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Alegría Fonseca: la decana de las luchas ambientales en Colombia

La abogada ha sido pionera de la protección de la biodiversidad del país, pues suma medio siglo de trabajo por ellas

Alegría Fonseca, en una fotografía de archivo.
Alegría Fonseca, en una fotografía de archivo.CARACOL RADIO

Después de seis años de lucha, en diciembre de 2022, las comunidades pesqueras de la ribera del río Magdalena lograron que su oficio artesanal fuera reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia. El título –que también está tramitándose con la Unesco– resguarda las fuentes hídricas de ese territorio, mientras protege el modo de vida y la economía ancestral de quienes las habitan. Detrás de esta defensa (y de tantas otras) está la octogenaria abogada boyacense Alegría Fonseca.

Lleva cerca de medio siglo trabajando por causas medioambientales en el país. Comenzó como concejala de Bogotá y después se convirtió en congresista, lugar desde el que se dedicó a crear, en distintos periodos que suman 16 años, leyes para cuidar la biodiversidad y el entorno en Colombia. Sus logros son tan vastos y variados como la naturaleza que ha buscado proteger. Participó activamente en la Ley 23 de 1973 que dio paso a la creación del Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente, el primero de su tipo en el continente. Legisló para constituir el Ministerio de Ambiente. Estableció la Ley de Uso Eficiente y Ahorro del Agua, en 1997. Frenó la construcción de una ciudadela industrial en la isla de Salamanca (Magdalena). Tumbó un proyecto hotelero que amenazaba el Parque Tayrona. Derribó los muros carcelarios de Gorgona para convertirla en un Parque Natural Nacional.

La lista continúa y así explica ella su labor: “Soy una persona común y corriente, que está ocupada siempre haciendo cosas. Simplemente, voy haciendo lo que necesito hacer. Y si comienzo más rápido, menos tiempo pierdo”.

Fonseca es, además, punta de lanza de la generación de pioneros ambientalistas de Colombia que lograron que el país estuviera a la vanguardia en la región en temas de medioambiente, y en la valoración y protección de su riqueza natural. Todas sus conquistas han sido claves para las luchas del presente. Entre carcajadas admite que, en plena década de los 70, la miraban con extrañeza cuando su evidencia legal eran los diferentes corales que había clasificado mientras nadaba en las aguas del Tayrona.

Creció en la finca de su familia, rodeada de animales en ese corazón verde que son las montañas de Boyacá, y su misión de cuidar el entorno nació con ella. “Es como quien sabe cantar: se levanta y canta, y ya. No tengo que inventarme nada. Solo es quien soy y lo que pienso: que no solamente está uno, sino toda la sociedad, y que se puede trabajar por ella”.

A Bogotá llegó con apenas 16 años, persiguiendo el sueño de estudiar Derecho. Eran días de dictadura. La televisión acababa de aterrizar en el país y el movimiento estudiantil hervía. “Me inicié como líder cuando los estudiantes me eligieron como representante de la Universidad Nacional. Luchamos por la calidad de vida y la libertad de pensamiento, aspectos que no pueden separarse del medioambiente”, asegura. A las elecciones estudiantiles le siguió el voto popular, cuando se hizo concejala y congresista.

En 1985 creó la Fundación Alma, que ha generado procesos de trabajo mancomunado e investigación en beneficio de los ecosistemas, las comunidades y los territorios en temas como adaptación al cambio climático, conservación y restauración ecológica, y educación y gobernanza ambiental. Sus proyectos van desde la restauración de la flora nativa en los Cerros Orientales de Bogotá hasta la protección de la cultura pesquera a lo largo del cauce del dolorido río Magdalena. En 2023, la fundación puso en marcha el Plan Especial de Salvaguardia de la Pesca Artesanal (PES).

La alegría ha sido su trinchera. “Estamos en un gran peligro por el cambio climático, pero tampoco podemos estar trabajando con angustias. Se trata de ver qué podemos hacer, como el pajarito que cargaba agua en su pico todos los días para apagar un incendio muy grande, para que entre todos construyamos lo que queremos”.

*Apoyan Ecopetrol, Movistar, Fundación Corona, Indra, Bavaria y Colsubsidio.

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