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José Alfaro: “Los latinos se ven afectados de manera desproporcionada por la violencia armada”

El experto en justicia social se ha convertido en el primer latino en liderar una organización nacional dedicada a la prevención de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos

Marisol Jiménez
José Alfaro, nuevo director ejecutivo de  Community Justice.
José Alfaro, nuevo director ejecutivo de Community Justice.Yash Mori (Community Justice)

Dicen que no hay armas más poderosas que las ideas, y así lo demuestra José Alfaro (Nueva York, 1986). Hijo de inmigrantes salvadoreños que llegaron a Estados Unidos cuando huían de la violencia, Alfaro creció en el barrio de Jamaica, en Nueva York, durante la década de 1990. Allí, observó de cerca cómo las organizaciones comunitarias y las pandillas tenían que luchar por sobrevivir. Los entornos violentos, la falta de oportunidades y el olor a pólvora son realidades con las que está familiarizado.

En un país como Estados Unidos, donde hay más armas que habitantes, la labor de prevenir la violencia armada no es fácil. Pero Alfaro se ha convertido en un líder que le habla a la gente. Recuerda vívidamente los tiroteos masivos en El Paso, Uvalde y el club nocturno Pulse (una discoteca gay) en Orlando, hechos que siguen impactando profundamente a las comunidades latinas, no solo por las vidas que se perdieron, sino también por el daño duradero que han causado.

José Alfaro explica en una videollamada con EL PAÍS que como nuevo director ejecutivo de Community Justice su enfoque será priorizar el trabajo en las comunidades latinas y afroamericanas, las cuales se han visto afectadas de manera desproporcionada por la violencia armada.

Pregunta. ¿Cómo surgió su interés por la prevención de la violencia?

Respuesta. Fui miembro de una pandilla hasta que me convertí en un adulto joven. Esta experiencia moldeó mi perspectiva sobre el trabajo que realizo hoy en día. Durante ese período, obtuve mi diploma de bachillerato (GED) y luego estudié psicología en Morgan State University, una institución históricamente afroamericana. Después obtuve mi maestría en justicia social y comencé a trabajar en diversos temas como la violencia sexual y doméstica en la organización Planned Parenthood Federation of America.

Durante ese tiempo, conocí organizaciones dedicadas a la prevención de la violencia comunitaria y a líderes de diversas ciudades que han estado trabajando en este campo durante décadas. Este tema me atrajo particularmente porque vi reflejada mi propia historia y la de mis seres queridos en otras ciudades como Chicago, Miami, San Francisco y Los Angeles. Las experiencias de estas comunidades eran sorprendentemente similares a las mías, y cuando tuve la oportunidad de trabajar específicamente con comunidades de color —afroamericanas, latinas y asiáticas— me sentí motivado a buscar soluciones preventivas adaptadas a nuestras comunidades.

P. ¿Por qué decidió enfocar su carrera profesional en abogar por las comunidades latinas y afroamericanas?

R. Mi formación académica y mi visión sobre los problemas en Estados Unidos están influenciadas por la historia del país, particularmente la esclavitud y la opresión de las personas negras. Creo que abogar por y con las comunidades afroamericanas y negras puede ayudar a avanzar en la política para todas las comunidades, incluyendo latinos, asiáticos y personas de bajos ingresos, dado que la historia de este país está profundamente marcada por la opresión de los afroamericanos.

P. Al convertirse en director de Liderazgo Latino y Participación Comunitaria en Everytown for Gun Safety, ¿qué retos enfrentó?

R. He visto mi trayectoria como algo interseccional, un campo en el que he podido observar diferentes aspectos de diversos temas. En mi rol como director de asuntos latinos en Everytown for Gun Safety, una organización nacional que trabaja contra la violencia armada, enfrenté un desafío nuevo tanto para el movimiento como para la organización. Mi labor consistía en analizar cómo la violencia con armas de fuego afecta a las comunidades latinas, discutir este problema con nuestras comunidades, identificar diferencias y encontrar puntos en común sobre el impacto de esta violencia.

P. ¿De qué manera afecta la violencia armada a la comunidad latina en Estados Unidos?

R. Los latinos se ven afectados de manera desproporcionada por la violencia con armas de fuego. Aunque a menudo no se le presta suficiente atención, nuestras comunidades enfrentan diariamente una serie de problemas relacionados con las armas de fuego, como la violencia doméstica, el homicidio, la violencia policial, el suicidio, y más recientemente, la violencia política y los actos de odio.

Un ejemplo de esta violencia es el tiroteo en un Walmart de El Paso, Texas, ocurrido hace casi cinco años, donde un joven de 21 años manejó 600 millas (965 km) para atacar a mexicanos y latinos. Este acto de odio fue alimentado por una retórica política negativa hacia nuestras comunidades, lo que refleja un tipo emergente de violencia que debemos considerar seriamente. Cada año, cerca de 15.000 personas latinas en Estados Unidos pierden la vida debido a la violencia armada, y aproximadamente 13.000 más resultan heridas. Los tiroteos en Uvalde, El Paso y el club Pulse en Orlando han tenido un profundo impacto en nuestras comunidades.

P. En lo que va de 2024, se han registrado 320 tiroteos masivos en Estados Unidos según el Gun Violence Archive. ¿Cuál es la razón principal de estos tiroteos masivos en el país?

R. A menudo, el enfoque en la violencia armada se centra en los tiroteos masivos, que, aunque son dolorosos y tienen un gran impacto, son solo una parte del problema. La verdadera crisis de violencia armada en nuestras comunidades, especialmente en las comunidades latinas, se manifiesta en la violencia cotidiana: en las ciudades, en la violencia doméstica, en los enfrentamientos con la policía, en el suicidio y en la violencia de odio. Estos aspectos de la violencia armada suelen recibir menos atención, pero son igualmente importantes. Es necesario que cambiemos la narrativa para que estas historias de violencia diaria en comunidades de color, comunidades pobres y comunidades marginadas reciban la visibilidad que merecen. Estamos trabajando para que estas realidades sean reconocidas y comprendidas, con el objetivo de brindarles la atención y el apoyo que necesitan.

P. ¿Cuáles son los principales factores que hacen que la comunidad latina sea más vulnerable a la violencia armada?

R. En nuestras comunidades, la falta de recursos adecuados para llevar una vida saludable y de calidad es un problema significativo. Varios factores contribuyen a este hecho. La falta de empleo y de educación juega un papel crucial; sin acceso a una buena educación, es más probable que las personas se involucren en la violencia armada, ya sea como perpetradores o víctimas. Nuestras comunidades han estado desatendidas durante décadas como resultado del racismo y odio sistémico, lo que agrava la situación de la violencia con armas de fuego.

El acceso limitado a recursos de salud mental también es un factor relevante. Hay un estigma considerable en torno a la búsqueda de ayuda psicológica en nuestras comunidades, y cuando los servicios están disponibles, a menudo no están en los idiomas que se hablan localmente. Esto es especialmente problemático para las personas indígenas de las Américas, como quienes hablan quechua o aimara, quienes enfrentan barreras adicionales para acceder a estos servicios.

P. La National Shooting Sports Foundation ha reportado un notable incremento en la compra de armas de fuego por parte de latinos en Estados Unidos, con un aumento del 50% entre 2019 y 2020. ¿Qué factores han impulsado a los latinos a adquirir armas?

R. En 2019, la retórica política negativa hacia los latinos se reflejó en el tiroteo en El Paso, Texas, generando un aumento en el temor y la inseguridad dentro de nuestras comunidades. Esta situación contribuyó a una mayor preocupación por la seguridad personal y la protección, impulsando a muchos latinos a adquirir armas de fuego.

P. ¿Cuál es el papel de las organizaciones comunitarias y los líderes locales en la prevención de la violencia armada?

R. En Community Justice nos enfocamos en apoyar a las organizaciones locales que trabajan para prevenir la violencia armada, en proporcionar recursos a las comunidades que lo necesitan y abogamos a nivel federal para asegurar más fondos que les permitan expandir sus servicios. Es esencial que quienes trabajan en este campo, tanto profesionales entrenados como voluntarios, reciban el apoyo y la formación necesarios para desempeñar su labor de manera efectiva.

Desde nuestra trinchera estamos comprometidos en hacer que el trabajo de prevención de la violencia sea reconocido como una profesión legítima y valiosa, que no solo beneficia a la comunidad, sino que también proporciona estabilidad a quienes lo ejercen.

P. ¿Cómo es el perfil de estos líderes locales?

R. Hay muchos jóvenes, adultos y personas que han sido impactadas por el sistema incluidas aquellos que han sido encarcelados o que han pertenecido a pandillas. Todos ellos desempeñan un papel importante en la prevención de la violencia porque tienen una habilidad única para conectar con miembros de la comunidad que atraviesan experiencias similares a las que ellos mismos han vivido. Su compromiso por mantener seguras sus comunidades es admirable, ya que no solo trabajan para promover la paz y la seguridad en sus vecindarios, sino que también buscan proporcionar estabilidad a sus propias vidas y hogares.

P. En un contexto crucial donde la prevención de la violencia con armas es una de las principales prioridades para las próximas elecciones presidenciales, ¿qué significa para usted ser director del Community Justice Action Fund?

R. Asumir el rol de director ejecutivo del Community Justice Action Fund es un desafío significativo y una oportunidad que nunca imaginé tener a mis 38 años. Me llena de orgullo continuar el trabajo iniciado por líderes afroamericanos como Amber Goodwin, la fundadora de la organización, y Greg Jackson, mi predecesor, quien ahora está en la Casa Blanca. Mi objetivo es seguir sus pasos y fomentar nuevas conexiones.

Como el primer latino en esta posición, estoy comprometido en avanzar los temas que afectan a nuestra comunidad y a la violencia armada que enfrentamos. También quiero promover la colaboración entre comunidades afroamericanas y latinas. A pesar de las tensiones que a veces existen, tenemos una historia de solidaridad que a menudo se pasa por alto. Mi enfoque estará en fortalecer esta unidad y en trabajar juntos para lograr un impacto significativo y duradero.

P. Kamala Harris ha sido una parte esencial de la Administración presidencial más fuerte en materia de prevención de la violencia armada. Ahora que se perfila como candidata demócrata, ¿cuál es su opinión al respecto?

R. Apoyamos plenamente a la vicepresidenta Kamala Harris en su candidatura para la presidencia de los Estados Unidos. Sería la primera mujer, la primera afroamericana y la primera persona identificada como surasiática en ocupar ese cargo, lo cual sería un avance monumental. En Community Justice Action Fund, valoramos profundamente su trabajo en la oficina de prevención de la violencia armada. Su liderazgo y colaboración con otros abogados y activistas resultaron en la aprobación de legislación histórica, como el Bipartisan Safer Communities Act, que destinó más de 200 millones de dólares a comunidades y a organizaciones de prevención comunitaria. Estamos entusiasmados con la posibilidad de continuar avanzando en estos esfuerzos bajo su liderazgo.

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Sobre la firma

Marisol Jiménez
Es redactora de redes sociales de EL PAÍS US. Estudió la licenciatura en Ciencias de la Comunicación y Periodismo y la Maestría en Estudios México-Estados Unidos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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