La imparable ‘colonización’ de África por parte de China

Estados Unidos y Europa ven su hegemonía peligrar en el continente después de décadas

En las últimas décadas, China se ha convertido en el principal socio económico de África. El volumen de comercio entre ambos pasó de 1.000 millones de dólares en 1992 a más de 100.000 millones en 2008, el mismo año que superó a Estados Unidos. Pekín calcula que en 2035 esta cifra podría alcanzar los 300.000 millones de dólares. Pero, ¿en qué se basa esta relación comercial? En este vídeo se lo explicamos.

Tal es la importancia del continente africano para la política exterior china que la primera visita oficial de Xi Jinping como jefe de Estado en 2013 fue a África. También en su reelección en 2018. Y el recién nombrado ministro de Exteriores chino, Qin Gang, culmina esta semana su primera visita oficial en el cargo con una gira por cinco países africanos. Estos viajes son una tradición diplomática china de hace más de tres décadas –una forma de agradecimiento por el viejo apoyo de los países africanos a la entrada de la China comunista en la ONU, pero también una muestra del interés actual por profundizar y estrechar lazos—. La clave de esta relación comercial y política está en el modelo Angola. Una fórmula en la que África exporta recursos a China y esta le ofrece ayuda financiera en forma de créditos y construcción de infraestructuras. En última instancia, China también obtiene influencia política.

Europa, que ve su hegemonía en el continente africano peligrar, anunció a principios de año un ambicioso plan de transformación digital y desarrollo sostenible para contrarrestar la influencia de China: el Global Gateway. Un paquete de inversiones de 150.000 millones de euros hasta 2027. ¿Y por qué Bruselas quiere invertir en estos sectores? Así lo explicaba Ursula von der Leyen: “Somos muy buenos financiando carreteras, pero no tiene ningún sentido para Europa construir una muy buena carretera entre una mina de cobre de propiedad china y un puerto de propiedad china”. Al final, tan solo se trata de una pugna por el poder.

Créditos

Redacción y edición Patricio Ortiz
Grafismo Olivia L. Bueno
Con información de Guillermo Abril


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