El Orgullo LGTB regresa a la calles en São Paulo con la vista puesta en las elecciones
“Vota con orgullo”, es el lema de la fiesta reivindicativa que reúne a cientos de miles de personas tras el paréntesis de la pandemia
Una multitud diversa de cientos de miles de personas ha tomado este domingo la principal avenida de São Paulo para celebrar el Orgullo LGBT de nuevo en la calle tras un paréntesis de dos años por la pandemia del coronavirus. En una jornada invernal, gris y fría para estas latitudes (16 grados a mediodía), una mayoría sin mascarilla ha disfrutado en la avenida Paulista de la clásica combinación de fiesta, música a todo volumen, reivindicaciones y marcas comerciales buscando nuevos públicos.
“Es uno de ...
Una multitud diversa de cientos de miles de personas ha tomado este domingo la principal avenida de São Paulo para celebrar el Orgullo LGBT de nuevo en la calle tras un paréntesis de dos años por la pandemia del coronavirus. En una jornada invernal, gris y fría para estas latitudes (16 grados a mediodía), una mayoría sin mascarilla ha disfrutado en la avenida Paulista de la clásica combinación de fiesta, música a todo volumen, reivindicaciones y marcas comerciales buscando nuevos públicos.
“Es uno de los pocos días del año donde puedo mostrarme tal y como soy porque crecimos escuchando que ser LGTB estaba mal”, explica Matheus Candido, de 22 años, poco antes del comienzo de la fiesta de verdad, a mediodía. Empieza a bailar en cuanto suenan los primeros acordes desde uno de las decenas de autobuses que convierten la avenida en una gigantesca discoteca al aire libre durante todo el día.
El desfile de este año se celebra con la vista puesta en las elecciones convocadas para dentro de cuatro meses. “Vota con orgullo” es el lema de esta 26ª edición. “Nuestro actual presidente (Jair Bolsonaro) dice que hay que matarnos, o darnos una paliza”, recalca Joana Anselmo, amiga de Candido y también de 22 años. Explican que, por eso, votarán por el candidato que los quiere vivos, Luiz Inácio Lula da Silva.
No es que el expresidente suscite un entusiasmo desbordante entre los que participan del Orgullo, pero lo consideran la opción indiscutible ante el épico duelo que se perfila para octubre. Porque, como dice Maite Schneider, de 51 años, “hay poco donde escoger”.
Los organizadores esperan tres millones de participantes. Entre la multitud, parejas gay que jamás habían participado de un Orgullo, veteranas con muchas ediciones a sus espaldas, madres con niños y adolescentes transexuales, algunos valientes enseñando mucha piel, jóvenes llegados desde las barriadas de la periferia o desde otras ciudades para exhibir con orgullo su identidad sexual, algo que para muchos es imposible en sus vidas cotidianas o lo fue hasta hace no tanto.
Candido recuerda que mientras crecía “era como ser una especie que ni sabías que existía”. Su familia, como las de la mayoría entre su grupo de amigos, sabe que está en el Orgullo. Se crio en una ciudad como São Paulo, inmensa y mucho más abierta a los ciudadanos LGTBI que la mayoría de Brasil, que es conservador y ostenta el récord mundial de asesinatos de personas transexuales.
Pululando entre los participantes, drogodependientes a los que la policía dispersó en mayo al desmantelar Cracolandia, el mayor mercado de crack a cielo abierto de Brasil, que quedaba en un barrio cercano.
Es la primera vez que Renan Lacerda, de 31 años, y Anderson Alves, de 33, participan en la gran fiesta anual de la comunidad gay. “Siempre quisimos sentir esta energía, esta libertad, aquí nos podemos abrazar, besar… sin miedo”, dice el el primer. Esta pareja es del Estado de Amazonas, uno de Manaos, el otro de Belén. Dos ciudades conservadoras que el presidente Bolsonaro ha visitado este fin de semana para pasearse en moto con sus seguidores. Juntos se mudaron hace no tanto a una ciudad del interior del Estado de São Paulo.
Schneider es, en cambio, una veterana. Dice que ha participado en todas y cada una de las 26 ediciones. Este año se ha colocado unas alas inmensas confeccionadas con las banderas de Brasil y de la comunidad LGTB. Su reivindicación personal, en la camiseta: “Ser ciudadano y ser abrazado por la Constitución”. Dice que en octubre votará “por alguien que entienda que todos tenemos derecho a ser y a mostrarnos como somos”.
La joven Anselmo detalla que ella está en el desfile del Orgullo 2022 para que dejen de matar a los gays, las lesbianas, las transexuales... Por el fin de la discriminación en los locales, para que en las series, las películas y las telenovelas haya más personajes LGTB, para que los heterosexuales dejen de hablar en su nombre, para vestirse, peinarse y maquillarse como le dé la gana sin que la insulten por la calle y, por supuesto, también porque es una fiesta fantástica donde se siente segura.