Maduro es el mismo de antes

Poco ha cambiado el presidente de facto de Venezuela, Nicolás Maduro, con motivo de su espuria posesión. Es el mismo dictador de antes porque, en el ejercicio del poder en el período que terminó en enero de este año, Maduro se comportó como tal: una persona que se arroga o recibe todos los poderes políticos y, apoyada en la fuerza, los ejerce sin limitación jurídica. Controla todos los poderes del Estado igual que antes. Persigue a sus opositores violando flagrantemente los derechos humanos como lo hacía antes.

El Gobierno colombiano retiró a su embajador Ricardo Lozano en Caracas en marzo de 2017 por haber considerado absurda y antidemocrática una sentencia del Tribunal Supremo de Venezuela que despojó a la Asamblea de funciones sustanciales al Legislativo. No había libertad de prensa y ahora tampoco. La comida era escasa para los pobres y ahora igual. La dolarización solo beneficia a los pudientes y les quita capacidad a los que no tienen con qué. La inseguridad fue rampante en las calles y ahora también. La persecución a los tuiteros se inició en 2024 y ahora continúa. Colombia reanudó relaciones diplomáticas con Venezuela en el Gobierno del presidente Gustavo Petro y ahora continúa la relación en los mismos términos que ya existían. Maduro dependía del respaldo de las Fuerzas Armadas y ahora también.

La inflación en Venezuela no es nueva y la economía se mantiene en estado de gravidez. En marzo alcanzó el 77,8%. Hay que recordar que al presidente Hugo Chávez se le cayó el armario de su popularidad precisamente por su política económica. El primero en dudar de los programas gubernamentales de Chávez fue Gabriel García Márquez, quien le hizo una entrevista para la revista Cambio de vuelta de La Habana, donde coincidieron el presidente Andrés Pastrana, Fidel Castro y Hugo Chávez en enero de 1999. En dicha entrevista, Gabo deja el interrogante de la credibilidad del coronel ascendido a presidente por decisión del pueblo.

Durante el primer Gobierno de Nicolás Maduro, la inflación acumulada entre los años 2013 y 2019 fue de 5.395.536.268% según cálculos hechos en 2019 por el diputado venezolano Elías Mata, considerada como la peor hiperinflación en la historia latinoamericana. La razón del fenómeno: el control de precios, altos niveles de corrupción, fuerte emisión monetaria y déficit presupuestal. La desaceleración de la inflación durante 2023 se debió a la política de reducción de los salarios reales de los trabajadores. Las remuneraciones reales para los empleados públicos han caído dramáticamente en los últimos años. La capacidad de compra de los consumidores es la más baja del mundo, equivalente a 3,62 dólares. “El colapso socioeconómico, experimentado en el periodo 2014-2020, bajo el mandato de Maduro, fue un golpe al metabolismo nacional y produjo un trauma interno del cual muchas personas aún no terminan de recuperarse”, explicó el periodista Alonso Moleiro en EL PAÍS.

Queda claro que Maduro ya era el dictador de turno antes de autoproclamarse en enero de este año. No es sino hacer la contabilidad de los presos torturados y los desaparecidos anteriores a 2025.