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Jaime Saade, asesino de Nancy Mestre, llega extraditado a Colombia tras 30 años de fuga

El mediodía de este jueves cierra un largo de ciclo de espera por la justicia

Jaime Saade Cormane
Jaime Saade Cormane es escoltado por agentes de Interpol y Migración en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, este jueves.Policía de Colombia y Migración Colombia (EFE)

Con una camisa gris a rayas azul y marrón, pelo cano y gesto de cansancio en la cara de Jaime Saade, este jueves concluyó una fuga que duró un poco más de 30 años. Condenado desde 1996 por haber abusado sexualmente y luego asesinado a Nancy Mestre, quien tenía 18 años, el hombre de 58 años llegó en un vuelo comercial al Aeropuerto Internacional El Dorado en Bogotá, extraditado desde Brasil. Oculto con la identidad de Henrique Dos Santos Abdala y afincado en Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais, queda a órdenes del Juzgado Primero de Ejecución de Penas de su natal Barranquilla, ciudad a la que es trasladado en la tarde de este mismo jueves.

Vuelve al puerto del Caribe que abandonó en los primeros días de enero de 1994. Había celebrado ese año nuevo con Nancy Mestre, su pareja. Ella fue ingresada a una clínica, Saade afirmó que había intentado suicidarse. Tras nueve días en estado de coma, la joven falleció. Esa misma semana huyó el que aparecía como probable responsable: Medicina Legal dictaminó que Nancy no había intentado suicidarse y, en cambio, había sido abusada sexualmente y le habían disparado en la cabeza.

El asesinato no quedó impune, por lo menos no en los estrados: en 1996 un juez condenó a Saade por el homicidio y la violación de Nancy Mariana Mestre, La pena era de 27 años de cárcel, pero, con el responsable prófugo, la condena nunca se hizo efectiva. No hasta ahora, gracias al tesón de Martín Mestre, el padre de Nancy quien duró años buscando al asesino de su hija.

La búsqueda, que parecía infinita, empezó a dar muestras de cambio a finales de 2019, cuando encontró en los chats de personas del entorno de los Saade palabras como “Samaria”, que le daban una pista sobre su posible paradero. Mestre y dos coroneles que trabajaban en la investigación, relacionaron con Santa Marta, el puerto y balneario a un par de horas de Barranquilla. Atando cabos, encontraron el nombre de Belo Horizonte. Allí, la policía brasileña le siguió la pista. Un vaso del que bebió en algún bar sirvió para cotejar las huellas y confirmar su identidad.

En 2020, fue capturado. Su caso escaló hasta la Corte Suprema de Justicia de Brasil, en donde se discutía si extraditarlo o no. Dos magistrados votaron a favor, dos en contra. El quinto estaba de licencia y la justicia dicta que los empates siempre favorecen al condenado, por lo que Saade quedó libre. Sin embargo, no todo estaba perdido. En un debate de tecnicismos legales sobre la prescripción de su condena, la justicia encontró que Saade también estaba acusado de falsificación y utilización de documentos ilegales, en un caso que aún no ha sido juzgado, pero le jugó en contra. En marzo de 2023, poco antes de que quedara impune al prescribir el caso en Colombia, la Corte Suprema dio luz verde a su detención. Arrestado dos semanas después, mientras huía por Brasil, su suerte parecía echada. Y la foto de este jueves, de un hombre rodeado de policías mientras llega a Colombia, así demuestra.

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