‘Mr. Mercedes’ o el arma de destrucción masiva
Stephen King dijo que era la mejor adaptación de cualquiera de sus novelas, lo que no deja de ser un gran elogio a David E. Kelley, su artífice
Si algo es indiscutible en las tres temporadas de la serie Mr. Mercedes es que Brendan Gleeson es un actor extraordinario, algo que ya sabíamos desde aquel estupendo largometraje Escondidos en Brujas y que ahora queda ratificado en la adaptación de la novela de ...
Si algo es indiscutible en las tres temporadas de la serie Mr. Mercedes es que Brendan Gleeson es un actor extraordinario, algo que ya sabíamos desde aquel estupendo largometraje Escondidos en Brujas y que ahora queda ratificado en la adaptación de la novela de Stephen King. Conseguir que las tres temporadas con un total de 30 capítulos mantengan el mismo grado de tensión no es fácil y Mr. Mercedes (AXN Now y Disney+) no es la excepción.
King declaró que era la mejor adaptación de cualquiera de sus novelas, lo que no deja de ser un gran elogio a David E. Kelley, su artífice. También sabemos que pocas series como la aquí citada tienen un arranque más espectacular y terrible: un Mercedes robado, conducido por un psicópata, arremete contra una pequeña multitud de desocupados que espera pacientemente poco antes del amanecer que se abra una especie de oficina de empleo para conseguir el anhelado trabajo: 16 muertos y muchos más heridos es el balance final. El psicópata huye y el caso queda sin resolver.
El ya jubilado inspector Bill Hodges (Gleeson) no consigue olvidar aquel terrible suceso y, tras recibir un anónimo de quien se considera culpable de la masacre, decide tratar de resolver el caso. Se ha comentado que con este texto Stephen King se adentraba por primera vez en el género de la novela negra. Puede ser. Lo que está claro es que toda la historia rezuma esa intensidad tan propia de Tennessee Williams: madre alcohólica, psicópata con infancia turbulenta, joven ayudante de Gleeson con ciertos problemas mentales y unos inestimables conocimientos de informática... no hay personaje que se ajuste a los baremos de “normalidad” en el hipotético caso de que lo normal sea la normalidad.
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