Aportar, innovar y adaptarse
Grandes sectores como el del transporte o la energía redoblan sus esfuerzos para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible y el talento humano es un pilar de estas estrategias
Cuidamos el planeta en una compañía energética en proceso de transición”, detalla Marien Benavente, ingeniera química de formación y responsable de Protección Ambiental Corporativa de Cepsa. “Queremos ser líderes en energía y movilidad sostenibles”, acota. “Y ahí entra mi papel”, añade, que consiste en hablar. Dialogando internamente, su departamento ha llegado al compromiso de reducir el 20% de captación de agua en zonas de estrés hídrico. Y ha trabajado para que, en un parque eólico instalado en una zona con aves protegidas, haya un equipo que detiene los aerogeneradores en caso de que los p...
Cuidamos el planeta en una compañía energética en proceso de transición”, detalla Marien Benavente, ingeniera química de formación y responsable de Protección Ambiental Corporativa de Cepsa. “Queremos ser líderes en energía y movilidad sostenibles”, acota. “Y ahí entra mi papel”, añade, que consiste en hablar. Dialogando internamente, su departamento ha llegado al compromiso de reducir el 20% de captación de agua en zonas de estrés hídrico. Y ha trabajado para que, en un parque eólico instalado en una zona con aves protegidas, haya un equipo que detiene los aerogeneradores en caso de que los pájaros se acerquen.
La sostenibilidad y los criterios ESG (Ambiental, Social y de Gobernanza, por sus siglas en inglés) son ya una realidad en las grandes empresas. Y consiguen titulares como el prototipo de avión propulsado con hidrógeno en el que trabaja Airbus, previsto para 2035 según Gema Plaza, responsable de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Airbus España. La pata ambiental no es la única que interesa a esta licenciada en Ciencias Ambientales y doctora en Química, que además imparte un máster en la Universidad Politécnica de Madrid. “Nos importa la inclusión de las capacidades diversas; la integridad, desde un punto de vista de ética y cumplimiento; y la seguridad y calidad”, enumera.
Cuando Fernando González Cuervo, socio y responsable del sector construcción para Europa, Oriente Próximo y África en EY España, anunció a su abuela que había entrado en una empresa de auditoría, ella le contestó: “¿Te dedicas a escuchar cosas?”. A lo que él replicó que no. “Nuestra labor es revisar los números y confirmar a las compañías que están bien”, describe. Y esa labor, destaca, ayuda a las propias empresas y, también, a la sociedad en la actúan. “Resulta enriquecedora; ofrece la oportunidad de innovar, aprender y viajar”, explica.
Si en un mes González Cuervo ha viajado por tres continentes, el trabajo de Elena Moral como directora de Operaciones de Talgo la ha llevado a Arabia Saudí, por el proyecto del AVE a La Meca. “Nos ha permitido desarrollar como 30 tecnologías diferentes”, enfatiza. Desde potentes equipos de aire acondicionado hasta filtros y ventanas especiales contra la arena. Moral siente que debe su puesto a lo versátil, multidisciplinar y polivalente de su formación inicial: ingeniería industrial, capaz de ofrecer a sus egresados capacidad de adaptación. “Es una de las profesiones con más sentido del momento”, enfatiza.
Primero hay que observar
“Innovar es hacer cosas nuevas, o hacerlas de manera diferente, pero aportando a la gente”, matiza Eduardo Jorgensen, médico y CEO en Medicsen. “De estudiante veía que, para detectar demencias, los facultativos ponían a los pacientes a caminar por un pasillo y los cronometraban”, recuerda. De ahí surgió la idea de una suela de zapato con un algoritmo que detectara la predisposición a una demencia a través de la pisada. La idea se convirtió en prototipo y, 30.000 euros después, en producto comercial. Y así con todo: detección de un problema —una niña diabética que no quería recibir ni un pinchazo más—, búsqueda de soluciones y resultado final, inversión mediante, listo para el mercado: un parche a través del que administrar fármacos sin necesidad de aguja.
Para Jorgensen, innovar en salud significa, también, encontrar fórmulas para dedicar más tiempo al paciente o hacer más sencillas las historias clínicas. “Pensad qué os gusta, a qué queréis dedicaros, y marcaos objetivos que os satisfagan, desde la curiosidad y la empatía”, aconseja. “Sed también perseverantes y pacientes”, recomienda Manuel Collado, director del Laboratorio de Senescencia Celular, Cáncer y Envejecimiento del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS). Son virtudes que han llevado a su equipo a encontrar una “bala mágica” capaz de eliminar las células zombis o senescentes que se acumulan en el organismo y causan el envejecimiento.
Investigar implica toparse con resultados negativos, reconoce Collado. Pero un día “descubres algo que sabes que nunca nadie había visto antes” y la sensación es incomparable, según enfatiza. Pues lo que motiva a José Ramón Gamo es ayudar a chicos y chicas con dificultades. Porque el director técnico de los centros CADE (de Atención a la Diversidad Educativa) tuvo sus propias “pedradas” en la cabeza. Hiperactividad, dislexia. Un joven abocado al fracaso, según sus profesores. “Un inútil parcial que ahora funciona con normalidad”, y que desde la neuropsicología defiende la mejora de las capacidades mediante el entrenamiento del cerebro.
Gamo se para y mira al público. “El 80% sabéis lo que no queréis, pero ni puñetera idea de lo que sí”, espeta. “¿Acertaréis a la primera? Probablemente no. ¿A la segunda? Puede que tampoco”, vaticina. “Pero haced cosas que, por alguna razón, despierten vuestra pasión u os generen bienestar”, anima. Cuando finaliza su charla, un nutrido grupo de jóvenes lo sigue al vestíbulo para proseguir la conversación con el cara a cara.