Los pueblos flotantes que sobreviven a la reducción de la pesca
El pueblo palafito de Buenavista, en la Ciénaga Grande de Santa Marta, mantiene vivas las costumbres que lo hacen único
Ni el conflicto ni el olvido estatal han impedido que los pueblos de palafitos de la Ciénaga Grande de Santa Marta conserven su autenticidad. Las casas de madera de todos los colores y los botes dibujan el paisaje de Buenavista, uno de los caseríos ubicados en la albufera. En ellos el tiempo parece no pasar pues la internet llegó apenas hace unos meses, las conexiones de celular son débiles y muy pocas familias tienen televisor.
Los habitantes de este pueblo flotante son entusiastas y creen en que las cosas van a mejorar, a pesar de las adversidades que viven cuando la pesca no está buena o de que el tiempo allí pasa mucho más lento que en las grandes ciudades.
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