Vídeo | ¿Qué se llevaron en sus maletas las refugiadas ucranias al huir de la guerra?
Varias mujeres que escapan de las bombas nos cuentan los objetos que consiguieron sacar al dejar sus casas
En el municipio de Suceava (Rumania), a unos 50 kilómetros de la frontera con Ucrania, el hotel Mandachi se ha convertido en un improvisado centro de acogida de refugiados. En el salón de fiestas del hotel se disponen hileras de sacos de dormir, cajas amontonadas y montañas de ropa. Hay una bola de discoteca, que ya no brilla con las luces de noches de baile de otros tiempos. El bullir es constante, con niños correteando y madres atentas a que no se pierdan o se lastimen. La historia de muchas de ellas ha sido muy similar. En apenas 20 minutos rescataron de sus viviendas algún objeto preciado y tomaron la carretera hacia el oeste, en busca de la frontera rumana.
En el vídeo que acompaña esta noticia, EL PAÍS ha charlado con algunas de estas víctimas de la guerra. La mayoría coincide en que se preocuparon antes de sus hijos que de sí mismas. Algunas como Faith, madre de una familia nigeriana que ha huido del conflicto, no se llevaron nada para ellas, pero sí la ropa de su bebé. Ahora se dirige a Reino Unido, pero ha abandonado su casa tal cual estaba y espera encontrarlo todo a su regreso. “Me lo he tomado como si me fuese de vacaciones”, explica. María es ucrania, y también eligió algo de ropa, pero por su valor simbólico. Se trata de una camiseta que mezcla la estética del conocido videojuego Doom con un verso de un poema del poeta nacional ucranio Taras Shevchenko.
Otras eligieron objetos curiosos, de recuerdos de una vida pasada, de días de esperanza, como el día de Año Nuevo de Alona y su hijo, como se puede ver en el reportaje en vídeo. Ana lleva su recuerdo en el móvil, en forma de foto. Es de un atardecer muy especial para esta refugiada: el último que vivió en su país antes de que fuese invadido.