Parler, la red social donde se refugian los seguidores de Trump enfrentados a Twitter y Facebook
La plataforma duplicó su número de usuarios la semana siguiente a la contienda electoral vendiéndose como un espacio "de la libertad de expresión”
Cuando una publicación es marcada como engañosa en Twitter, tiende a renacer en Parler, la red social que lleva como bandera la “libertad de expresión” y que ha crecido a pasos de gigante y duplicado su base de suscriptores tras las elecciones estadounidenses. Hoy, Parler es una especie refugio para los tuiteros conservadores que han sido suspendidos de la red social o que, decepcionados por las nuevas políticas de privacidad y publicación en las principales plataformas, buscan un espacio “sin censura”, como suele venderse esta red social...
Cuando una publicación es marcada como engañosa en Twitter, tiende a renacer en Parler, la red social que lleva como bandera la “libertad de expresión” y que ha crecido a pasos de gigante y duplicado su base de suscriptores tras las elecciones estadounidenses. Hoy, Parler es una especie refugio para los tuiteros conservadores que han sido suspendidos de la red social o que, decepcionados por las nuevas políticas de privacidad y publicación en las principales plataformas, buscan un espacio “sin censura”, como suele venderse esta red social, a la que no le gusta cargar con el sambenito que más la populariza, “la red de la ultraderecha”. Mientras Joe Biden ganaba la Casa Blanca esta red social se hacía con un buen puñado de electores molestos.
Hace cuatro meses, Parler (que surgió en 2018) recién sumaba su primer millón de usuarios y se posicionaba tímidamente como una alternativa a Twitter. Ahora la red social ha despegado. Justo después de la jornada electoral estadounidense, ha incrementado ocho veces su número de usuarios con respecto a julio pasado. “La semana pasada [del 2 al 8 de noviembre durante la contienda electoral estadounidense] teníamos cerca de 4,5 millones de miembros. Ahora tiene ocho”, explican fuentes de internas a EL PAÍS. Si bien Parler aún está a años luz de Twitter —que tiene más de 175 millones de usuarios— las cifras que detalla la compañía no son bajas, considerando el tiempo en el que ha logrado conseguirlas.
Según datos oficiales compartidos a EL PAÍS, hace dos semanas en la red social había 500.000 miembros activos y ahora hay cuatro millones. Además, los dispositivos activos diarios aumentaron aproximadamente 10 veces más y el número de sesiones 20 veces más con respecto a las semanas previas a las elecciones. En la Apple App Store de Estados Unidos la aplicación se mantiene en los primeros puestos. ¿A qué se debe el crecimiento repentino?
Refugio de usuarios “censurados”
“Twitter se convirtió en una tiranía que no acepta a quien piense distinto a ellos. Parler es una suerte de exilio para la derecha, para quienes están claros de la tragedia que significa el socialismo, para quienes tienen un pensamiento contrario a los progres”, explica Jesús Tarre, usuario que se identifica como republicano y tiene más de 38.000 seguidores. “Twitter llegó a borrarme tuits a diario solo por criticar a Biden o a Kamala”, asegura. Otros usuarios consultados por EL PAÍS concuerdan. “Me fui a Parler durante las elecciones porque acá [en Twitter] censuran. Es más, ni escribas mi nombre porque a lo mejor me cierran la cuenta”, señala otro usuario que se identifica como “conservador”.
Para Fátima Martínez, consultora y estratega de redes sociales, el enfado de los usuarios tiene lógica. “Cuando las políticas de salud digital no son claras y son sesgadas, provocan desconfianza en los usuarios y buscan alternativas”, explica Martínez, aunque también alerta sobre el uso de Parler a favor de Trump y la posible manipulación que pueda haber detrás. “No olvidemos que Trump intentó bloquear TikTok en Estados Unidos, con la excusa de que era una red peligrosa y espía, porque pensaba que había servido como vehículo para boicotear uno de sus actos”. Y es que la relación del presidente republicano con las redes sociales no es del todo buena. Trump también amenazó con cerrar Twitter la primera vez que la red social etiquetó como “engañoso” uno de sus tuits sobre el voto por correo.
Parler ha servido como un refugio para los seguidores del presidente Trump, algunos impulsores de teorías de conspiración como QAnon, grupos a favor de la supremacía blanca (como los Proud Boys) y figuras de renombre de grupos conservadores. Por ejemplo, entre los usuarios con más seguidores y que encabezan la lista de cuentas sugeridas por Parler está el senador republicano Ted Cruz —que recientemente se enfrentó a Jack Dorsey, fundador de Twitter—, el presentador de noticias de Fox News Sean Hannity —que ha sostenido en su programa televisivo la posibilidad de un fraude electoral contra Trump—, el polémico activista Dinesh D´Souza —ferviente opositor al Partido Demócrata— y una cuenta oficial del equipo de campaña de Trump, Team Trump. La indiscutible presencia de usuarios conservadores y republicanos ha popularizado que Parler pase a conocerse como “el Twitter de la nueva derecha”. Algunos incluso la llaman “la red social de la ultraderecha”.
Pero a Parler no le gusta este sambenito. “No les conviene. Como negocio buscan que su producto sea consumido por personas de izquierdas y de derechas, rubios y morenos”, explica Manuel Moreno, consultor de redes sociales y director de TreceBits. Moreno explica que a ninguna red social le beneficiaría “limitar oficialmente la plataforma solo a personas con una determinada opinión”. Por eso Parler prefiere definirse como la red social de la libertad de expresión y a sus usuarios les venden la posibilidad de publicar contenido “sin temor a ser descalificados por sus opiniones”, haciendo alusión a las nuevas políticas de tanto Facebook como Twitter han puesto en marcha este año, para evitar la desinformación y el discurso de odio en sus plataformas. Pero la cercanía de sus usuarios, publicaciones y tendencias con el discurso ProTrump (que ahora reclama un fraude electoral) es inevitable. “Es una plataforma utilizada por los seguidores más fanáticos de Donald Trump para estar en contacto y esto ha producido un efecto llamada para que sus compañeros y amigos se abran una cuenta”, explica Moreno. El Director de Operaciones de la red social, Jeffrey Wernick, no lo ve así y ha dicho a EL PAÍS que el crecimiento de Parler “no se puede atribuir a ninguna persona o grupo” sino a “la confianza” de su comunidad de usuarios por la forma en que la red social “protege su privacidad y maneja el contenido de la plataforma”.
Wernick argumenta el crecimiento de Parler por “errores” cometidos tanto por Facebook como por Twitter, que “han perdido la confianza de los usuarios”. El error de Twitter, según Wernick, ha sido “el proceso opaco y aparentemente contradictorio mediante el cual se lleva a cabo esa curación de contenidos”, mientras que el de Facebook es el manejo “indebido de los datos privados que recopila, no solo sobre sus usuarios, sino también sobre cualquier persona asociada con ellos”. Y es que la red social de Mark Zuckerberg no ha estado exenta de escándalos relacionados con la privacidad de sus usuarios y la utilización de la plataforma como escenario político y violento.
David Álvarez, analista de redes sociales, no está de acuerdo. “Si nos ceñimos al crecimiento durante ese periodo de tiempo [del 2 al 8 de noviembre durante la contienda electoral estadounidense], más bien parece una consecuencia directa del contexto de las elecciones estadounidenses. Y si, por lo que parece, ese crecimiento se ha dado durante la primera semana de noviembre, claramente está relacionado con las decisiones de limitar y controlar los bulos difundidos por parte del entorno de la ultraderecha estadounidense”, detalla Álvarez.
“Parler es un soplo de aire fresco para aquellos cansados y desconfiados de la forma en que nuestros competidores los han tratado. Planeamos ganarnos su negocio continuo”, promete Wernick. Según Álvarez, “la neutralidad y libertad de expresión” prometida por Parler “siempre ha significado una ausencia total de regularización en el contexto de las tecnológicas, hecho que ha metido en problemas a Twitter, Facebook o Youtube”. Así, aquel “soplo de aire fresco” pareciera estar lleno de todo aquello que otras redes sociales permitieron alguna vez y que luego tuvieron que pagar… y muy caro.
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