El Vaticano envía a Bolivia a uno de sus mejores investigadores de pederastia en medio del escándalo de los jesuitas
La conferencia episcopal local, consciente de la gravedad de la situación, solicitó la presencia de uno de los hombres de confianza del Papa en la materia
EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.
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El eco del escándalo de abusos ...
EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.
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El eco del escándalo de abusos que recorre la orden de los jesuitas en Bolivia ha llegado a Roma y el Papa ha mandado a La Paz a uno de sus mayores expertos en la materia. El sacerdote español Jordi Bertomeu, que ha participado en numerosas misiones en Latinoamérica (estuvo también encargado de la investigación de los abusos del padre Maciel en los Legionarios de Cristo y en la Iglesia chilena, que terminó con el cese de prácticamente toda la cúpula eclesial de ese país) permanecerá varios días en el país sudamericano, justo cuando aumenta el número de casos conocidos y la agenda política ha situado este tema en el centro. La conferencia episcopal local, consciente de la gravedad de la situación, solicitó la presencia de uno de los hombres de confianza del Papa en la materia.
La idea oficial —explicada en un comunicado por las autoridades eclesiales locales— es que se abordarán temas de formación y que la visita estaba programada. Pero el perfil de Bertomeu (Tortosa, 1968), oficial de la sección disciplinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y la gravedad de la situación invitan a pensar inevitablemente en un trabajo de mayor calado que no estaba previsto antes del escándalo.
Bertomeu fue uno de los responsables de la investigación en Chile que provocó en 2018 el cambio radical en el acercamiento que mantenía hasta entonces el Vaticano en esta cuestión. Bertomeu se encontraba la semana anterior en Paraguay, llevando a cabo otra misión de investigación sobre abusos en la Universidad Católica de Paraguay junto al arzobispo de Río de Janeiro, el cardenal Orani João Tempesta. La misión de los delegados de la Santa Sede era recabar toda la información y elevar un informe al respecto.
En menos de un mes, la publicación del diario secreto del jesuita español Alfonso Pedrajas, donde admitió que abusó de decenas de niños en colegios bolivianos y que sus superiores lo encubrieron todo, ha tambaleado los pilares de toda la Iglesia boliviana. A pesar de la rápida reacción de los jesuitas —el provincial apartó a comienzos de mayo cautelarmente a ocho ex altos cargos por encubrimiento—, las instituciones públicas también han dado un paso al frente. La Fiscalía abrió una investigación del caso Pedrajas y el presidente Luis Arce presentó hace dos semanas un anteproyecto de ley para hacer imprescriptibles los delitos de pederastia y crear una comisión de la verdad que investigue estos casos y repare a las víctimas.
Diario de un cura pederasta
El Gobierno, además, avanzó este sábado que estudia mecanismos de control para revisar los antecedentes de los clérigos que ingresen en el país latinoamericano. “No pueden venir sacerdotes a ser guías espirituales de nuestros niños, violadores a enseñar lo que es el camino de Dios a nuestros niños mientras abusan de ellos, eso es inconcebible”, dijo a los medios la ministra de la Presidencia hace dos días. Por otro lado, el procurador (fiscal) general de Bolivia también propone revisar el “estatus” que tienen los jesuitas en el país. Un duro golpe para la Compañía de Jesús en particular y para la Iglesia boliviana en general.
Y es que las denuncias —tanto en los juzgados como en las oficinas de la Compañía y en la prensa— han crecido en las últimas semanas, no solo contra Pedrajas, sino también contra otros de sus compañeros jesuitas españoles. Algunos, como Francesc Peris, desarrollaron su carrera religiosa en España, pero la orden los trasladó a Latinoamérica entre acusaciones de pederastia. Peris fue a Bolivia en 1982, allí es señalado de abusar entre 1983 y 1984 de varias niñas en un colegio de la orden en Cochabamba y regresó a España un año después. Recientemente, nuevas víctimas le acusan de abusos en un centro de Barcelona.
Los jesuitas también se han visto obligados a reconocer varias denuncias de las que tenían constancia hace unos años y que hasta ahora no habían hecho públicas ni habían comunicado a las autoridades. La más notoria es la que señala al arzobispo español Alejandro Mestre, fallecido en 1988 y que fue prelado de La Paz. La orden recibió en 2021 a una víctima que le acusa de abusar de él en 1961, cuando Mestre era profesor en el colegio de San Calixto de La Paz. Mestre, además, fue secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana, cargo de gran influencia y que ocupó durante la dictadura de Luis García Meza, que se prolongó de 1980 a 1981. Los jesuitas informaron de este caso a la Fiscalía boliviana el 9 de mayo.
El ministerio público, como respuesta a estas nuevas denuncias, formó una comisión de fiscales para investigar todos los casos y ya ha ordenado varios registros en las propiedades de la Compañía, entre las que se encuentra su sede en La Paz, para buscar información y documentación de los acusados.