Columna

Más sexo y menos sátira: el pacto de Netflix con Arabia Saudí

La plataforma retira un capítulo del cómico Hasan Minhaj sobre el príncipe Bin Salmán y a cambio Riad abre la mano con la explícita ‘Sex Education’

Hasan Minhaj, en el programa de sátira política 'Patriot Act' en Netflix,

Pocas sociedades habrá más conservadoras que la de Arabia Saudí, pero ahora se podrá ver allí Sex Education, la gamberra comedia británica de instituto donde poco se deja a la imaginación. Podrán reírse, o escandalizarse, con las peripecias de unos jóvenes alborotados, hetero y homosexuales, y la madre de uno de ellos, sexóloga y la más desinhibida de todos. ...

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Pocas sociedades habrá más conservadoras que la de Arabia Saudí, pero ahora se podrá ver allí Sex Education, la gamberra comedia británica de instituto donde poco se deja a la imaginación. Podrán reírse, o escandalizarse, con las peripecias de unos jóvenes alborotados, hetero y homosexuales, y la madre de uno de ellos, sexóloga y la más desinhibida de todos. Netflix pactó emitir en aquel país esa y otras series a cambio de retirar un capítulo de Patriot Act, del cómico Hasan Minhaj, dedicado al príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salmán, tras el asesinato y descuartizamiento del periodista y disidente Jamal Khashoggi en el consulado de Estambul en 2018.

El cambalache, sexo por sátira política, es típico de los regímenes que se lavan la cara con gestos aperturistas sin que peligre su poder. Dice Reed Hastings, el jefe de Netflix, que fue una decisión muy difícil. El capítulo censurado sigue en Youtube, se justificó Hastings, que sacrifica a un humorista incómodo pero se abre un gran mercado.

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Casualmente, o no, el programa de Hasan Minhaj ya había sido cancelado este verano tras emitirse seis temporadas en dos años. Una pena: era un espacio singular, reflejo de la sociedad multicultural de hoy. De origen indio, musulmán, progresista, uno de “los 100 más influyentes” según Time, Minhaj hace monólogos sobre temas de actualidad en tono divulgativo, con más información de contexto que chistes, que tampoco son muy ácidos: su sarcasmo se disfraza de ingenuidad.

El capítulo de la discordia recordaba cómo MBS fue recibido en EE UU como una estrella del rock, sus purgas de familiares, su récord de ejecuciones, sus inversiones en empresas, la discriminación de la mujer, su papel en la guerra de Yemen (genial cómo se resume en 40 segundos). Nada que no se haya dicho antes, pero quizás resultaba más irritante en boca de un chico que dice rezar mirando a La Meca.

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