La UE no recomienda control de fronteras ni vacunación masiva contra la mpox

La evaluación de “riesgo bajo” para la población europea hace que los esfuerzos se centren ahora en los diagnósticos y la monitorización. España cuenta con medio millón de vacunas disponibles

La Unión Europea no aconseja control de fronteras ni la vacunación a la población general para contener el brote de mpox (antes conocida como viruela del mono) que se expande por África. Las recomendaciones acordadas en una reunión del Comité de Seguridad Sanitaria, celebrada este lunes, son muy similares a las que ya habían emitido la Organización Mundial de la Salud y el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).

Estas acciones se basan sobre todo en medidas de vigilancia epidemiológica y de información a la población y los viajeros que van a República Democrática del Congo (RDC) y sus países vecinos, dado el “bajo riesgo” que la enfermedad supone para la población europea, según ha comunicado el Ministerio de Sanidad español.

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha explicado que su departamento trabajará con las aerolíneas para informar a su personal y a los viajeros que vayan a estos países, y piden a las personas que tengan planeado desplazarse a esta zona que pidan cita en sus centros de vacunación para una “asesoría individualizada”, ya que es posible que algunos, “dependiendo de sus características y el tipo de viaje”, se puedan beneficiar de la vacuna contra la mpox.

Sanidad también incrementará la frecuencia de los boletines epidemiológicos a uno por semana (ahora se publican mensualmente) y estudiará cómo efectuar controles en aguas residuales para sumar otro mecanismo de vigilancia y de seguimiento de las dinámicas del virus en la población.

Todas estas iniciativas serán debatidas este martes con los técnicos de las autonomías en la Ponencia de alertas, pero a priori quedan descartadas otras, como las que había propuesto la Comunidad de Madrid para establecer controles en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

Las autoridades sanitarias están todavía recabando más información sobre cómo está transmitiéndose la mpox, su epidemiología y si es más transmisible y peligrosa que la variante que se expandió por Europa en 2022, después de que la OMS activara la semana pasada la emergencia sanitaria de interés internacional, la máxima alerta disponible, por la expansión de una nueva variante del virus en RDC.

En el brote de 2022, que tuvo a España como uno de sus principales focos, la principal vía de contagio fueron los contactos sexuales, y se expandió sobre todo entre gais, bisexuales y hombres que tienen sexo con hombres que hacían prácticas sexuales de riesgo. Por esta razón, ese fue el grupo donde se focalizó la vacunación, además del personal sanitario y de laboratorio que trabajaba con individuos o materiales infectados.

Según datos de Sanidad, en España recibieron la vacuna 40.610 personas, pero la semana pasada solo la mitad de ellas se habían inoculado la segunda dosis, por lo que se hizo un llamamiento a la población con prácticas de riesgo para que recibiera la pauta completa. Desde entonces, la demanda para recibir la inyección se ha multiplicado, y en Madrid llegaron a agotarse las citas disponibles.

Sanidad ha informado de que España cuenta con una reserva de vacunas de medio millón de dosis, pueden superar los dos millones, ya que cada una puede ser dividida en unos cinco pinchazos. Además, “hay capacidad de adquirir nuevas vacunas a través de la compra conjunta de la UE”.

“Pero hay un reto principal que tenemos todos los países de la Unión Europea por delante: conseguir que las vacunas llegue a los países del centro de África, donde esto ahora mismo es un problema importante de salud pública”, ha señalado Padilla que cree que fue un “error” que los países europeos se aprovisionasen en 2022 de muchas dosis dejando a los países de África sin ellas. “Todos nuestros esfuerzos tienen que ir dedicados a que las vacunas lleguen allí donde se necesita”, ha añadido.

Nueva variante

Este nuevo brote, del clado 1b (la nueva variante), está transmitiéndose sobre todo en niños: un 70% de los positivos son de menores de 15 años, y un 39% de menores de cinco años, que registran un 62% de las muertes. Es difícil saber cómo se comportaría la enfermedad en otros contextos distintos del africano, tanto por las diferencias sociales como por la distinta capacidad diagnóstica y clínica.

Por el momento, en Europa se ha registrado un caso de esta nueva variante en Suecia, de una persona que estuvo en la zona más afectada, pero no se ha detectado transmisión en el continente.

Ante este escenario, el ECDC reevaluó el riesgo de la enfermedad en el continente el pasado viernes, y lo subió de “muy bajo” a “bajo”. La agencia de salud pública europea pone en entredicho que la nueva variante pueda ser más peligrosa que la anterior: “Si bien en el pasado se ha informado que la morbilidad y la tasa de letalidad del clado 1 son mayores que las del clado 2, los datos preliminares actuales de África no muestran una mayor gravedad clínica en los casos confirmados”.

El Ministerio de Sanidad aclaró la semana pasada que los casos de mpox de este año no se han comportado de forma distinta, con otros síntomas o distinta gravedad, a los que se registran desde 2022. Desde entonces, se han notificado 8.104 casos en España, la gran mayoría, 7.521, se produjeron ese mismo año. En 2024 se han notificado 264 infecciones.

“Contamos con experiencia sobre las acciones que han demostrado ser efectivas desde el inicio del brote en 2022. La vacunación y la vigilancia son la clave de una buena estrategia que ya ha tenido éxito en España. Evaluaremos cualquier información nueva para determinar si es necesario ajustar nuestro enfoque en la gestión de mpox”, aseguró Sanidad en un comunicado.

En declaraciones a la agencia SMC España, Jacob Lorenzo Morales, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna, considera que las medidas acordadas son las adecuadas. “Disponemos de un sistema de salud sólido y capacidad diagnóstica y profiláctica suficiente. Es cierto que en África no está ocurriendo lo mismo, ya que no disponen de los medios adecuados ni de suficientes vacunas. Quizás no estaría mal que la UE mirara fuera de sus fronteras y diera apoyo al continente africano”, concluye.

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