Para acabar con la violencia de género, necesitamos más mujeres en posiciones de poder

No solo necesitamos normas y estándares, sino mecanismos sólidos de cumplimiento

Manifestación contra la violencia de género en Madrid en 2021.Andrea Comas
Susana Malcorra María Fernanda Espinosa

Una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia basada en el género (VBG) en cualquiera de sus formas, como abuso psicológico, acoso sexual o matrimonio infantil, entre muchas otras. Siete de cada 10 mujeres creen que el abuso verbal o físico por parte de una pareja se ha vuelto más común. Y seis de cada 10 sienten que el acoso sexual en espacios públicos ha empeorado. Algunos acontecimientos mundiales recientes han hecho más visible, y social y legalmente repudiado, este tipo de violencia: la pandemia de la covid-19 mostró la fragilidad de las mujeres encerradas con sus abusadores, ...

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Una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia basada en el género (VBG) en cualquiera de sus formas, como abuso psicológico, acoso sexual o matrimonio infantil, entre muchas otras. Siete de cada 10 mujeres creen que el abuso verbal o físico por parte de una pareja se ha vuelto más común. Y seis de cada 10 sienten que el acoso sexual en espacios públicos ha empeorado. Algunos acontecimientos mundiales recientes han hecho más visible, y social y legalmente repudiado, este tipo de violencia: la pandemia de la covid-19 mostró la fragilidad de las mujeres encerradas con sus abusadores, y conflictos actuales y antiguos han arrojado luz sobre la violencia contra las mujeres y sus familias en un contexto de guerra. La violencia contra las mujeres alcanza niveles históricos en el contexto de una falta de liderazgo alarmante y con una impunidad indigna del siglo XXI.

Aunque su visibilidad es cada vez mayor y, por tanto, cada vez menos aceptable socialmente, la VBG es un fenómeno muy complejo que requiere ser abordado desde todos los ángulos posibles, como los frentes legal, educativo y social. Erradicar todas las formas de violencia de género es una responsabilidad colectiva. El papel de los gobiernos en la creación e implementación de marcos legales y compromisos para reducir la VBG es esencial para construir una red de seguridad para sobrevivientes y víctimas. Sin embargo, aunque la mayoría de los gobiernos tienen políticas y regulaciones contra las diferentes formas de VBG, estos marcos varían entre países, ofreciendo respuestas variadas y a menudo insuficientes.

La inacción es violencia

La masculinización de los roles de liderazgo en los gobiernos y el nivel desigual de respuestas y políticas para detener todas las formas de violencia contra la mujer plantean la cuestión de la relevancia de los marcos habilitantes internacionales y multilaterales y la coordinación de políticas públicas, así como la necesidad de un mayor papel de las mujeres en posiciones de liderazgo y toma de decisiones.

Para responder a estos problemas, GWL Voices ha elaborado un estudio para abordar la cuestión crítica de la conexión entre el liderazgo político femenino y el establecimiento y la eficacia de los marcos legales para reducir la violencia de género. Encontramos que la legislación y la implementación de la violencia de género están influenciadas positivamente por el liderazgo político femenino, especialmente por la presencia de mujeres en los parlamentos. En 2019 existía en el mundo una fuerte correlación positiva entre el porcentaje de mujeres en el parlamento y la cantidad y calidad de la legislación contra tres formas de violencia de género: violencia doméstica, matrimonio infantil y violencia sexual.

Este resultado no es sorprendente. GWL Voices trabaja por la inclusión de mujeres en puestos de liderazgo porque sabemos que no es solo una cuestión de justicia e igualdad, sino también de oportunidades. Cuando las mujeres están en el asiento del conductor y pueden tomar decisiones que afectan sus derechos y su bienestar, los resultados son sin duda positivos.

La inacción es violencia. Necesitamos acción urgente en todos los niveles, desde los hogares y los gobiernos locales y nacionales hasta el derecho internacional y los espacios multilaterales. Y no solo necesitamos normas y estándares, sino mecanismos sólidos de cumplimiento. La vida y la dignidad de millones de mujeres dependen de nuestra capacidad de actuar y actuar ahora.

Autoras

Susana Malcorra es presidenta y cofundadora de GWL Voices y María Fernanda Espinosa, su directora ejecutiva.


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