -siempre criminal, siempre sexualizada- termina siendo un ensayo en primera persona de la investigadora Bárbara I. Abadía Rexach, profesora en San Francisco State University. Esta boricua lleva años estudiando la relación entre música y racialización y el resultado del podcast es un pedacito de su tesis de la maestría que completó en 2006 y lo que posteriormente terminó materializándose en el libro ‘Musicalizando la raza’.
Casanova explica en el episodio cómo el color de la piel es algo de lo que no se habla en Puerto Rico. “En la isla, muchos todavía creen que los negros no son boricuas, que aquí no hay negros”, cuenta Bárbara. Si bien es un tabú en la conversación, nunca fueron invisibles en la música. De los negros sí se ha cantado, aunque siempre desde el juicio o la exotización. “El guarda escondió la bemba y le dijo: esa no es razón para matar al bembón” (El negro bembón); “Me casé con una negra encantadora y aunque somos color goma, nuestro producto salió negrito también” (Carbonerito); “Ojos negros, piel canela, que me llegan a desesperar” (Piel canela). “Estas canciones criminalizan, degradan y estereotipan a la gente negra o exotizan el mestizaje”, cuenta Abadía.
Sin embargo, hay una canción que es muy diferente: Las caras lindas, de Tite Curet, un autor puertorriqueño que compuso más de 2.000 canciones para Cheo Feliciano, Celia Cruz y Héctor Lavoe, entre otros. Esta canción es un himno que han interpretado decenas de cantantes por todo el mundo y que arropa al que no nació blanco “trigueñito”. “Con este tema, empezamos a hablar de ser negro como algo bueno. Es simple y muy hermoso”, dice la autora, quien reconoce cómo a ella le cuesta celebrar su negritud entre tanto racismo internalizado. “Nunca la celebré porque, desde la infancia, mi negrura se distanciaba de la belleza. Siempre se cuestionó mi existencia”, lamenta la investigadora.
Susana Baca, Rubén Blades y la propia hija de Curet son algunas de las voces que se asoman a los 38 minutos de podcast, para hablar de la mirada del compositor boricua que honró su color en cada letra. “Fue un gran regalo hacer el episodio y que me dieran tanta libertad para hacerlo a mi manera. Pensé que me llamaban para que les diera alguna pista o contacto, pero acabó siendo un episodio sobre mi historia. Fue un proceso muy bonito”, dice por teléfono Abadía Rexach. Para Casanova, esa ha sido el mayor regalo en el camino. “Hemos tenido un equipazo. Hubo mucho warmth, mucho calorcito. Y con este episodio mucha gente abrió los ojos. Para eso sirve el periodismo y el arte. La gente ya tiene voz, ya tiene micrófono, lo que necesitan son oídos que escuchen”.