Monos en viajes exóticos y murciélagos en España: los mordiscos de animales son ya un problema de salud pública en verano
Más de medio millar de personas al año son atendidas por mordeduras de especies de mamíferos susceptibles de transmitir la rabia y otras peligrosas enfermedades
Lo último que podía pensar Patricia Pérez Iglesias al aterrizar en la paradisiaca isla de Phi Phi (Tailandia) a principios de 2023 es que acabaría en un hospital tras ser mordida por un mono en la pierna derecha. “Hay un lugar precisamente llamado la Playa de los Monos. Allí los animales están por todas partes. Yo llevaba un vestido vistoso y el pelo muy largo, y creo que fue por eso que dos crías de monos se me subieron. Corrí para quitármelo...
Lo último que podía pensar Patricia Pérez Iglesias al aterrizar en la paradisiaca isla de Phi Phi (Tailandia) a principios de 2023 es que acabaría en un hospital tras ser mordida por un mono en la pierna derecha. “Hay un lugar precisamente llamado la Playa de los Monos. Allí los animales están por todas partes. Yo llevaba un vestido vistoso y el pelo muy largo, y creo que fue por eso que dos crías de monos se me subieron. Corrí para quitármelos de encima y entonces uno mucho más grande, imagino que la madre, me mordió”, recuerda esta influencer de 30 años que ha participado en el programa televisivo La isla de las tentaciones,
Las mordeduras de animales —salvajes y domésticos— no solo resultan dolorosas y pueden causar importantes heridas, sino que también son un problema de salud pública por las graves infecciones que originan. La rabia, mortal en prácticamente el 100% de los casos, es la más conocida, pero hay otras igualmente letales, como el herpes B común entre los monos macacos, o infecciones que pueden tener mala evolución causadas por las bacterias que viven en la saliva de los animales.
Sin embargo, no hay casi información publicada sobre este fenómeno en España. Datos facilitados a EL PAÍS por Cataluña y la Comunidad de Madrid permiten ahora por primera vez estimar a los expertos que más de medio millar de personas requieren al año atención sanitaria por este motivo. Entre las dos comunidades, que suman algo menos del 30% de la población del país, atendieron a 223 personas agredidas por animales en 2023.
“Las mordeduras de monos, especialmente en el Sudeste Asiático, están entre los casos más frecuentes. También las de perros y gatos, que en África y Asia son especialmente peligrosas porque la rabia es endémica en muchos países. En España, el riesgo está en los murciélagos, que son los únicos animales que actualmente pueden transmitir la enfermedad”, explica Marta Díaz Menéndez, responsable de la Unidad de Patología Importada y Salud Internacional del Hospital Carlos III-La Paz (Madrid). Este centro es el de referencia para estos casos en la Comunidad de Madrid, aunque a él también acuden pacientes de otras comunidades tras aterrizar en el Aeropuerto de Madrid-Barajas si el caso es urgente.
Tras el bajón en los viajes provocado por las restricciones de la pandemia, este centro ha notado un importante incremento de casos atendidos en los tres últimos años. Los 59 pacientes de 2022 crecieron a 81 el año pasado. Los perros, con 23 casos, fueron la causa más frecuente, seguida de los monos (18), gatos (15) y murciélagos (12). Pero la lista de animales es larga, tanto los exóticos (coatí, jutía, mangosta, suricata...) como los que habitan territorio español (ardilla, zorro, erizos...). En lo que va de año, el Carlos III-La Paz ha atendido a 68 afectados.
Los datos de Cataluña forman una serie que se inicia en 2013 (e incluyen datos de todo el sistema sanitario, no solo de un centro especializado como Carlos III-La Paz) y que confirma que las mordeduras, aunque se producen durante todo el año, son mucho más frecuentes en los meses de verano por el mayor número de viajes a destinos exóticos y la vida al aire libre típica de estas fechas. De las 1.034 personas atendidas por la sanidad catalana en estos 11 años, el 45,8% lo han sido entre junio y agosto. De los casos de los que se conoce el lugar del accidente, el 36% era en el extranjero. Los más frecuentes han sido Tailandia (46 pacientes), Marruecos (38), India (26), Rumania (12) y Bali (8).
El 57,9% del total de casos atendidos en Cataluña corresponde a perros, el 12,8% a murciélagos, el 8,8% a gatos, el 8,5% a “otros animales salvajes”, como monos, y el 5,2% a ratas. Aunque sea frecuente, no todos los pacientes reciben el tratamiento frente a la rabia, ya que esto depende del animal y del lugar en el que ha ocurrido el incidente.
“Para los viajeros, las mordeduras de animales son un motivo frecuente de retornos anticipados (incluso repatriaciones de emergencia), cambios de itinerario, búsqueda imperiosa de la vacunación frente a la rabia o el tétanos en entornos desconocidos y otras complicaciones. Todo ello tiene un importante impacto en todos los sentidos: personal, económico, organizativo, desgaste emocional, cuestiones legales...”, afirma Manuel Linares Rufo, presidente de la Fundación iO, especializada en Medicina Tropical y del Viajero.
Este facultativo alerta de los riesgos de viajar sin seguro médico. “Los gastos que uno puede verse obligado a asumir son enormes. Hay que revisar bien las coberturas que ofrece el seguro antes de partir”. Patricia Pérez Iglesias lo corrobora: “Cada dosis de la vacuna de la rabia que me pusieron, y fueron dos en Tailandia [las otras dos ya le tocaban en España], valía cerca de 500 euros, según me dijeron. Suerte que llevábamos un buen seguro”.
La rabia causa la muerte de casi 60.000 personas al año en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Gran parte de los casos son niños y jóvenes que viven en países endémicos y con un acceso deficiente al sistema sanitario, pero también en los países más desarrollados se produce un goteo de fallecimientos en personas que no buscaron asistencia médica tras ser mordidos por algún animal durante un viaje. El último caso en España se produjo en 2019 y la víctima fue un hombre residente en el País Vasco que había sido mordido por un gato en una visita a Marruecos.
“Es un virus que destruye el sistema nervioso central. No tiene tratamiento, pero sí hay una vacuna eficaz”, cuenta María Velasco, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). Las personas que han sido mordidas por un animal susceptible de transmitir la rabia reciben cuatro dosis de la vacuna en las dos semanas siguientes al incidente y, además, una inmunoglobulina —fármaco compuesto por anticuerpos ya preparados frente al virus— para obtener una primera protección mientras el sistema inmunitario desarrolla la respuesta la vacuna. “Es muy importante el lavado abundante con agua y jabón de la zona de la herida durante 15 minutos. Esto puede disminuir muchísimo la posibilidad de infectarse”, añade esta experta.
Aunque son muchas las especies de mamíferos que pueden contagiar la rabia, en España solo son los murciélagos. En el verano de 2018, una mujer en Valladolid y un adolescente en Huelva se salvaron de una muerte segura gracias a que buscaron asistencia médica tras ser mordidos por sendos ejemplares. Los análisis posteriores revelaron que ambos tenían el virus. “Lo más frecuente, según nos cuentan los afectados, es que la mordedura se produzca en verano al dormir con la ventana abierta y entrar el murciélago en la habitación. Otras veces, el animal está en el suelo del jardín o un camino y es al tratar de retirarlo cuando se produce el problema”, explica Marta Díaz Menéndez.
Los murciélagos están protegidos en España y son especies extraordinariamente beneficiosas para el medio ambiente, insisten los expertos. No hay que hacer ningún daño a ningún ejemplar, pero hay que evitar tocarlos. La frecuencia de casos de personas mordidas por estos animales en Cataluña —132 desde 2013— ha llevado a la Generalitat a publicar recientemente unas recomendaciones sobre cómo actuar en estos casos para prevenir los contagios de rabia.
En el extranjero, también se recomienda evitar cualquier contacto con animales salvajes o de los que se desconozca si están vacunados. “Los viajeros no deben acercarse o alimentarlos, especialmente a los perros callejeros aunque sean cachorrillos, ni dar de comer a monos ni ningún otro animal”, defiende María Velasco. Manuel Linares Rufo, por su parte, destaca que es “fundamental buscar asistencia médica inmediata tras ser mordido”.
Patricia Pérez Iglesias incide en la importancia de una buena información a los viajeros. “Cuando llegamos a la playa, no sabíamos que podía ser peligroso entrar en contacto con los animales. De hecho, es algo muy normalizado, que lo ves. Pero, sobre todo, es clave saber qué hay que hacer si te muerden. Yo acabé en el hospital por casualidad. Después de la Playa de los Monos, fuimos a alquilar unas canoas y le conté al chico que nos atendió lo que había pasado. Se puso blanco. Fue él el que me dijo que corriera a buscar asistencia. Si no llega a ser por él, quizá hoy no estaría aquí”, reflexiona.