Biden apoya hacer “una excepción” con las normas del Senado para aprobar una nueva ley del aborto
El presidente se muestra dispuesto a aplicar un procedimiento para legislar sin necesidad de mayoría reforzada
La fortísima sacudida social provocada por la reciente sentencia del Supremo de Estados Unidos sobre el aborto ha irrumpido este jueves en la cumbre de la OTAN. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se manifestó de forma muy rotunda al respecto en su conferencia de prensa al cierre de la reunión con los aliados atlánticos. El mandatario calificó de “comportamiento indignante” la decisión del órgano judicial, alegando que el fallo “desestabiliza” a la soc...
La fortísima sacudida social provocada por la reciente sentencia del Supremo de Estados Unidos sobre el aborto ha irrumpido este jueves en la cumbre de la OTAN. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se manifestó de forma muy rotunda al respecto en su conferencia de prensa al cierre de la reunión con los aliados atlánticos. El mandatario calificó de “comportamiento indignante” la decisión del órgano judicial, alegando que el fallo “desestabiliza” a la sociedad estadounidense.
Biden está dispuesto a usar la conocida como “opción nuclear” para aprobar una nueva ley del aborto. Los demócratas no tienen la mayoría suficiente en el Senado para desbloquear una ley por el procedimiento legislativo habitual, pero Biden se ha mostrado dispuesto este jueves a aplicar “una excepción” a las reglas parlamentarias tras la sentencia del Supremo que ha abolido el derecho al aborto en todo el país y dejado su regulación en manos de los Estados, al derogar la doctrina de la sentencia del caso Roe contra Wade.
“Tenemos que cambiar esa decisión aprobando Roe contra Wade como ley. La manera de hacerlo es votando en el Congreso. Si en el proceso se interpone el filibusterismo, deberíamos proveer una excepción”, ha dicho Biden en la rueda de prensa.
Muchos demócratas han exigido a Biden mostrarse más duro en su respuesta a la sentencia del aborto y es la primera vez que el presidente de Estados Unidos se muestra dispuesto a forzar una excepción para aprobar una ley del aborto para todo el país.
El procedimiento legislativo establece que cuando un senador o un grupo de senadores presenta un nuevo proyecto de ley, se debate y enmienda en comisión. Cuando la comisión lo aprueba, pasa al pleno del Senado, donde hace falta solo una mayoría simple para aprobarlo cuando se somete a votación. Pero el debate no se cierra y, por tanto, no se procede a la votación hasta que no hay un mínimo de 60 de los 100 senadores que así lo deciden. En consecuencia, en la práctica, se ha hecho necesaria esa mayoría reforzada de 60 senadores para aprobar cualquier ley.
La “opción nuclear” en un Senado dividido
En la actualidad el Senado está dividido, con 50 senadores demócratas y otros 50 republicanos, un empate únicamente roto por el voto de la vicepresidenta, Kamala Harris. Originalmente, el filibusterismo era activo y excepcional, implicaba discursos maratonianos para prolongar el debate e impedir la votación. Sin embargo, ahora existe el filibusterismo silencioso: basta que haya 41 senadores que se opongan, para que un asunto no se someta a votación. Además, se ha convertido en la práctica habitual
Es posible, sin embargo, en algunos casos, aplicar una excepción. Se considera un procedimiento algo cuestionable, que no respeta todas las garantías democráticas, pero es factible. Se le ha llamado la “opción nuclear”. Puede ser invocada por el líder de la mayoría del Senado y sometida a votación, se aplicó por primera vez en 2013 por los demócratas para desbloquear algunos nombramientos.
En abril de 2017, Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana del Senado, invocó la opción nuclear para desbloquear el nombramiento como juez del Tribunal Supremo de Neil Gorsuch, uno de los jueces que ha aprobado la sentencia sobre el aborto. Hasta ahora, la opción nuclear no se ha utilizado para aprobar leyes.
Los demócratas ya hicieron un intento de legislar en mayo, pero fue bloqueado por los republicanos. En su primera respuesta a la sentencia del Supremo, Biden ya pidió recuperar el aborto como ley. “Esto no acaba aquí”, dijo. Pero inicialmente, Biden no esgrimió la posibilidad de una excepción, sino que pidió el voto para reforzar la mayoría y cambiar la ley.
“Permítanme ser muy claro y contundente”, dijo el día en que se conoció la sentencia. “La única manera de asegurar el derecho de la mujer a elegir y el equilibrio que existía es que el Congreso restablezca las protecciones de Roe contra Wade como ley federal. Ninguna orden ejecutiva del presidente puede hacerlo. Y si el Congreso, como parece, carece de los votos para hacerlo ahora, los votantes deben hacer oír su voz”, insistió una y otra vez en su comparecencia para hablar de la sentencia. “Este otoño, Roe está en la papeleta. Las libertades personales están en la papeleta. El derecho a la intimidad, la libertad, la igualdad, todo está en la papeleta”, añadió Biden.
Las posibilidades de que las elecciones legislativas de noviembre den a Biden una mayoría reforzada en el Senado son prácticamente nulas. Es más, los sondeos y la baja popularidad del presidente apuntan a que puede perder su precaria mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, así que parece haber decidido emprender un camino más directo y tratar de aprobar ya una ley antes de que se renueve el Congreso.
Las críticas de Biden al Supremo han provocado la respuesta del líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, que, a través de un comunicado, ha dicho: “Atacar a una institución estadounidense fundamental como el Tribunal Supremo desde el escenario mundial está por debajo de la dignidad del presidente. Más allá de eso, los ataques del presidente Biden al Tribunal son inmerecidos y peligrosos. Le molesta que el tribunal haya dicho que el pueblo, a través de sus representantes elegidos, tendrá voz en la política del aborto. Eso no desestabiliza la democracia, sino que la afirma”.
McConnell ha criticado también que el comentario de Biden haya sido a raíz de una pregunta sobre una encuesta que señala que los estadounidenses creen que Biden no dirige a Estados Unidos en la dirección correcta. “El Tribunal Supremo no es responsable de la inflación, los altos precios de la gasolina, la delincuencia en las calles o el caos en la frontera. Lo es él”, ha sentenciado.