El Senado de Estados Unidos aprueba una ley para blindar el matrimonio homosexual
Los demócratas quieren que la Cámara de Representantes la apruebe también la próxima semana
La protección legal del matrimonio homosexual avanza en el Congreso estadounidense antes de que sea renovado con los legisladores elegidos el pasado 8 de noviembre. Tal y como se esperaba, el Senado ha aprobado este martes la ley que aspira a blindar la unión civil entre homosexuales como derecho ante el riesgo de que la mayoría conservadora del Tribunal Supremo decida revertir su doctrina, que hasta ahora lo reconoce como un derecho constitucion...
La protección legal del matrimonio homosexual avanza en el Congreso estadounidense antes de que sea renovado con los legisladores elegidos el pasado 8 de noviembre. Tal y como se esperaba, el Senado ha aprobado este martes la ley que aspira a blindar la unión civil entre homosexuales como derecho ante el riesgo de que la mayoría conservadora del Tribunal Supremo decida revertir su doctrina, que hasta ahora lo reconoce como un derecho constitucional.
La ley ha sido aprobada en el Senado con 61 votos a favor y 36 en contra, con el apoyo, por tanto, de parte de los senadores republicanos. Ese respaldo bipartidista refleja el amplio apoyo social al matrimonio homosexual y permitió a la norma hace dos semanas superar el umbral de 60 votos necesario para someter una iniciativa a votación, impidiendo así el bloqueo por filibusterismo. Tras la aprobación por parte del Senado, la norma debe ir a la Cámara de Representantes, que tiene mayoría demócrata hasta que se constituya el nuevo Congreso, a principios de 2023. El plan de los demócratas es someterla a votación allí cuanto antes que el presidente, Joe Biden, pueda firmarla para que entre en vigor.
La nueva norma no establece el matrimonio homosexual como un derecho federal aplicable en todo el país, pero sí que impide que se pueda discriminar a un matrimonio porque los dos miembros de la pareja sean del mismo sexo. Así, en caso de que el Supremo llegase a revocar su doctrina, los Estados podrían impedir a las parejas homosexuales casarse en su territorio, pero no podrían discriminar a las que se casen legalmente en otro Estado. No es un blindaje completo, pero es la solución de compromiso alcanzada, junto a otras concesiones, para lograr el apoyo de suficientes senadores republicanos.
Hoy por hoy, el matrimonio homosexual es legal en todo el país desde que el Tribunal Supremo, entonces con mayoría progresista, dictó la sentencia Obergefell contra Hodges en 2015 y declaró que todos los Estados tienen obligación de permitir esa unión civil a parejas del mismo sexo bajo la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos. Antes de esa sentencia, ya era legal en 37 Estados y la capital, Washington. Antes, el Supremo había declarado inconstitucional la ley de Defensa del Matrimonio, aprobada en 1996, que solo reconocía la unión entre un hombre y una mujer y negaba los derechos y beneficios federales a los matrimonios del mismo sexo.
Reconocimiento explícito
El problema es que si el Supremo decidía revertir sus precedentes, esa restrictiva ley volvería a estar en vigor, recortando los derechos de las parejas del mismo sexo en todo el país. La nueva Ley de Respeto al Matrimonio deroga la norma de 1996 y reconoce expresamente los derechos federales para los matrimonios homosexuales e interraciales.
Hay cerca de 600.000 parejas homosexuales casadas en Estados Unidos, aunque el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha dicho que la norma fortalecerá los derechos “de decenas de millones de estadounidenses”. Schumer, que lucía una corbata violeta, se ha emocionado durante la sesión al contar que su hija, lesbiana y que espera un hijo con su esposa, tenía miedo de perder sus derechos.
El riesgo de que el Supremo cambiase de criterio se puso de manifiesto en un voto particular en la sentencia sobre el aborto de junio pasado. El juez Clarence Thomas, de la mayoría conservadora invitaba a revisar otros precedentes, entre ellos el que legalizó el matrimonio homosexual en todo el país y el que facilitó al acceso a los anticonceptivos. A raíz de ello, los demócratas propusieron en el Congreso blindar el matrimonio entre personas del mismo sexo y entre personas de diferente raza.
Los demócratas presentaron proposiciones de ley en verano con poca confianza en que saliesen adelante y más como una forma de forzar a los republicanos a retratarse ante los votantes antes de las elecciones legislativas del pasado 8 de noviembre. Pero los senadores republicanos se mostraron abiertos a apoyar la ley si se dejaba para después de las elecciones. La Cámara de Representantes ya votó una ley similar en verano con el apoyo de 47 diputados republicanos, pero al no ser idéntica, ahora deberá votar la ley que llegue del Senado para que pueda entrar en vigor. Se espera que lo haga la semana próxima.
Las cautelas que ha introducido la ley y que han permitido el apoyo de parte de los republicanos, e incluso de la iglesia mormona, consisten en un reconocimiento expreso de la libertad religiosa que evita que se pueda obligar a las iglesias a celebrar y reconocer esos matrimonios homosexuales y que las blinda de perder exenciones y beneficios fiscales por no hacerlo. También se ha dejado claro que el reconocimiento no alcanza a matrimonios polígamos.
Con todo, del debate y la votación han mostrado la división en las filas republicanas en torno a la ley. Doce han votado a favor, dos se han ausentado (al igual que el demócrata Raphael Warnock, de campaña en Georgia para la segunda vuelta de las elecciones) y 36 ha votado en contra. Algunos senadores conservadores rechazan aún la figura del matrimonio gay y otros han sostenido que la hipotética intención del Supremo de revocarlo es “una fantasía”, como ha dicho Mike Lee, senador por Utah, mormón. El otro senador por Utah, Mitt Rommey, también miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, está entre los que han votado a favor.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha celebrado la votación con un comunicado: “Estados Unidos está a punto de reafirmar una verdad fundamental: el amor es amor, y los estadounidenses deben tener derecho a casarse con la persona que aman. Para millones de estadounidenses, esta legislación salvaguardará los derechos y las protecciones a las que tienen derecho las parejas LGBTQI+ e interraciales y sus hijos. También garantizará que, para las generaciones venideras, los jóvenes LGBTQI+ crezcan sabiendo que ellos también pueden llevar una vida plena y feliz y formar sus propias familias”, ha declarado.
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