La falta de suministro de fármacos contra el TDAH en España evidencia los problemas de Europa para combatir la escasez de medicamentos
La comercialización del Concerta no quedará normalizada hasta el año que viene. La UE prepara una nueva normativa para reducir su dependencia de las importaciones de Asia
Dos años después de que la Unión Europea sufriera uno de los peores problemas de escasez de medicamentos de su historia, lo que obligó a tratar las infecciones infantiles con antibióticos para adultos, los niños españoles vuelven a sufrir las consecuencias de la fragilidad de las cadenas de suministro del sector farmacéutico. El Concerta, el medicamento más utilizado frente al trastorno por déficit de atención con hiperac...
Dos años después de que la Unión Europea sufriera uno de los peores problemas de escasez de medicamentos de su historia, lo que obligó a tratar las infecciones infantiles con antibióticos para adultos, los niños españoles vuelven a sufrir las consecuencias de la fragilidad de las cadenas de suministro del sector farmacéutico. El Concerta, el medicamento más utilizado frente al trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) —cuadro diagnosticado a entre el 5% y el 7% de los menores españoles—, se ha convertido en el bien más preciado para decenas de miles de familias obligadas a deambular de farmacia en farmacia en busca de las escasas unidades disponibles.
“Esto es como una maratón, me paso el día sacando horas de donde sea para ver si consigo hacerme con una caja”, se queja Ángela, que vive en Barcelona y pide no dar su nombre real por el cargo público que ocupa. “A mí el neurólogo me avisó en verano de que iba a haber problemas. Vivo en Madrid y me dijo que, si viajaba por España, aprovechara para comprar cajas por ahí si las encontraba. Pero este otoño la cosa ha ido a peor”, lamenta Natalia Palomar, madre de cuatro hijos, uno de ellos diagnosticado de TDAH.
En una nota publicada el pasado 30 de octubre, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) informó de que “los problemas se resolverán en el primer trimestre de 2025, aunque la situación comenzará a aliviarse a partir de diciembre”. Mientras, añade el texto, “se están liberando unidades mediante distribución controlada para asegurar un suministro equitativo” y se está intentando aumentar las unidades disponibles “a través de compra de medicamentos extranjeros”.
Las familias denuncian estar viviendo una situación muy complicada. “Si los niños no pueden tomar la medicación, esto tiene un gran impacto en su comportamiento. Es una situación difícil de gestionar para padres, colegios y, sobre todo, los propios niños”, cuenta Ángela. Otra dificultad añadida es que resulta difícil ajustar la dosis prescrita por los médicos a las unidades disponibles. “Mi hijo toma 45 miligramos al día, por lo que necesita una pastilla de 27mg y otra de 18mg. O sea, que en realidad sufres dos desabastecimientos a la vez, porque si te falta una no puedes hacer nada aunque tengas la otra. No son pastillas que se puedan partir porque son de liberación prolongada”, añade Natalia.
A diferencia de lo ocurrido hace dos años con los antibióticos, el problema con el Concerta es en esta ocasión más español que europeo. El medicamento está fabricado por la farmacéutica Janssen, que acapara una cuota del mercado en España que supera el 80%, según la AEMPS. Esto ha hecho que los problemas de esta marca, que la compañía atribuye a “limitaciones de producción y una demanda creciente en múltiples mercados”, no hayan podido ser compensados por otros medicamentos con el mismo principio activo, algo que sí es posible donde las cuotas de mercado están más repartidas.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) admite que, pese a los avances conseguidos en los dos últimos años, los problemas de suministro —ya sean a nivel europeo o nacionales— siguen siendo uno de los mayores retos que afronta el continente. “La situación ha mejorado con los antibióticos. Hace dos años, la escasez afectó a 27 países, cifra que se redujo a siete el pasado invierno. Este año no se esperan grandes problemas con estos fármacos, pero sí continuarán los que afectan a los GLP-1″, grupo que incluye al Ozempic. Así lo expusieron responsables de la EMA en una reunión celebrada el pasado viernes en Ámsterdam con miembros de la Comisión Europea, asociaciones de pacientes y profesionales, y medios de comunicación, a la que asistió EL PAÍS.
El portugués Tiago Villanueva, presidente de la Unión Europea de Médicos Generalistas (UEMO), alertó del impacto sobre la práctica clínica de la escasez de medicamentos. ″Nos vemos obligados a prescribir fármacos que pueden ser menos efectivos o tener más problemas de seguridad. Estamos menos familiarizados con ellos, por lo que aumenta el riesgo de cometer errores. Todo ello aumenta la carga de trabajo de los profesionales y puede disminuir la confianza de los enfermos en los tratamientos que toman″, resumió.
François Houÿez, de la asociación de pacientes Euroirdis, destacó que ″entre el 7% y el 16% de problemas de suministro se produce en medicamentos sin alternativas terapéuticas″. Los problemas, añadió, ″disparan la ansiedad de las familias, obligadas a ir de una farmacia a otra″ y, en algunos casos, llega a ser la causa de ″muertes que quedan sin notificar ya que la escasez de fármacos no es reportada como la causa de muerte″.
Los representantes de la Comisión Europea detallaron la doble cara de los problemas de suministro. En el lado de la oferta, la UE sufre por la pérdida de autonomía que ha supuesto que la producción de la mayor parte de principios activos haya abandonado el continente en busca de los menores costes de producción en Asia. A ello se unen factores como la escasez de algunas materias primas, la concentración de la fabricación en un número reducido de plantas —un problema en una de ellas puede tener un impacto global— y las políticas comerciales de las compañías, entre otros.
En el lado de la demanda, un mercado tan tensionado tiene dificultades para dar respuesta a situaciones como el aumento puntual del uso de antibióticos de hace dos inviernos —causado por un incremento de las infecciones respiratorias—, tendencias como el creciente consumo del Concerta o un boom de la magnitud del Ozempic. El resultado, concluyen los responsables comunitarios, es un ″escenario de vulnerabilidad y gran complejidad″.
Para hacer frente a esta situación, la UE ha emprendido cambios de calado, entre ellos la mayor reforma jamás acometida de sus políticas farmacéuticas, aún en trámite. Entre estas y otras medidas, han sido ampliadas las competencias de la EMA, se han dado pasos para incrementar el control de las cadenas de suministro y, hace ahora un año, fue aprobada la primera lista de medicamentos esenciales cuya disponibilidad merece especial protección.
Además, ha sido creado un sistema de alerta y ayuda rápida entre países cuando alguno de ellos sufra un problema crítico de escasez —mecanismo que ha sido utilizado en seis ocasiones con éxito en su primer año de vigencia— y se trabaja en el Acta de Medicamentos Críticos, una nueva legislación nacida con el objetivo declarado de ″asegurar la independencia europea y poner fin a la excesiva dependencia de Asia″.
Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, explica que las medidas adoptadas a nivel europeo han llevado a ″una mejora de la situación″ respecto a hace dos años. ″Ahora tenemos unos 24 medicamentos con incidencias, cuando esta cifra llegó a ser del triple. Aunque es cierto que sigue habiendo problemas y algunos afectan a fármacos como el Concerta con una importante repercusión″, afirma. Otro medicamento con notable impacto afectado por estos problemas es actualmente el Pylera, indicado en infecciones gástricas por helicobacter.
Para Cecilia Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), fue la pandemia la que evidenció la necesidad de dotar a Europa de una mayor autonomía estratégica. ″Es un problema frente al que se han hecho cosas y se ha avanzado, pero que persiste. En algunos momentos hemos disfrutado de una relativa tranquilidad, pero luego los problemas vuelven a crecer. La UE tiene que avanzar en su apuesta por una mayor seguridad en todo lo relacionado con el suministro de medicamentos y productos sanitarios″, afirma. En el último año, ilustra, uno de los mayores problemas en el ámbito hospitalario ha sido el cisplatino, utilizado frente a varios tipos de cáncer y que ha sido uno de los fármacos por los que la AEMPS ha activado en 2024 el mecanismo de ayuda rápida y solidaridad entre países.
El sector farmacéutico ve imprescindible ″definir un modelo que permita incentivar económicamente, el incremento de las capacidades industriales para hacer posible asumir los incrementos de la demanda y asegurar una reserva estratégica de productos en Europa″, sostiene Ángel Luís Rodríguez de la Cuerda, secretario general de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG).
Farmaindustria, la patronal de las compañías innovadoras del sector, destaca que ″el mercado europeo de medicamentos todavía no es suficientemente homogéneo porque no están comercializados los mismos productos en todos los países″, lo que hace que ″la Comisión y la EMA solas no pueden resolver el problema″. Esto, en la práctica, hace que sea necesaria la coexistencia de ″una lista de medicamentos críticos para la UE″ y, a la vez, ″mantener listas de medicamentos estratégicos en cada país″. El objetivo común es identificar los ″fármacos terapéuticamente importantes, vulnerables en su suministro y que requieren medidas de protección″.