Una jueza abre una grieta en Texas y permite abortar a una mujer cuyo embarazo es inviable
Una magistrada progresista otorga una medida cautelar a una madre en la semana 20 de gestación y en un Estado que tiene una prohibición casi total a la interrupción del embarazo
Una jueza local de Texas ha abierto este jueves una grieta en una de las leyes antiaborto más estrictas de Estados Unidos. La togada Maya Guerra Gamble ha otorgado una medida cautelar en favor de Kate Cox, una mujer de 31 años que tiene un embarazo inviable de 20 semanas. Los médicos aseguran que el feto tiene una malformación congénita llamada trisomía 18 y que llegar a término podría poner en riesgo la vida de Cox o provocarle infertilidad. Es el primer caso en que una mujer acude ante un tribunal en busca de permiso inmediato para realizar el procedimiento después de que el Supremo ...
Una jueza local de Texas ha abierto este jueves una grieta en una de las leyes antiaborto más estrictas de Estados Unidos. La togada Maya Guerra Gamble ha otorgado una medida cautelar en favor de Kate Cox, una mujer de 31 años que tiene un embarazo inviable de 20 semanas. Los médicos aseguran que el feto tiene una malformación congénita llamada trisomía 18 y que llegar a término podría poner en riesgo la vida de Cox o provocarle infertilidad. Es el primer caso en que una mujer acude ante un tribunal en busca de permiso inmediato para realizar el procedimiento después de que el Supremo anulara en mayo de 2022 el emblemático Roe contra Wade.
En su decisión, Guerra Gamble, una funcionaria demócrata, otorga una protección temporal a Cox, quien vive en los suburbios de Dallas. Se prevé que el Estado de Texas apele a la decisión de la jueza local. El Gobierno del republicano Greg Abbott aprovechó la derogación del emblemático fallo que legalizaba el aborto para aprobar duras legislaciones que prohibieron la interrupción del embarazo casi en su totalidad. Las autoridades locales han argumentado que Cox, madre de dos hijos, no cumple con los requisitos para obtener una excepción médica, pues no ha probado que su vida corre peligro con el parto, la única excepción clara en la normativa local. Al ser una medida cautelar, la Fiscalía tendrá que pedir a una corte superior que intervenga.
“La idea de que la señora Cox quiere ser madre, y que esta ley pueda causarle que pierda ese derecho es increíble. Permitirlo sería un fracaso de la Justicia”, ha considerado Guerra Gamble este jueves. Su decisión hizo que Cox, conectada a la vista judicial junto a su esposo por medio de Zoom, se pusiera a llorar. Sus abogados informaron esta mañana que la pareja visitó esta semana, por cuarta ocasión, una sala de emergencias. La pareja está representada en los tribunales por el Centro de Derechos Reproductivos, una organización civil que está luchando para que las mujeres recuperen el derecho a decidir.
“No se trata de saber cómo diré adiós a mi bebé, sino de cuándo (...) Estoy tratando de hacer lo mejor para mi bebé y para mí, pero el Estado de Texas nos está haciendo sufrir a ambos”, aseguró Cox en un comunicado. En una tribuna publicada en el diario Dallas Morning News, la mujer asegura que no desea seguir con “el dolor y sufrimiento” que le ha provocado este embarazo ni continuar con los riesgos a su salud física y mental que el proceso le ha traído. “No quiero que mi bebé llegue a este mundo solo para que la vea sufrir”, escribió Cox, quien se enteró de que estaba embarazada en agosto pasado.
La pareja presentó la demanda una semana después de que los médicos dijeran que el bebé estaría vivo tras una semana tras el parto. Los expertos explicaron a Cox que si el corazón del feto dejaba de latir, inducir el parto representaba para un riesgo para el útero por dos cesáreas realizadas anteriormente. Una tercera cesárea, finalizado el término, podría poner en peligro su capacidad para un embarazo futuro.
No está claro cuando buscará Cox someterse al procedimiento. La medida cautelar otorgada esta mañana protege también a su doctora, Damla Karsan, una médico obstetra de Houston que estaría blindada de acusaciones civiles y penales si decide llevar a cabo el aborto. De acuerdo a cifras oficiales, solo se han registrado 40 abortos desde que el Gobierno republicano aprobó una prohibición casi total del aborto. El Estado había contabilizado 16.000 intervenciones en los cinco meses previos a la derogación de Roe v. Wade.
La Fiscalía de Texas ha intentado frenar el caso. La noche del miércoles, en una moción, las autoridades argumentaron que Cox no vivía en el Estado de Texas, sino que residía en un condado de Florida, donde “irónicamente” se le permitiría interrumpir su embarazo por las excepciones permitidas en aquel Estado. Los abogados de Cox, sin embargo, han desmentido la acusación, afirmando que la mujer no ha abandonado Dallas en meses. Solo ha usado una notaría radicada en Florida para presentar la demanda.
Las organizaciones antiabortos han protestado contra la decisión de la jueza Guerra Gamble. “Todos los niños son preciosos y deberían ser protegidos por la ley sin importar qué tan corta pueda ser su vida”, aseguró en un comunicado Texas Right To Life. La opinión de este grupo es que Cox debería haber optado por los cuidados paliativos perinatales antes de acabar con la vida del feto.
Un juez federal determinó en agosto que la ley de Texas es demasiado estricta para las mujeres cuyos fetos tienen malformaciones congénitas. El fallo permitía a las mujeres que sufrían complicaciones interrumpir el embarazo, una de las medidas que contemplaba el mundo pre Roe v. Wade. El Gobierno local argumenta que estos supuestos están contemplados bajo la legislación actual, pero los médicos han preferido no llevar a cabo abortos porque aseguran que la ley está escrita de forma vaga y se exponen a litigios. La decisión de la corte federal fue recibida con una inmediata apelación de una corte local, que elevó el caso al Supremo de Texas, que puede tomar meses en pronunciarse sobre el juicio.