Bruselas llama a impulsar las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) y la Hepatitis B en toda la UE

El cáncer se convertirá en 2035 en la principal causa de muerte en Europa. La Comisión busca reforzar la prevención y subraya que las vacunas pueden ayudar a erradicar ciertos tipos de cáncer

Una mujer joven recibe la primera dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH).Uly Martín

Bruselas ha lanzado este miércoles una iniciativa para impulsar en toda la UE dos vacunas clave para evitar ciertos tipos de cáncer: la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), muy extendida ya en España, pero con un bajísimo índice de vacunación entre otros socios comunitarios, y contra la Hepatitis B (VHB). En su nueva recomendación —una propuesta no vinculante para ayudar a los países a lograr ciertas metas sin imponer un ...

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Bruselas ha lanzado este miércoles una iniciativa para impulsar en toda la UE dos vacunas clave para evitar ciertos tipos de cáncer: la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), muy extendida ya en España, pero con un bajísimo índice de vacunación entre otros socios comunitarios, y contra la Hepatitis B (VHB). En su nueva recomendación —una propuesta no vinculante para ayudar a los países a lograr ciertas metas sin imponer un marco legal para ello— la Comisión Europea llama a los Estados, entre otros, a garantizar una vacunación gratuita y a facilitar el acceso a la misma, además de integrar estas vacunas dentro de los planes nacionales contra el cáncer.

“Prevenir es siempre mejor que curar”, subraya cual mantra la comisaria de Salud, Stella Kyriakides. Es una cuestión muy personal para la chipriota, superviviente de un cáncer de mama, como recordó en un encuentro con un grupo de periodistas para explicar la nueva recomendación, que se enmarca en el ambicioso Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer lanzado hace tres años, con un presupuesto de 4.000 millones de euros.

Según estimaciones de la Comisión Europea, si no se ataja, el cáncer amenaza con convertirse, en poco más de una década, en la principal causa de muerte en la UE (actualmente es la segunda, responsable del 26% de los fallecimientos). En 2021, 1,3 millones de personas fallecieron a causa de un cáncer en territorio europeo. Todo ello cuando hasta el 40% de los casos son prevenibles mediante una estrategia adecuada de prevención. Sobre todo en el caso de los cánceres provocados por el virus del papiloma humano (VPH), que tiene una vacuna con la que, en países como Australia, se está a punto de lograr su erradicación, gracias a un programa de vacunación en marcha desde 2007.

En Europa, cada año se diagnostican 28.600 casos y 13.700 muertes por cáncer cervical, y otros 20.000 casos, la mayoría en hombres, de cáncer de orofaringe, ambos provocados por el VPH. Por su parte, el virus de la hepatitis B es el responsable del 55% de todas las muertes por cáncer de hígado, mientras que otros 3,6 millones de personas viven con una infección crónica de HBV.

Unas cifras “alarmantes”, subraya Kyriakides, y también en cierto modo frustrantes, en vista de que estos tipos de cáncer son de los pocos prevenibles gracias a una vacunación a tiempo.

La nueva recomendación de la Comisión busca lograr la vacunación de al menos el 90% de la población de niñas adolescentes o preadolescentes contra el VPH para 2030 y aumentar “significativamente” la de los niños. Un objetivo que solo algunos países europeos, entre ellos España, han logrado ya: según el Ministerio de Sanidad, en 2007 se recomendó la vacunación en mujeres adolescentes y, en 2018, se aprobó la recomendación de vacunación en población con condiciones de riesgo de ambos sexos.

En España, la vacunación para niños y niñas de 12 años entró en el calendario nacional en 2022. Esto quiere decir que la sanidad pública financia el tratamiento, algo que las comunidades autónomas fueron incorporando a sus sistemas a lo largo de ese año y el siguiente, informa Pablo Linde.

A partir de esa edad (hasta los 18 años), la vacuna solo está incluida para las chicas o personas consideradas de riesgo: con síndrome WHIM (verrugas, hipogammaglobulinemia, infecciones y mielocatexis), infección por VIH, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y personas en situación de prostitución (en estos casos, hasta los 26). Los padres que quieran inmunizar a los varones mayores de 12 años que no estén en estos supuestos tienen que sufragarla (cuesta unos 170 euros).

En la región europea, la media de vacunación contra el VPH es del 37%, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque las diferencias son abismales: mientras que en Noruega el porcentaje de vacunación de niñas llegaba en 2022 al 96% —España es tercera con 90%, solo por detrás de Portugal (93%)—, todavía queda mucho camino por recorrer para alcanzar la meta fijada en países como Eslovaquia (30%), Luxemburgo (37%) o Francia (48%). A Bulgaria, con solo un 1% de la población vacunada, le queda aún todo el trayecto.

Los datos sobre niños vacunados de VPH son “limitados”, otra de las tareas pendientes en la UE según la Comisión, que propone “definir un objetivo concreto de niños que deberían ser vacunados para 2030″, en paralelo a la meta del 90% para las niñas.

Hepatitis B

Para la vacunación contra la Hepatitis B, la Comisión también recomienda “reforzar los esfuerzos nacionales” para llegar a los objetivos propuestos por la OMS para 2030: lograr el 95% de vacunación completa (tres dosis) de niños, la revisión por hepatitis B del 95% de las mujeres embarazadas y que el 95% de los recién nacidos reciban su primera vacuna HVB en las primeras 24 horas de vida.

Una cuestión clave para aumentar drásticamente los niveles de vacunación para prevenir estos tipos de cáncer es que las vacunas contra el VPH y HVB estén integradas en los planes nacionales de inmunización y en los programas de prevención de cáncer, subraya la Comisión. Vacunarse debería ser gratuito o estar reembolsado y se debe facilitar el acceso a estas vacunas en todo el territorio nacional.

Bruselas también recomienda “mejorar la monitorización de las tasas de vacunación” mediante registros electrónicos. Pero, sobre todo, subraya la comisaria Kyriakides, que se ha pasado buena parte de su mandato —el que le permitió la pandemia de coronavirus que trastocó buena parte de los planes— dedicada a impulsar la lucha contra el cáncer, hay que mejorar la comunicación.

Aunque este tipo de vacunas son muy seguras, la fatiga de vacunación, que ya se registraba antes de la pandemia y que se disparó durante los años de coronavirus, puede ser un contratiempo grave. “Somos conscientes, por eso parte del plan contra el cáncer es una campaña de concienciación”, señala Kyriakides. Sobre todo en el caso del virus del papiloma humano, hay familias que todavía se resienten a vacunar a sus hijas porque se asocia esta acción con una especie de incitación a tener sexo a edad temprana, señala. “Pero si haces una campaña y sabes que con una vacuna, tu hija de 12 años puede prevenir un cáncer”, la cosa cambia, confía la comisaria. Al fin y al cabo, “no hay tantos tipos de cáncer que podamos prevenir con una vacuna”, insiste quien conoce todo el proceso doloroso de sufrir un cáncer en la familia: tanto ella como su madre lo padecieron.


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