Blanca Paloma, ganadora del Benidorm Fest 2023, se sube a la barca de Remedios Amaya con destino a Eurovisión
La cantante de Elche, de 34 años, viajará a Liverpool en mayo para representar a España con ‘Eaea’ y apostar de nuevo por el flamenco en el certamen europeo de la canción. Se ha impuesto con 169 puntos al otro gran favorito de la preselección organizada por RTVE, Agoney (145 puntos)
La lorquiana sororidad de Eaea, empujada por la impresionante interpretación vocal de Blanca Paloma, se ha convertido en la noche del sábado en la ganadora del Benidorm Fest 2023. Canción y artista serán, por tanto, las que representen a España en Eurovisión este mes de mayo en Liverpool, recuperando el flam...
La lorquiana sororidad de Eaea, empujada por la impresionante interpretación vocal de Blanca Paloma, se ha convertido en la noche del sábado en la ganadora del Benidorm Fest 2023. Canción y artista serán, por tanto, las que representen a España en Eurovisión este mes de mayo en Liverpool, recuperando el flamenco en el festival de la canción europea.
En Eurovisión (y en el Benidorm Fest), la música se escucha con los ojos. La poderosa puesta en escena de la cantante, elaborada de forma independiente por un grupo de profesionales que procede del teatro, invoca el espíritu de su abuela Carmen, quien fue su referente inicial en el flamenco. Con ella comenzó la carrera musical de esta escenógrafa formada en el campo de las Bellas Artes y ha sido su recuerdo el que ha inspirado Eaea.
La cantante de Elche, de 34 años, se ha impuesto con 169 puntos frente a los 145 de Agoney y los 129 puntos de Vicco, los clasificados en segundo y tercer lugar, respectivamente. Ella ha sido la opción preferida por el jurado profesional, cuyos ocho miembros le han concedido 94 puntos de sus 96 posibles, y también del televoto, mientras que ha sido la segunda favorita en el voto demoscópico —una selección estadística de 350 personas que representa a la población española—. Esa casi unanimidad ha evitado que haya, al menos en un primer momento, polémica en torno a esta elección, al contrario de lo que ocurrió con Chanel.
En esta final, cuya gala ha presentado la cantante Mónica Naranjo junto a Rodrigo Vázquez (El cazador) e Inés Hernand (Gen Playz) desde el Palau d’Esports l’Illa de Benidorm, han participado los ocho artistas resultantes tras clasificarse en las dos semifinales previas. La diversidad de propuestas que han pasado el filtro último ha sido amplia: del rock al folclore, la balada y el pop comercial. Casi todos ellos han ofrecido actuaciones más sólidas y enérgicas que las de sus respectivas semifinales, hace tan solo unos días. Han sido Karmento con Quiero y duelo, Megara con Arcadia, Alice Wonder con Yo quisiera, Fusa Nocta con Mi familia, Agoney con Quiero arder, Blanca Paloma con EAEA, José Otero con Invierno en Marte y Vicco con Nochentera. La reacción del público, que agotó las entradas en tan solo 36 segundos el día que se pusieron a la venta, ha sido también mucho más festiva y apasionada, recordando por momentos al fervor que el Benidorm Fest despertó el año pasado, algo que no había ocurrido en los días previos.
Pero no hubo sorpresas y el micrófono de bronce se disputó solo entre dos nombres, los de Agoney y Blanca Paloma, los únicos que habían aparecido entre los dos favoritos del jurado profesional, el voto demoscópico y el televoto en las dos semifinales previas del concurso.
Legado personal
La escenografía de Eaea recurre a ese legado personal, rodeada de mujeres fuertes y de un círculo de flecos rojos inspirados en un mantón que perteneció a su abuela. “Es el resultado de una necesidad que llegó justo cuando faltó ella. Fue entonces, cuando murió, cuando tuve la llamada del flamenco”, comentaba la cantante este viernes a este periódico desde su hotel en Benidorm. Mientras Blanca Paloma paseaba por el mercado de Antón Martín, a su llegada a Madrid hace casi una década, recibió una señal. El taconeo que atronaba el techo del lugar le alertó de una escuela de baile situada en su piso superior. Y le transportó al añorado universo de Carmen. Allí conoció a Lina, una profesora que, como trasunto de su abuela, le siguió guiando hasta impulsar a la artista a labrarse una carrera como cantante.
En uno de los espectáculos en los que cantaba Blanca Paloma, Acciones sencillas, del bailarín Jesús Rubio Gamo, Premio Max de las Artes Escénicas al mejor espectáculo de danza en 2020, encontró varios aliados con los que construir la propuesta de Eaea. Uno de ellos es el compositor y director artístico, José Pablo Polo, además de algunas de sus coristas y bailarinas.
El equipo de la cantante, que ya se había presentado al Benidorm Fest el año pasado con Secreto del agua, la banda sonora de la serie documental Lucía en la telaraña, de RTVE Play, quiso repetir en el concurso para mostrar un proyecto concebido desde el principio para ser visto en un escenario, en vez de adaptar una canción creada para un contenido audiovisual, como ocurrió en la edición anterior, comentaba a este periódico Polo hace unos días. Ante la moda del dance break, una serie de pasos con gran energía que ocurren durante el puente musical de la canción, los responsables de Eaea idearon un capella break, cante sin acompañamiento musical que depende solamente del talento vocal de Blanca Paloma, contaba Polo. El público del directo se emociona especialmente en ese momento, hasta el punto de impedir con sus gritos y aplausos a la cantante oír su propia voz, confesaba ella misma antes de esta final. Ha vuelto a ser uno de los puntos álgidos su actuación del sábado.
En esta candidatura a ganar el Benidorm Fest 2023, con coreografía de Paula Quintana y vestuario de Paola de Diego, se rodea en el escenario de un grupo de mujeres, las coristas Desiré Paredes y Saray Frutos y las bailarinas Angélica Moyano, Paula Valbuena y Paloma Fernández. Juntas crean en escena un momento lorquiano: un “rito de invocación, de trance, de catarsis, donde de alguna manera conectamos con nuestras ancestras, con la fuerza, con el legado que nos han dejado a cada una”, contaba la artista.
Con Eaea también invoca el recuerdo del Quién maneja mi barca de Remedios Amaya, a pesar de que su propuesta flamenca que interpretó descalza quedara última en el festival de Eurovisión de 1983. Blanca Paloma, sin supersticiones, se muestra optimista y cree que al flamenco se le mira con otros ojos, tanto dentro como fuera de España, en comparación a cómo se hacía entonces. “Sería un honor que Eaea sea esa nueva oportunidad para el flamenco en Eurovisión, después de años en los que muchos artistas han allanado el camino a nivel internacional”, ha explicado la artista justo antes de actuar en la noche que comienza su vuelo a Liverpool.
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