El nuevo modelo de cuidados prevé mejorar las condiciones laborales y pone el foco en la vivienda
El Gobierno aprobará el martes una estrategia que fija una hoja de ruta para que las personas puedan ser atendidas en sus casas o en residencias que funcionen de la manera más parecida posible a un hogar
La estrategia para lograr un nuevo modelo de cuidados pretende que todas las personas, “independientemente de sus necesidades de apoyo”, puedan desarrollar sus proyectos de vida elegidos, y hacerlo mientras están integradas en su comunidad, en su entorno, en su barrio. Así se lee en el documento que previsiblemente aprobará el Consejo de Ministros este martes y que abarca el periodo de 2024 a 2030, a una parte del cual ha tenido acceso EL PAÍS. El objetivo es “superar una arraigada cultura asistencialista y transitar hacia modelos de cuidados y apoyos” que se centren “en el respeto y en la gar...
La estrategia para lograr un nuevo modelo de cuidados pretende que todas las personas, “independientemente de sus necesidades de apoyo”, puedan desarrollar sus proyectos de vida elegidos, y hacerlo mientras están integradas en su comunidad, en su entorno, en su barrio. Así se lee en el documento que previsiblemente aprobará el Consejo de Ministros este martes y que abarca el periodo de 2024 a 2030, a una parte del cual ha tenido acceso EL PAÍS. El objetivo es “superar una arraigada cultura asistencialista y transitar hacia modelos de cuidados y apoyos” que se centren “en el respeto y en la garantía de los derechos y dignidad de las personas”. Esta estrategia, elaborada por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, requerirá de la “implicación activa” de las comunidades autónomas, dado el reparto competencial del país. Establece siete focos estratégicos que deben ponerse en marcha “de forma ágil y coordinada”. Entre ellos, el impulso de un plan para una “decidida” mejora de las condiciones de trabajo de los profesionales del sector, en su mayoría mujeres, y el “aumento de soluciones de vivienda asequible” para prevenir la institucionalización.
El ministro Pablo Bustinduy ha repetido varias veces en las últimas semanas que el cambio no será fácil, ni de la noche a la mañana, sino que la Estrategia estatal para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad: un proceso de desinstitucionalización —como se llama el documento— fija la hoja de ruta para lograr una transición. Así se recoge en el texto, que reconoce que el cambio será “complejo” y que conllevará una “transformación cultural”, que requerirá también modificaciones en la normativa y en la propia planificación de los servicios. Entre los cambios legislativos destaca el de la ley de dependencia, que Bustinduy ha asegurado que pasará por el Consejo de Ministros este verano y que, entre otras cosas, mejorará la cartera de servicios. Para el éxito de esta estrategia será clave la dotación económica con la que cuente. El mes pasado, el ministro afirmó que conllevará “un gran esfuerzo presupuestario y de financiación”, que confían en “poder retomar, en la senda de la legislatura anterior, en las negociaciones de los presupuestos para el año que viene”, y que además lleva fondos europeos asociados.
El objetivo es que las personas puedan vivir en su casa o de la manera más parecida posible a ello cuando deban recurrir a una institución, como una residencia para mayores, para personas con discapacidad o un centro para menores tutelados. La estrategia pretende “favorecer una planificación de servicios y modelos de apoyos, que se adapten a las necesidades y preferencias de cada persona”, “transformando para ello infraestructuras, promoviendo un cambio en la cultura de los cuidados y creando servicios que se desarrollen en un contexto comunitario de proximidad”.
El documento se centra fundamentalmente en cuatro grupos de población: mayores, personas con discapacidad, menores en el sistema de protección y jóvenes que han pasado por el mismo y personas sin hogar. Y, más concretamente, da respuesta a quienes estén en “riesgo de entrar en instituciones”, estén “recibiendo apoyo en instituciones por tiempos breves o prolongados” y estén “transitando hacia la vida en la comunidad”.
Para ello, cuenta “con un plan de activación” que pretende agilizar y coordinar actuaciones prioritarias en una primera etapa de implementación de la estrategia. Se trata de siete focos estratégicos para cuya puesta en marcha es precisa la actuación de distintas administraciones, desde otros ministerios como el de Vivienda o el de Sanidad a las comunidades autónomas o entidades locales. Cada foco “será evaluado y replanteado de forma específica” en 2027, a mitad del periodo de ejecución de la estrategia. El primero es la concienciación social para la puesta en valor y la corresponsabilidad de los cuidados de larga duración. El segundo es el desarrollo del sistema de la dependencia y la reorientación para la promoción de la autonomía y de alternativas para la vida independiente. Entre otras medidas, incluye las relacionadas con la “reorientación de la financiación” hacia alternativas de vivienda en la comunidad, de atención en el domicilio y de base familiar para la infancia.
El tercer foco es el “impulso del plan cuidadoras para la dignificación del trabajo de los cuidados”, que prevé, entre otros aspectos, la “mejora de las condiciones laborales” de los profesionales del sector, fundamentalmente mujeres, y “favorecer el incremento de personal disponible”, dos aspectos que Bustinduy ha recalcado varias veces como prioritarios. El cuarto foco es el “aumento de soluciones de vivienda asequible, estable y accesible para prevenir la institucionalización”, dado que “las dificultades de acceso y, en ocasiones, del mantenimiento” de una casa constituye un factor de riesgo. “Algunas posibles medidas serían el incremento del complemento del alquiler de viviendas de las pensiones no contributivas” o “el incremento de vivienda asequible en alquiler” para mayores, personas con discapacidad o sin hogar en los planes de vivienda. Recoge, además, que debe haber un “incremento de los fondos dedicados a la ampliación del parque público de vivienda en alquiler”.
El quinto foco es la “consolidación de la cultura del acogimiento familiar” para la infancia y adolescencia tutelada por la Administración. El sexto es el desarrollo de “un nuevo modelo de cuidados comunitario en el ámbito rural”, con el “desarrollo y refuerzo de líneas y fórmulas de financiación para la promoción” de servicios comunitarios en entornos urbanos y rurales. El séptimo foco es la coordinación de los cuidados sociosanitarios.
Los trabajos para elaborar esta estrategia —que se irá articulando en planes operativos— comenzaron en la legislatura anterior, cuando España dedicó parte de la financiación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a promover un cambio en el modelo de cuidados y la modernización de los servicios sociales. Entre las iniciativas que puso en marcha está, además de la elaboración de esta estrategia, la financiación de 20 proyectos piloto que promueven el cambio en el modelo de cuidados y hallar evidencias sobre qué efecto provocan en la vida de las personas, además de sobre su coste y eficiencia. El ministerio ha explicado que estos proyectos han influido en la elaboración de esta estrategia, entre cuyos principios orientadores, según se lee en el documento, figuran el respeto a la dignidad y al buen trato, la perspectiva de género, la libertad de elección y control de los apoyos y cuidados y la accesibilidad universal y accesible.