Bucaramanga se resigna: “Se nos fue el sueño de tener un presidente santandereano”
El 74% de los santandereanos votó por el exalcalde, que a pesar de estar envuelto en un caso de corrupción recibió el respaldo de un sector de la población que dice sentirse marginada del resto del país
Los rodolfistas existen y la mayoría está en Santander, la tierra de Rodolfo Hernández. El 74% de los habitantes de esta región, al nororiente de Colombia, votó por el exalcalde de Bucaramanga y confiaba en que por segunda vez en su historia un paisano fuera el jefe de Estado. Pero sus votos no fueron suficientes y el ingeniero millonario, conocido en esta zona del país por su constructora HG, no logró hacer realidad el sueño de los miles que le respaldaron en las urnas. Sus seguidores ya lo presentían. Tal vez por eso, a diferencia del pasado 29 de mayo, cuando sorpresivamente el candidato y líder del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción pasó a segunda vuelta y las calles de Bucaramanga estaban repletas de rodolfistas incluso antes de conocerse el resultado, esta vez se veían resignados desde muy temprano.
Carlos Bonilla llegó a esperar los resultados de las votaciones frente a la sede de Hernández con una pizca de ilusión, pero después del cuarto boletín de la Registraduría, que seguía a través de una pantalla gigante instalada en la calle, aceptó la derrota. “Se nos fue el sueño de tener un presidente santandereano”, decía junto a un grupo de señoras que, aunque ya sabían que su candidato había perdido, bailaban al ritmo de ‘La guaracha del ingeniero’, una canción de la campaña.
Bonilla quería que Hernández, de 77 años, fuera presidente porque cree que Santander ha estado olvidada por todos los gobiernos y pensaba que con uno de su región tal vez la mirada estaría aquí, una zona de la que no se habla tanto en el debate nacional. “Somos una tierra de trabajadores, de gente berraca, solo necesitamos un empujoncito para ser más y con un empresario, como lo es el ingeniero Rodolfo, teníamos esa oportunidad”, explicaba tranquilo. Su voto no fue contra Gustavo Petro. “Ojalá tenga una buena Administración, si lo eligió la mayoría es porque lo merece”, aceptaba en un tono suave, sin sobresaltos, nada parecido al que le suelen achacar a los santandereanos.
La jornada del domingo también fue una muestra de que la violencia en las formas de Hernández, que durante la campaña se justificaba como un reflejo de la cultura de esta región, no corresponde a la realidad. Los bumangueses aceptaron sin mucho ruido la derrota de su candidato. No hubo desórdenes, la presencia de la policía fue escasa porque no fue necesaria y hasta los petristas, reunidos en la sede del líder de izquierdas, pudieron festejar con tranquilidad. Hubo música, baile y fuegos artificiales.
Marcela Herrera, de 26 años, fue de una de las jóvenes desilusionadas con el resultado general, pero orgullosa de que en su región ganó Rodolfo Hernández. “No voy a negar que es triste, pero somos pacíficos. Acá no va a pasar nada raro con este resultado”, decía en medio de un grupo de amigos, todos igual de jóvenes, que planeaban ir por unas hamburguesas después de saber que habían perdido.
Hernández no logró la presidencia de Colombia, pero se consolidó como el nuevo cacique electoral de Santander con una votación histórica. Ganó en casi todo el departamento: en 85 de los 87 municipios de todo el territorio. A pesar de los lunares de su Administración cuando fue alcalde de Bucaramanga -un caso de corrupción que lo tiene a las puertas de un juicio, sus insultos a subalternos o la famosa cachetada a un concejal- Rodolfo Hernández es un personaje valorado por la mayoría de santandereanos. Nunca antes, como lo reporta el diario local Vanguardia, un aspirante a la Presidencia había tenido tantos votos aquí, como los tuvo él este domingo.
Jairo Correa, voluntario de la campaña de Hernández en Bucaramanga, fue uno de los que prefirió quedarse en casa y ver desde allí los resultados. Las últimas semanas no habían sido muy buenas para el ingeniero y sus seguidores eran conscientes de ello. La filtración de un video en el que se veía al candidato bailando entre mujeres jóvenes en un yate en Miami y su negativa a participar en cualquier debate con Petro bajaron los ánimos de los rodolfistas, aunque algunos, como Correa, digan hoy que se trató de una campaña sucia.
”Tenaz que la campaña sucia finalmente terminó con una campaña como la del ingeniero, que realmente conectaba con las mayorías. A punta de chismes y comentarios malintencionados hicieron que la gente prefiriera votar por una persona que de ética demostró que no tiene nada”, dice Correa, que no se siente perdedor. “Acá finalmente hay un ganador aparte del resultado total. Rodolfo Hernández, con más de 10.500.000 votos, hizo una campaña histórica y exitosa. Obtener esa votación y haber pasado a la segunda vuelta no es un logro menor”, decía este lunes en Bucaramanga, desde donde asegura que hará oposición. “La diferencia en votos fue muy corta y, por lo mismo y tanto, gran parte de esa votación nos declaramos en oposición absoluta”, asegura el profesor de 29 años.
Santander se quedó esta vez sin presidente, pero con una ciudadanía activa políticamente que logró llevar a un desconocido, como lo era Rodolfo Hernández, al debate nacional.
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