La explosión de casos de bronquiolitis en bebés llena las UCI pediátricas y fuerza a los hospitales a preparar planes de contingencia
Los expertos temen que la llegada anticipada del virus respiratorio sincitial, con una incidencia ya muy alta para esta época del año, se agrave con la llegada del frío
Los hospitales españoles están sufriendo en los últimos días una avalancha de ingresos de niños de corta edad con problemas para respirar. El culpable es el virus respiratorio sincitial (VRS), un patógeno que causa bronquiolitis —inflamación de los pequeños conductos pulmonares llamados bronquiolos, de menos de un milímetro de diámetro— y dificulta la llegada del aire a los alveolos. Los pequeños afectados po...
Los hospitales españoles están sufriendo en los últimos días una avalancha de ingresos de niños de corta edad con problemas para respirar. El culpable es el virus respiratorio sincitial (VRS), un patógeno que causa bronquiolitis —inflamación de los pequeños conductos pulmonares llamados bronquiolos, de menos de un milímetro de diámetro— y dificulta la llegada del aire a los alveolos. Los pequeños afectados por las formas más graves, en su mayoría de solo unos meses, se ahogan y el esfuerzo que hacen para conseguir oxígeno se hace evidente en la fuerza con la que la piel se les pega en las costillas al aspirar.
Aunque cada año se produce un pico epidémico de bronquiolitis en España, con unos 100.000 casos y más de un millar de hospitalizaciones, expertos y administraciones destacan que la situación actual es extraordinaria. La pandemia ha cambiado las fechas en las que el VRS ha hecho acto de presencia, los casos han subido mucho y antes, y no se sabe la evolución que puede tener la ola epidémica a partir de ahora con la llegada del frío.
“Era un virus muy previsible, pero estos cambios añaden mucha incertidumbre a lo que pueda pasar. Lo normal era que la incidencia empezara a subir ahora y el pico se alcanzara a mediados de diciembre. Pero ya estamos en niveles muy altos, los hospitales sufren mucha presión asistencial y no vemos señales de que los casos puedan empezar a bajar”, explica el pediatra y epidemiólogo Quique Bassat.
Según el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), la incidencia de infecciones por VRS en la semana que terminó el 13 de noviembre se situó en 76 casos por cada 100.000 habitantes, aunque el grupo más afectado es precisamente el de los niños de hasta cuatro años con una incidencia 12 veces mayor que el del resto de la población y el único grupo de edad en el que esta seguía creciendo. No es posible comparar con años anteriores porque la incidencia del VRS ha empezado a subir antes de lo habitual y no hay precedentes. Aunque el documento ofrece algunos datos esperanzadores —apunta que “se manifiesta una disminución de la incidencia semanal en atención primaria” y que “disminuye la tasa de hospitalización”—, lo cierto es que prácticamente todas las comunidades y hospitales consultados afirman que el ritmo de hospitalizaciones sigue creciendo.
“Tenemos las UCI pediátricas de casi todo el país llenas, y los casos siguen llegando a urgencias. El último fin de semana ha sido especialmente preocupante, con muchos ingresos y sin apenas camas libres en planta ni en UCI. No sabemos cuándo va a cambiar esta tendencia. Antes de la pandemia hubo algunos años con muchos casos, pero sabíamos que con las vacaciones navideñas estos empezaban a bajar. Lo malo de este año es que no podemos confiar en los antecedentes”, explica David Andina, vocal de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP).
Comunidades y grandes hospitales han empezado a tomar medidas para hacer frente a la situación. Una de las más llamativas ha sido la adoptada por Aragón, que ha decidido trasladar la UCI pediátrica del Hospital Miguel Servet, con una capacidad de seis plazas, al vecino Hospital General “para poder ampliar el número de camas”, según un portavoz del Gobierno regional. En su nueva ubicación, la UCI tiene nueve plazas y, en caso de necesidad, pueden reabrirse las seis que han quedado en el primer centro sanitario.
El Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona), cuya actividad es enteramente infantil, está atendiendo en urgencias unos 400 pacientes al día, en “su mayoría por afecciones respiratorias, sobre todo por bronquiolitis”. El centro, que tiene las 28 plazas de la UCI llenas, contempla “la posibilidad de habilitar espacios como la reanimación” para acoger a nuevos niños que requieran cuidados intensivos, “pero por ahora no ha hecho falta”, explica un portavoz. También en Barcelona, el Hospital Vall d’Hebron tiene 29 niños ingresados por bronquiolitis, “el doble que la semana pasada”. Y el Sant Pau ha doblado las plazas en la UCI pediátrica, de 6 a 12.
Portavoces de las comunidades de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, Extremadura, Murcia, Madrid, Navarra, Cantabria, Asturias, Cataluña y Galicia han confirmado a EL PAÍS el incremento notable de casos e ingresos por bronquiolitis, que ha obligado a los hospitales a preparar planes de contingencia en previsión de lo que pueda ocurrir en las próximas semanas. Una medida común es el refuerzo de las plantillas, el aumento de camas en planta y la creación de zonas de aislamiento, aunque por ahora ninguna comunidad ha tenido que suspender intervenciones quirúrgicas o convertir quirófanos o áreas de reanimación en zonas UCI.
España no es el único país afectado por el súbito aumento de casos de bronquiolitis en las últimas semanas. “Es un fenómeno que afecta a prácticamente todo el hemisferio norte, con la mayoría de los países con graves problemas en los sistemas sanitarios”, afirma David Andina.
El último informe semanal de vigilancia del Centro Europeo de para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) recoge la elevada circulación del VRS en todo el continente. Y destaca que países como Portugal “reportan de forma continuada un número mayor de hospitalizaciones de las previstas atribuibles al VRS”. Este fenómeno, que ya había sido apuntado por la agencia de salud pública de Estados Unidos (el CDC), es una de las incógnitas por resolver del actual incremento de casos.
Varias comunidades apuntan a que están observando más casos que requieren asistencia hospitalaria entre niños de hasta cuatro años. Esto supone más edad de la que era habitual, casi siempre durante los primeros meses de vida en niños sanos sin otros problemas de salud asociados.
“Una hipótesis que explicaría esto es que las medidas de protección frente a la pandemia hicieron caer drásticamente la circulación de virus como el VRS, por lo que ha habido uno o dos años en los que los recién nacidos no han entrado en contacto con el virus. Sería ahora, con este incremento, cuando lo harían, lo que puede explicar algunas de estas hospitalizaciones. Pero esta es una explicación lógica, que todavía no ha sido demostrada”, aclara Quique Bassat.
No es la primera vez, tras los peores meses de la pandemia, que el VRS aparece en meses en los que no era habitual (los primeros casos en la actual oleada se registraron a finales de verano). En la primavera de 2021 ya hubo un primer incremento de casos que sorprendió a los expertos, en aquel momento vigilantes a la evolución del SARS-CoV-2.
100.000 muertes al año
“La irrupción del coronavirus y las medidas adoptadas para hacer frente han provocado notables cambios en la circulación de otros patógenos. Ahora la incógnita es qué ocurrirá. Lo más probable es que, en un tiempo, vuelvan a la temporalidad que tenían antes de la pandemia, pero no podemos estar del todo seguros”, afirma Federico Martinón-Torres, jefe de servicio de pediatría en el Hospital de Santiago de Compostela.
Este experto califica de “problema de salud global” el VRS. “Los estudios revelan que es un virus que causa 100.000 muertes al año, casi siempre en los países con menores ingresos que no pueden ofrecer a los niños el soporte vital que necesitan. Y también es un virus que afecta de forma notable a los mayores de 60 años”, añade.
No hay ningún tratamiento específico que se haya demostrado eficaz contra el VRS. Las personas que los sufren necesitan cuidados para ayudarles a respirar y evitar complicaciones, lo que consigue reducir mucho la mortalidad. Durante los últimos años, varias empresas farmacéuticas han desarrollado vacunas o anticuerpos monoclonales para prevenirla, aunque por ahora ninguno de ellos es utilizado en España fuera de ensayos clínicos.