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Columna

Torpezas políticas, elecciones autonómicas y Gary Oldman

Ante tanto disparate cabe refugiarse en la ficción de cualquier serie que ofrecen en abundancia todas las plataformas y preferentemente si la serie es británica

Gary Oldman, en la quinta temporada de 'Slow Horses'.Vídeo: Apple TV

Tras comprobar el resultado de las elecciones en Extremadura, y sin ser un experto en el tema, la primera impresión es que recuerda a alguna película de los hermanos Marx aunque, eso sí, con mucha menos gracia.

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Tras comprobar el resultado de las elecciones en Extremadura, y sin ser un experto en el tema, la primera impresión es que recuerda a alguna película de los hermanos Marx aunque, eso sí, con mucha menos gracia.

La presidenta regional, María Guardiola, decidió convocar elecciones para conseguir la mayoría absoluta y alejarse de la extrema derecha. Ha conseguido que la extrema derecha sea fundamental para conseguir la presidencia y, probablemente, tendrá que transigir mucho más en nombramientos y políticas de la tan citada extrema derecha.

Los socialistas por su parte, con esa clarividencia para las torpezas que últimamente les caracteriza, decidieron mantener como cabeza de lista a un político que no hace mucho hizo que renunciaran cinco candidatos de la lista al parlamento regional que le precedían para poder tomar el escaño y con ello acceder al aforamiento. El resultado ya se conoce: pierden 10 diputados autonómicos y consiguen los peores resultados desde 1983. Dimite sin dejar su escaño, ya que argumenta que si lo hiciera traicionaría a quienes han depositado su confianza en él. Como diría Federico Trillo: “¡manda huevos!”.

Claro que habrá que ver si el espectador de los telediarios y las tertulias consigue superar el encadenamiento de incompetencias o del sarcasmo considerado como una de las bellas artes al escuchar a Miguel Tellado decir que los votantes de la región han dicho “no” a la corrupción, sabiendo que es secretario general de un partido, el PP, que tiene pendientes 30 juicios por corrupción. Ahí la estupefacción alcanza cotas inimaginables.

Ante tanto disparate cabe refugiarse en la ficción de cualquier serie que ofrecen en abundancia todas las plataformas y preferentemente si la serie es británica o está vinculada en mayor o menor medida a la BBC. Es el caso, por ejemplo, de las cinco temporadas de la excelente Slow Horses, de Apple TV, esos denominados “caballos lentos” que, en el argot de los espías del MI5, es como llaman a los agentes que han demostrado sus errores o su incapacidad para ejercer funcionalmente su oficio y son desterrados a la Ciénaga, una especie de basurero administrativo.

Estupenda serie encabezada por un cínico y desencantado Gary Oldman arropado, entre otros, por unas estupendas Kristin Scott Thomas y Saskia Reeves. Naturalmente, si se ven y escuchan a nuestros dilectos políticos y, después, se ve Slow Horses es inevitable la añoranza de una Ciénaga autóctona aunque con un reparto menos espectacular mal que le pese a Miguel Tellado.

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