La excanciller colombiana María Ángela Holguín, nueva enviada de la ONU para Chipre

La diplomática colombiana María Ángela Holguín ha sido nombrada oficialmente como nueva enviada especial de Naciones Unidas para Chipre, un cargo que se encontraba vacante desde 2017, cuando fracasó el último intento de reunificación de la isla. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido a la excanciller de Colombia asumir “un papel de buenos oficios en su nombre para buscar un terreno común para avanzar y aconsejarle en el problema de Chipre”, informó este viernes su portavoz al confirmar la designación. El secretario general destacó la amplia experiencia de la colombiana “en los más altos niveles”.

Holguín (Bogotá, 60 años) ha ocupado más que nadie en la historia reciente de Colombia el despacho del Palacio de San Carlos, la sede de la Cancillería en el centro de Bogotá. Al final de una larga carrera diplomática, fue la ministra de Relaciones Exteriores durante los dos periodos de Juan Manuel Santos, entre 2010 y 2018. Después de haber sido embajadora en Caracas y ante Naciones Unidas, recibió la cartera cuando las relaciones con la Venezuela de Hugo Chávez y el Ecuador de Rafael Correa estaban destrozadas, luego del mandato de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010). Además de haber logrado recomponer los lazos con los dos vecinos, fue negociadora en La Habana de los acuerdos de paz sellados a finales de 2016 con la guerrilla de las FARC, que hicieron merecedor a Santos del Nobel de Paz.

Desde el final del Gobierno de Santos, la exministra ha mantenido un perfil discreto en el debate público, aunque se mostró crítica de la política exterior colombiana en el periodo de Iván Duque (2018-2022). En 2021 publicó el libro La Venezuela que viví (Planeta), unas memorias políticas de la agitación en la que navegó durante su carrera. En la campaña presidencial del año siguiente acompañó en algunos eventos a su pareja, Sergio Fajardo, el entonces candidato de la coalición de centro, y desde el pasado octubre escribe una columna sobre temas internacionales en el periódico El Espectador.

La excanciller deberá volcar ahora su experiencia diplomática y negociadora al añejo conflicto en Chipre. Nicosia es la única capital del mundo que continúa dividida. La isla mediterránea se divide entre la República de Chipre, de mayoría grecochipriota, miembro a la Unión Europea donde se habla griego y la moneda es el euro, y la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre, de mayoría turcochipriota, con lengua y moneda turcas, que ocupa el tercio septentrional y solo es reconocida por Turquía. Los primeros enfrentamientos entre las dos comunidades ocurrieron en 1963, cuando se hizo necesaria la presencia de los primeros cascos azules de la ONU, reseña la agencia Efe. En 1974, Turquía invadió y ocupó el tercio norte de la isla en respuesta a un golpe de Estado promovido por la junta militar que entonces gobernaba en Grecia. La misión de la ONU en Chipre vigila la zona de amortiguación, una franja que se extiende a lo largo de la isla y que separa el sur del norte de la isla, dividido tras la invasión de Turquía.

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