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Columna

Argumentos políticos y vitalidad de las series

‘The Wire’, ‘Los Soprano’, ‘La casa de papel’, ‘Los Durrell’ o ‘The Big Bang Theory’, por citar una pocas, pueden verse cada cierto tiempo porque siempre entretienen o se descubre algo nuevo en ellas

Isak Ferriz y Verónica Echegui, en 'Ciudad de sombras'.Vídeo: Netflix

No deja de ser significativo el que el último de los argumentos críticos que esgrime la derecha ante la gestión del Gobierno sea el ...

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No deja de ser significativo el que el último de los argumentos críticos que esgrime la derecha ante la gestión del Gobierno sea el de “¡váyase, señor Sánchez!”, tan similar al de años antes cuando clamaban “¡váyase, señor González!”. Como razonamiento crítico es elemental y como constante con el paso del tiempo es, cuando menos, inquietante.

Decía el poeta que todo pasa y todo queda y se puede añadir que, al parecer, todo se repite: desde los ya mencionados argumentos al fango de la corrupción y la miseria humana que alcanza a todos, pues, al parecer, el poder corrompe. Claro que corrompería menos si se dejaran aparte la vanidad y los halagos de los arribistas y se tuviera un criterio más riguroso a la hora de elegir a los colaboradores.

Ya lo decía Thomas De Quincey: “Si uno comienza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del Día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente”. Y mucho me temo que estamos dejando todo o casi todo para el día siguiente, salvo las series de ficción que demuestran su vitalidad y vigencia con una constancia encomiable y que, incluso se permiten el repetirlas hasta la saciedad sin que se subleven las masas. La clave, naturalmente, es la calidad. The Wire, Los Soprano, La casa de papel, Los Durrell o The Big Bang Theory, por citar una pocas, pueden verse cada cierto tiempo porque siempre entretienen o se descubre algo nuevo en ellas. El “¡váyase, señor Sánchez!” es anodino desde la primera vez que se alega.

Claro que hay series que al margen de sus virtudes temáticas y formales alcanzan una notable dimensión sentimental por razones ajenas a sus propósitos iniciales. Es el caso de Ciudad de sombras, serie en Netflix producida y dirigida por Jorge Torregrossa que, impensadamente, se ha convertido en un gran homenaje a una actriz de talento que falleció poco después de finalizada la serie. Hablamos de Verónica Echegui quien la descubrió para el cine ese hombre, también de talento y olfato para los nuevos valores, que fue Bigas Luna. Ciudad de sombras rinde pleitesía al admirado y rechazado con similar vehemencia Antoni Gaudí al mismo tiempo que conmueve el saber que no volveremos a ver nuevas interpretaciones de aquella estupenda la Juani.

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