Yolanda Díaz en ‘Lo de Évole’: dientes, dientes

La sonrisa de Yolanda Díaz es a la derecha lo que las ocurrencias de Ayuso a la izquierda: la prueba fehaciente de que a menudo no es que no estemos de acuerdo, es que ni siquiera hablamos el mismo idioma. Pero trasciende la división ideológica

Yolanda Díaz, este pasado domingo en 'Lo de Évole'.Vídeo: EPV

Es exhortación de folclórica a su novio alcalde mientras paseaban delante de la prensa que los acribilla, pero “dientes, dientes, que es lo que les jode” también podría ser un mandamiento autoimpuesto de Yolanda Díaz. No lo es. En Lo de Évole quedó claro que la sonrisa perpetua de la ministra de Trabajo es un acto involuntario. Probablemente por eso jode más que la de la Pantoja.

Cuando digo que molesta, no me refiero al comentario de ...

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Es exhortación de folclórica a su novio alcalde mientras paseaban delante de la prensa que los acribilla, pero “dientes, dientes, que es lo que les jode” también podría ser un mandamiento autoimpuesto de Yolanda Díaz. No lo es. En Lo de Évole quedó claro que la sonrisa perpetua de la ministra de Trabajo es un acto involuntario. Probablemente por eso jode más que la de la Pantoja.

Cuando digo que molesta, no me refiero al comentario de Maruja Torres que emitieron en el programa, una crítica acertada a cierto espíritu cursi. La confrontación con educación de las ideas en lugar de la lucha de personalidades suscita mucho rechazo entre quien vive la política como una constante tocada de escaño. La sonrisa de Yolanda Díaz es a la derecha lo que las ocurrencias de Ayuso a la izquierda: la prueba fehaciente de que a menudo no es que no estemos de acuerdo, es que ni siquiera hablamos el mismo idioma. Pero trasciende la división ideológica: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son ejemplos de ello.

Perdura una invitación machista a la sonrisa femenina cuando a los políticos jamás se les ha requerido una cuota de simpatía o afabilidad. Sonríe, mujer, que estás más guapa. Pero también a ellas se les pide, con mayor o menor grado de obligación, que se comporten como ellos. Qué lío. Puede terminar una como la Mona Lisa.

Si la yakuza (con la que empezó el programa), gusta de amputar falanges de los meñiques, seguro que hay enemigos íntimos de aquel partido que se autodenominó “de las sonrisas” que preferirían ver a Díaz sin dientes. Al final quien le quitó la sonrisa fue Jordi Évole, que comenzó el programa señalando su obvia sintonía con ella. Cuídame, Señor, de las sintonías, que de las sonrisas ya me cuido yo.

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