Las organizaciones latinas contradicen los datos sobre el apoyo hispano a Trump
La encuesta presentada por varios grupos revela que el 62% del voto latino respaldó a Kamala Harris y niega que el republicano fuera el más votado por los hombres de la comunidad
Las principales organizaciones de latinos y otras minorías se han unido para contradecir los datos que se han estado publicando desde el día de las elecciones y que apuntan al electorado hispano como responsable de la abrumadora victoria de Donald Trump. Mientras que los resultados preliminares han mostrado que un 53% de los latinos dieron su voto a Kamala Harris y un 45% a Trump, los datos aportados por los grupos latinos revelan una diferencia de 62% a favor de la candidata demócrata y 37% al republicano.
“No hay absolutamente ninguna evidencia válida o precisa de que la mayoría de los hombres hispanos votaron por Trump. A medida que llegamos a algunos de los grupos de menor edad, es cierto que a Trump le fue mejor, pero no como grupo en general”, afirma Matt Barreto, cofundador de BSP Research, responsable de la encuesta realizada a 9.400 electores entre el 18 de octubre y el 4 de noviembre, que sustenta los datos aportados por los grupos de las minorías.
Desde el 5 de noviembre se han sucedido los titulares que subrayan que por primera vez los hombres latinos han votado mayoritariamente al Partido Republicano. Según la encuesta de BSP, un 56% del voto hispano masculino fue para Harris, 13 puntos por encima del destinado a Trump. Barreto defiende que su encuesta es más fiable porque la muestra es mayor y se realizó en varias lenguas.
Además, niegan que el voto latino haya sido determinante para el triunfo del republicano en ningún Estado, pese a la estimación difundida de que el voto hispano causó que los Estados clave se volcaran hacia el lado de Trump.
Las organizaciones latinas, como UnidosUS, Voto latino, La Brega y la Fuerza Fund y la Federación Hispana se han juntado con las representantes de otras minorías, como Asian American Advancing Justice y African American Research Collaborative para denunciar que las encuestas que se hacen a pie de urna no representan bien a las minorías y ofrecen una imagen desfigurada de la realidad de estas comunidades. “Lamentablemente, los titulares se escriben con información imperfecta, por lo que queríamos asegurarnos de que la gente tuviera información muy sólida sobre los votantes hispanos, quienes en su mayoría votaron a favor de la vicepresidenta Harris en todos los Estados excepto Florida”, afirma Clarissa Martínez de Castro, vicepresidenta de la Iniciativa Voto Latino de UnidosUS. De todos los encuestados, 3.750 eran latinos y el margen de error era de más o menos un 1,62%.
A pesar de contradecir la interpretación generalizada del resultado electoral, estos grupos reconocen lo que ha sido indiscutible: que en todas las minorías se ha producido un cambio a favor del Partido Republicano. “Los resultados de las elecciones del martes fueron parte de una tendencia que trasciende a los votantes latinos. Esto es mayor que cualquier grupo demográfico, y seamos claros, echarle la culpa de una pérdida exclusivamente a los votantes latinos no sólo es irresponsable, sino peligroso y alimenta la agenda de división y odio de la que se alimenta Donald Trump y sus seguidores”, afirma Melissa Morales, presidenta de Somos Votantes.
En lo que sí coinciden con las explicaciones generalizadas es en que el factor que más ha determinado el voto ha sido el económico, aunque también en eso creen que hay incomprensión en lo que representa para los latinos. Además de que la comunidad sufrió más que otros grupos demográficos los efectos de la pandemia de Covid, no es sólo “el precio de los huevos”, lo que les afecta, explica Morales. “Para nuestra gente, la economía incluye el peso de nuestros antepasados que cruzan el desierto, los ríos y enfrentan la muerte en busca de oportunidades económicas. Ese peso y ese trauma viven en nuestro ADN y allanan el camino para elegir la autoconservación en lugar de la mitigación del daño, que es lo que vimos el martes”.
Lo que sí les queda claro es que los latinos no reciben la atención que merecen y la evidencia es que el 45% de los encuestados afirmó no haber sido contactado por ningún partido, a pesar de que, con 36,2 millones de hispanos con derecho al voto, son la primera minoría del electorado y la que más ha crecido desde la última elección presidencial. El poder de movilización de los hispanos quedó plasmado en el voto puertorriqueño, que aumentó considerablemente después de que en un mitin de Trump en el Madison Square Garden se dijera que Puerto Rico es “una isla llena de basura”.
La encuesta de BSP, que también fue presentada por varias organizaciones de migrantes, reconoce que no hay correspondencia entre las políticas que defienden los latinos y el apoyo a los líderes que las defienden, lo que se ha traducido en la pérdida de apoyo de los demócratas entre este segmento de la población. Una amplia mayoría del 79% se muestra a favor del aborto y un 80% quiere que se abra una vía para la legalización de los migrantes indocumentados de largo plazo. Ambas medidas son contrarias al ideario de Trump que, aún así, ha conseguido aumentar el apoyo de la comunidad.
Contra las deportaciones
Otra contradicción sería, según los defensores de los migrantes, el apoyo que se da a Trump a pesar de su promesa de llevar a cabo la mayor deportación de la historia, que afectaría principalmente a los latinos. Según Vanessa Cárdenas, directora ejecutiva de la organización pro migrantes America’s Voice, “el público estadounidense, incluso con los resultados de este año, se opone a la agenda de Trump de deportaciones masivas, separación de familias y sus promesas de retirar los documentos y deportar a algunos con estatus legal vigente”, asegura.
Según el sondeo, hay un temor latente al aumento de odio y racismo en el país. El 60% expresó preocupación por el hecho de que los funcionarios electos permanezcan callados y no hablen contra los nacionalistas y extremistas blancos que promueven el odio y los ataques contra minorías e inmigrantes. En los últimos dos días, el presidente electo ha ofrecido un adelanto de por donde se encaminará su política de migración al elegir como responsables a conocidos defensores de la línea dura, como la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, Tom Homan y Stephen Miller, estos dos últimos arquitectos de la separación de familias en su anterior mandato.