Petro interviene la EPS más grande del país en respuesta al Congreso que ha tumbado su reforma
El presidente trata así de imponer su idea de acabar con las promotoras de salud e instaurar un sistema completamente público
En la Casa de Nariño, la residencia presidencial, se vive una de las semanas más agitadas desde que Gustavo Petro llegó al poder. El presidente, en las últimas 24 horas, ha ordenado la intervención de las dos EPS más grandes del país, las promotoras médicas, en su mayoría privadas, con las que quiere acabar Petro para instaurar un sistema de salud completamente público. Si el martes el Gobierno tomó el control de Sanitas, que tiene casi 6.000.000 de afiliados, este miércoles le ha tocado el turno a la Nueva EPS, un gigante con 11.000.000 de pacientes. El mandatario responde de esta manera tan contundente al Congreso, que acaba de tumbar la reforma sanitaria, uno de sus empeños más importantes desde que lidera el Gobierno. El hundimiento de ese proyecto supone una enorme derrota política, pero él pretende llevar la iniciativa tras meses de cierta parálisis institucional y por eso se muestra con esta contundencia contra las empresas que considera enemigas.
Esta medida de Petro es más simbólica que funcional. El mayor accionista, el mayoritario en la junta, y el que puso al gerente es el propio Gobierno. La Superintendencia de Salud, sin embargo, tiene la potestad de cambiar al gerente, a la junta directiva y nombrar a un interventor. El presidente y su mano derecha, Laura Sarabia, están convencidos de cambiar un sistema del que creen que se aprovechan estas empresas mediadoras para hacer negocio y hurtar por el camino un dinero que podría invertirse en los propios pacientes. El Gobierno, a través de la Superintendencia de Salud, sostiene que sus cuentas no cuadran e insinúa el desfalco de decenas de millones de dólares.
La ofensiva de Petro ha causado un shock en el país. Antiguos ministros suyos, como Alejandro Gaviria y José Antonio Ocampo, se han mostrado en contra en redes sociales de una forma muy contundente. Este sistema actual, creado en los años noventa, creen ellos que ha funcionado mejor que los de la región y que fue capaz de soportar una crisis tan grave como la del covid. Defienden hacerle pequeñas reformas, pero no una enmienda a la totalidad como planea Petro. El presidente ya ha advertido hoy que ese cambio de modelo que tiene en la cabeza se va a llevar a cabo sí o sí y que la reforma era una manera de hacer una transición tranquila. Sin embargo, tumbada en el Congreso, se va a hacer a las bravas y sin tener tanta consideración con las empresas intermediarias. “Hundiendo la reforma a la salud no frenan a Petro, al contrario, le entregan la salud. Si el sistema político insiste en la parálisis antireformista en que lleva años, se hace irrelevante. La única manera de “frenar” a un gobierno es negociando con él. Pq ante el bloqueo, decreta”, comentó en redes el analista político Alvaro Forero Tascón.
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