Economía regenerativa o “pensar en la modernidad sin dejar de ser indios”
El evento ‘Actuar Por Lo Vivo’, celebrado en Medellín esta semana, reflexiona sobre los modelos de productividad holísticos, salud sistémica y nuevas democracias
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“¿Qué pasaría si construyéramos la economía sobre la ética? Distintos modelos de empleo, otras formas de producir… Estamos muy acostumbrados a hacer las cosas muy solitos, con desconfianza en los políticos y los actores empresariales. Pero solos, ninguno de los sectores va a poder construir las alternativas que necesita la sociedad”. Con estas palabras reflexionaba este jueves Claudio Madaune en uno de los doce conversatorios del festival Actuar por lo vivo, celebrado en el Museo del Arte Moderno de Medellín, del 26 de abril al 6 de mayo. El chileno experto en permacultura y coordinador de proyectos en la ONG noruega Change the World cuestionó si el progreso implica crecer a toda costa, el papel individual de cada ciudadano y la regeneración.
La economía regenerativa fue uno de los conceptos claves de esta charla. Este término acuñado relativamente hace poco, que se basa en los principios de la restauración, se fundamenta en devolver un sistema o producto a su estado original o incluso a un estado mejorado. En palabras de María Alejandra González, profesora de gerencia y responsabilidad social en la Universidad Eafit: “Son procesos que requieren curación. Con esta palabra ya reconocemos la herida que le estamos ocasionando a los ecosistemas; hay algo dañado y lo tenemos que curar”. Arturo Escobar, uno de los grandes antropólogos y pensadores del país, durante su ponencia este viernes, añadió una reflexión de un pensador boliviano que decía: “Tenemos que pensar en la modernidad sin dejar de ser indios”.
Para el caleño, la búsqueda del crecimiento económico es lo que creó la desigualdad y el demantelamiento del medio ambiente. “En el posdesarrollo o el buen vivir, todo lo vivo y todas esas creencias de las comunidades indígenas se convierten en un gran actor principal”. Y añadió: “La humanidad se ha preguntado sobre la colonización, la modernidad, el imperialismo norteamericano y la identidad. La pregunta ahora es sobre la praxis. ¿Qué hacemos como intelectuales?”.
El encuentro, patrocinado por una alianza entre Comfama, la editorial Actes Sud y Comuna: faire cause commune, cuenta con más de 40 invitados nacionales e internacionales: científicos, activistas, empresas preocupadas por su impacto y emprendedores que hicieron a pequeña escala una “gran revolución”. Así definió Isabel Codavid, ecóloga gerente de Agromandala, un cultivo circular ubicado en Fredonia, Antioquia, que cultiva, cosecha y comercializa alimentos frescos libres de agrotóxicos para 80 familias. “Las empresas se basan en las decisiones que tomamos como consumidores. Es cierto que no todos podemos ser agricultores, pero todos comemos”, explicó frente a medio centenar de personas que acudieron como público.
Para David Escobar Arango, director de Comfama, es muy importante que se lleven a cabo este tipo de eventos fuera de las oficinas de grandes líderes. “Planteamos una mirada integradora entre distintas profesiones y disciplinas. Buscamos habitar una conversación, generar una reflexión y que la gente se vaya con preguntas. Esto es una plataforma para que la sociedad civil también se organice y lleve a cabo proyectos”. Otro de los puntos claves es, precisamente, hablar de regeneración. “Durante mucho tiempo se habló de la conservación de lo que aún no se había dañado, luego de sostenibilidad. Pero para mí eso es como salir a empatar. La regeneración es salir a ganar”.
Por su parte, María Adelaida Correa, directora de Sostenibilidad de ISA, agregó: “Nuestro propósito es dejar un legado que genere conciencia, inspire, transforme y trascienda por generaciones. Estamos convencidos de que la mejor huella es la protección a la biodiversidad y la mitigación del cambio climático. Hoy, como empresas y como personas, estamos llamados a trabajar por el desarrollo regenerativo, movilizar nuestra gestión hacia un uso de recursos que permita garantizar el bienestar de las comunidades y construir resiliencia para el medio ambiente, mientras generamos soporte para las necesidades del crecimiento futuro”.
Nuevas democracias, economías para la regeneración y salud sistémica y planetaria son los tres pilares sobre los que se asienta un festival de origen francés celebrado por segunda vez en Latinoamérica. Isabelle Delannoy, especialista en desarrollo sostenible; Hugo Jamioy, poeta del pueblo indígena Kamsá; Martín von Hildebrand, antropólogo y fundador de la Fundación Gaia Amazonas; Juliette Rousseau, editora de le Commun (editorial francesa que publica poesía femenina)... son algunos de los expertos que, de manera didáctica y participativa, estarán pensando en alto y buscando formas de habitar el planeta de manera coherente.
Pensar en soluciones
Hoy en día son pocos los que se atreven a negar el cambio climático y sus impactos. La subida del nivel del mar, la deforestación, la extinción de especies, las sequías y los desastres… Pero en este festival, la pregunta es otra: ¿Qué podemos hacer? El foco de las charlas es propositivo y esperanzador. David Escobar prefiere el término “posibilismo”: “No queremos caer en el optimismo irracional ni en el pesimismo. Hay unos desafíos, los ponemos sobre la mesa y los afrontamos. Si hacemos todo lo que podemos hacer en el momento en que nos corresponde, tal vez, construiremos un mundo mejor”.
El festival, según el director, busca tejer redes colaborativas entre los públicos regionales, nacionales e internacionales, para generar acciones puntuales de transformación alrededor de los temas transversales. Como reflexionó Delannoy en el conversatorio De economías extractivas a regenerativas para una era de nueva abundancia: “Tenemos que encontrar la forma de mirarnos a los ojos y entendernos”.